Argelia, el otro socio indispensable de Espa?a

Espa?a sabe que Argelia es un socio tan indispensable como Marruecos. O al menos parec¨ªa saberlo hasta el viernes. Madrid tendi¨® una mano muy apreciada cuando el r¨¦gimen argelino se encontraba contra las cuerdas, en el fragor de las manifestaciones masivas iniciadas en febrero de 2019 y que reclamaban m¨¢s democracia. En aquella ¨¦poca, las ...

Espa?a sabe que Argelia es un socio tan indispensable como Marruecos. O al menos parec¨ªa saberlo hasta el viernes. Madrid tendi¨® una mano muy apreciada cuando el r¨¦gimen argelino se encontraba contra las cuerdas, en el fragor de las manifestaciones masivas iniciadas en febrero de 2019 y que reclamaban m¨¢s democracia. En aquella ¨¦poca, las autoridades convocaron unas elecciones presidenciales que la mayor¨ªa de los argelinos boicotearon. Y el ministro espa?ol del Interior, Fernando Grande-Marlaska, fue el primer alto cargo occidental que visit¨® Argelia, el 28 de noviembre de aquel a?o, apenas dos semanas antes de los comicios. Dijo que ¡°la situaci¨®n en Argelia¡± era una cuesti¨®n interna y que Espa?a apoyaba el proceso electoral. Por supuesto, la agencia oficial APS dio buena cuenta de ese apoyo.

Dos a?os despu¨¦s, en plena crisis diplom¨¢tica con Marruecos, el Gobierno espa?ol acogi¨® en un hospital de Logro?o al l¨ªder del Frente Polisario, Brahim Gali. Espa?a sab¨ªa que Argelia es el principal aliado y protector del Frente Polisario, organizaci¨®n que reclama un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n para la poblaci¨®n saharaui. Espa?a era consciente de que el gesto pod¨ªa molestar enormemente a Marruecos, como de hecho sucedi¨®. Pero se ve¨ªa en la necesidad de contentar a Argelia.

El pa¨ªs africano suministra casi la mitad del gas que consumen los espa?oles: el 37% del gas llega mediante el gasoducto Medgaz a las costas de Almer¨ªa, y el 5,5% a trav¨¦s de los barcos metaneros, seg¨²n las cifras de la Corporaci¨®n de Reservas Estrat¨¦gicas de Productos Petrol¨ªferos (Cores) correspondientes a 2021. Con este combustible cotizando cerca de m¨¢ximos hist¨®ricos y en uno de los momentos de mayor tensi¨®n en el suministro energ¨¦tico en d¨¦cadas, la estampa se complica. Argelia es para Espa?a lo que Rusia es a Alemania: un proveedor de gas de muy dif¨ªcil reemplazo. Las autoridades argelinas desempe?an, adem¨¢s, un papel clave en el control de la emigraci¨®n irregular que llega a las costas del sur peninsular.

En La Moncloa y en el palacio de Santa Cruz ¡ªsede del Ministerio de Exteriores¡ª se conoc¨ªa toda la inestabilidad que puede aportar Argelia si se lo propone. Y, a pesar de ello, el Ejecutivo de Pedro S¨¢nchez decidi¨® inclinar la balanza del lado de Marruecos, con el que manten¨ªa una crisis a causa del S¨¢hara Occidental que duraba ya 10 meses. El Gobierno remiti¨® una misiva al rey Mohamed VI donde afirmaba que la propuesta que present¨® en Marruecos en 2007 ante la ONU para otorgar una autonom¨ªa al S¨¢hara ¡ªen lugar de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n¡ª era ¡°la base m¨¢s seria, realista y cre¨ªble para la resoluci¨®n del contencioso¡±.

En Marruecos esa frase de S¨¢nchez fue saludada con alborozo. La prensa oficialista, como Le360, titulaba: ¡°Con la decisi¨®n hist¨®rica de Espa?a sobre el S¨¢hara, Argelia est¨¢ m¨¢s aislada que nunca¡±. Varios funcionarios marroqu¨ªes de alto rango llamaron emocionados a sus amigos espa?oles para expresarles su alegr¨ªa. Y Argelia call¨® durante el viernes, a pesar de que fuentes period¨ªsticas argelinas en contacto con las autoridades insisten en que su Gobierno no fue informado sobre el giro de la posici¨®n espa?ola, en contra de lo que afirman fuentes del Ejecutivo espa?ol. Este s¨¢bado, un d¨ªa despu¨¦s del giro, Argelia retir¨® con efecto inmediato a su embajador en Madrid, Said Moussi. Espa?a a¨²n no hab¨ªa terminado de cerrar la crisis con Marruecos ¡ªporque la embajadora marroqu¨ª en Madrid, Karima Benyaich, a¨²n se encuentra convocada en Rabat desde mayo de 2021¡ª cuando ha abierto otra en la misma zona del mundo.

?Qu¨¦ har¨¢ Argelia ahora? Un analista argelino que solicita el anonimato subraya que Argelia ¡°hasta ahora ha considerado a Espa?a un pa¨ªs amigo¡±. Una vez que comienza una crisis, sin embargo, ¡°no suele cerrarla f¨¢cilmente¡±. La prueba, dice, es todo lo que est¨¢ durando el contencioso con Marruecos. La misma fuente augura que Argelia no podr¨¢ permitirse una reducci¨®n notable del gas que env¨ªa a Espa?a: ¡°Argelia necesita ese dinero. Lo que s¨ª puede hacer es relajar la vigilancia de la emigraci¨®n irregular¡±, apunta una fuente al tanto del diferendo.

En Madrid no suelen tener gran eco las medidas que emprende el r¨¦gimen argelino para luchar contra esa lacra, pero algunas causan pol¨¦mica en el pa¨ªs. As¨ª, hace dos semanas el delegado de Gobierno en Or¨¢n comenz¨® a instalar c¨¢maras y levantar muros en las playas de la ciudad. El objetivo es luchar contra las mafias que acceden con las pateras a las playas a trav¨¦s de escaleras. ¡°Puede que a partir de ahora dejen de levantarse esos muros¡±, se?ala la misma fuente.

Socio energ¨¦tico clave en plena escalada con Rusia

Del lado espa?ol, fuentes del sector energ¨¦tico apuntan en la misma direcci¨®n: Argelia no se podr¨ªa permitir prescindir de las ventas a Espa?a, al menos a corto plazo. Con el mercado en fase de tensi¨®n extrema, no le faltar¨ªan compradores alternativos, pero dos motivos invitan a pensar en que el Ejecutivo argelino no asumir¨¢ ese riesgo. Primero, que los tubos que conectan ese pa¨ªs con Italia ¡ªsu primer cliente¡ª dejan poco margen de maniobra. Segundo, que si su voluntad fuese sacar por mar toda la producci¨®n que acaba en Espa?a, lo tendr¨ªa harto complicado: los buques metaneros de todo el mundo ya tienen su lista de peticiones de alquiler repleta para los pr¨®ximos meses y, adem¨¢s, sus instalaciones de licuefacci¨®n ¡ªun proceso imprescindible para el transporte de gas por barco¡ª trabajan casi al l¨ªmite de su capacidad. ¡°Llevan tiempo tratando de ampliarlas, pero eso les llevar¨ªa cinco o seis a?os¡±, relatan dichas fuentes.

Los contratos de largo plazo para el suministro de gas y el precio al que se vende ese combustible son dos de los secretos mejor guardados de la industria. Pero nadie duda de que romperlos no solo supondr¨ªa una merma de ingresos para Argel, sino que, adem¨¢s, llevar¨ªan aparejada una penalizaci¨®n. Con su econom¨ªa y su erario al l¨ªmite, pocos piensan que vaya a asumir un riesgo y un coste de esa envergadura.

En Espa?a, Naturgy es la principal importadora de gas argelino. La gasista estatal de ese pa¨ªs (Sonatrach) tiene, adem¨¢s, el 4,1% del capital de la energ¨¦tica espa?ola y ambas compa?¨ªas mantienen una relaci¨®n de socias comerciales en varios frentes. Ambos pa¨ªses, en fin, se necesitan mutuamente en el plano energ¨¦tico. Y una ruptura total, hoy del todo inconcebible, tendr¨ªa consecuencias muy importantes ¡ªy altamente indeseables¡ª a ambos orillas del Mediterr¨¢neo.

Hace mes y medio, cuando Espa?a tir¨® un salvavidas a Marruecos en forma de permiso para que el gas fluyese en direcci¨®n contraria por el tubo que conecta ambas naciones y por el que flu¨ªa ¡ªhasta noviembre del a?o pasado¡ª el combustible procedente de Argelia, ese pa¨ªs no levant¨® la voz. Advirti¨®, eso s¨ª, de que el gas que llegara a Marruecos v¨ªa Espa?a no podr¨ªa proceder de sus yacimientos, pero no puso reparos ¡ªo, al menos, estos no trascendieron¡ª a la operaci¨®n.

Argelia puede ser tambi¨¦n un socio clave para la Uni¨®n Europea, no solo para Espa?a, si el suministro de gas acaba cort¨¢ndose. ¡°Pero Argelia¡±, objeta un analista de ese pa¨ªs, ¡°no querr¨ªa verse en la situaci¨®n de suplantar [siquiera parcialmente] a Rusia, porque los v¨ªnculos entre los dos pa¨ªses son muy estrechos desde los tiempos de la Uni¨®n Sovi¨¦tica¡±. Rusia es el principal vendedor de armamento a Argelia. ¡°Muchos de los militares que mantienen el poder en Argelia se formaron en academias sovi¨¦ticas. Adem¨¢s, ellos fueron quienes formaron a miles de ingenieros [argelinos] del sector petrolero¡±, a?ade.

En plena guerra de Rusia contra Ucrania, el Gobierno espa?ol ve abrirse un frente en el sur que parec¨ªa aletargado desde 1976, cuando Espa?a abandon¨® el S¨¢hara Occidental. Hasta ahora.