El auge de Vox amenaza el plan de Casado para llegar a La Moncloa
Los barones reivindican su autonom¨ªa para decidir la relaci¨®n con la extrema derecha en Castilla y Le¨®n y Andaluc¨ªa
El PP ha vuelto al cuerpo a cuerpo con Vox. A veces en un extra?o intercambio de papeles con la extrema derecha, que hace incursiones de oposici¨®n de Estado. Este viernes, por ejemplo, el portavoz parlamentario de Vox, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros, aconsej¨® al partido de Pablo Casado ¡°no exagerar¡± las cr¨ªticas al Gobierno en Bruselas por el reparto de los fondos europeos o en general cuando viajan al extranjero porque puede perjudicar la imagen de Espa?a en el exterior. El secretario general del PP, Teodoro Garc¨ªa Egea, le respondi¨® acusando a su partido, que considera al Gobierno ¡°ileg¨ªtimo¡±, de connivencia con el presidente socialista. Paradojas de la batalla en la derecha. Despu¨¦s de meses de ignorarles, el PP ha pasado al ataque contra los ultras, que vuelven fuertes en las encuestas. Los populares tratan de evitar que Vox sea decisivo en las pr¨®ximas elecciones de Castilla y Le¨®n y Andaluc¨ªa y sortear as¨ª el delicado debate de definir su relaci¨®n con la extrema derecha pensando en el futuro y en el plan de Pablo Casado para llegar a La Moncloa.
La previsible victoria del PP en Castilla y Le¨®n y Andaluc¨ªa, seg¨²n las encuestas, esconde un posible regalo envenenado. Vox ha cambiado de estrategia despu¨¦s de haber ca¨ªdo en la irrelevancia en Madrid sin poner en muchos aprietos a Isabel D¨ªaz Ayuso. En la precampa?a de Castilla y Le¨®n, Santiago Abascal acaba de advertir al PP de que no va a darle sus votos ¡°gratis¡±. En el PP creen que eso significa que la extrema derecha va a pretender entrar en sus Gobiernos si tiene una fuerza significativa en los dos territorios como para exigirlo. La potencial candidata de Vox en Andaluc¨ªa, Macarena Olona, ya ha lanzado el aviso de forma expl¨ªcita: Andaluc¨ªa, ha dicho, ¡°ser¨¢ pionera, cuando en las pr¨®ximas elecciones permita que Vox est¨¦ en el Gobierno, en la responsabilidad de gesti¨®n¡±.
Y, aunque Vox no logre los votos suficientes para exigir una coalici¨®n de Gobierno con el PP, el partido de Casado espera que la extrema derecha venda m¨¢s ¡°caros¡± sus votos. Lo previsible es que obligue a pagar su apoyo con sus pol¨ªticas, lo que tambi¨¦n pondr¨¢ a los populares en un brete. ¡°Si el PP no acepta estas condiciones de Vox aparecer¨¢ como responsable de no gobernar, porque Vox no ser¨¢ tan tonto de ponerle un list¨®n de m¨¢ximos, sino de m¨ªnimos. El PP est¨¢ obligado a aceptar lo que le pongan delante porque su direcci¨®n necesita demostrar que tiene opciones reales de ganar las generales, si no quiere ser cuestionada¡±, analiza un exalto cargo del Gobierno de Mariano Rajoy. Y advierte: ¡°El da?o para el PP es inevitable. Si acepta gobernar bajo las condiciones de Vox, porque Vox demostrar¨¢ que es necesario para los sectores m¨¢s conservadores. Y, si no acepta, porque quiz¨¢ no gobierne y muestre as¨ª su debilidad material¡±.
El debate sobre gobernar o no con Vox est¨¢ abierto en el PP. Para unos, tarde o temprano tendr¨¢ que suceder, y ser¨ªa bueno hacerlo por un doble objetivo: ¡°Moderarles y fagocitarles, igual que ha sucedido cuando Podemos ha entrado en el Gobierno con el PSOE¡±, defiende un dirigente de G¨¦nova. Para otros, esa posibilidad solo traer¨ªa problemas. ¡°Hay que intentar evitarlo a toda costa. Si los metes en el Gobierno ellos van a sufrir un desgaste importante, pero el PP tambi¨¦n. Son incontrolables, y eso iba a generar muchas tensiones que la izquierda iba a aprovechar. Si gobernamos en alguna comunidad con Vox, la maquinaria del Gobierno se iba a poner a todo trapo con una campa?a de que el PP va a gobernar con la ultraderecha. Y eso moviliza a la izquierda¡±, teme un presidente auton¨®mico del PP.
Sin embargo, en Castilla y Le¨®n, donde el dilema est¨¢ m¨¢s cerca, la posici¨®n es m¨¢s pragm¨¢tica. ¡°Cambiar¨¢ mucho en funci¨®n del resultado. Si es el que nos gustar¨ªa, es decir, una mayor¨ªa suficiente, que la suma de votos de la izquierda sea menos que el PP, como ocurri¨® en Madrid, ah¨ª Vox pasa a la irrelevancia. Porque, ?qu¨¦ van a hacer, votar lo mismo que Podemos en una investidura?¡±, apunta un dirigente de la m¨¢xima confianza de Alfonso Fern¨¢ndez Ma?ueco. ¡°Ahora bien, si se hacen necesarios, tenemos un problema todos. Nosotros y ellos. Vox querr¨¢ entrar en el Gobierno para justificarse a s¨ª mismo, y pedir, por ejemplo, la consejer¨ªa de Educaci¨®n, y nosotros no podemos d¨¢rsela. ?Qu¨¦ hacemos? ?Permitimos que el PSOE salga adelante? Escenario dif¨ªcil para todos¡±.
En Andaluc¨ªa, siguiente territorio en examinarse en las urnas, la tesis del PP es diferente. Pasa por evitar a toda costa un Gobierno con Vox. La comunidad es un feudo hist¨®rico del PSOE y Juan Manuel Moreno Bonilla sabe que tiene que evitar que la izquierda se movilice ante el temor a que los ultras entren en el Palacio de San Telmo. ¡°No contemplamos ese escenario, aspiramos a repetir el Gobierno con Ciudadanos. Y de ah¨ª no no vamos a mover¡±, se?ala un alto cargo muy pr¨®ximo a Moreno Bonilla. El presidente andaluz est¨¢ muy preocupado por lo que pase en Castilla y Le¨®n, precisamente por la posibilidad de que la relaci¨®n de Vox con el PP le perjudique activando a la izquierda. De ah¨ª el ¡°?Por dios, sacad una mayor¨ªa suficiente!¡±, que pidi¨® a sus colegas el pasado fin de semana en el congreso de Castilla y Le¨®n. El bar¨®n popular va a tener en cuenta el resultado del 13 de febrero para tomar la decisi¨®n del adelanto porque ¡°las olas y las tendencias son muy influyentes¡±, indican en su entorno.
Casado no quiere gobernar con Vox ni que los Gobiernos auton¨®micos le dificulten su carrera a La Moncloa coalig¨¢ndose con Santiago Abascal. Pero la pregunta es hasta d¨®nde llegar¨¢ su autoridad para imponer una negativa a Vox si los barones populares temen perder el poder. Las cosas han cambiado mucho desde hace tres a?os, cuando G¨¦nova negoci¨® desde Madrid los dos Gobiernos con Ciudadanos. Ahora, el PP andaluz reivindica su ¡°absoluta autonom¨ªa¡± con respecto a la direcci¨®n nacional para tomar estas decisiones. En Castilla y Le¨®n, dirigentes cercanos a Ma?ueco aseguran que ¡°pondr¨¢ sus l¨ªmites¡±. Y en un escenario en el que los intereses de Casado y los de los barones no coincidan, la inc¨®gnita es de qu¨¦ lado se inclinar¨¢ la balanza.
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