La autonom¨ªa del S¨¢hara: un plan de dif¨ªcil encaje en el Marruecos de Mohamed VI
Las competencias que Rabat propone dar al territorio quedan desvirtuadas por el poder casi omn¨ªmodo que ejerce el rey, seg¨²n avisan algunos expertos. Otros consideran que la v¨ªa auton¨®mica, apoyada ahora por Espa?a, podr¨ªa cerrar el conflicto
En el Marruecos precolonial, al territorio ajeno a la autoridad del sult¨¢n se le llamaba bled es-siba, el pa¨ªs de la insumisi¨®n. Ese lugar inclu¨ªa al Rif (norte), que en 1958 se alz¨® en una revuelta aplastada por el Ej¨¦rcito a las ¨®rdenes del entonces pr¨ªncipe heredero. En 1981, 23 a?os despu¨¦s, el ya rey Hassan II, el hombre que hab¨ªa sometido a esa regi¨®n molesta, dijo que ¡°el d¨ªa m¨¢s feliz de su vida¡± ser¨ªa cuando Marruecos tuviera un r¨¦gimen como el de los l?nder alemanes. Aquella fue una de las primeras veces que el monarca aludi¨® a una posible descentralizaci¨®n territorial,...
En el Marruecos precolonial, al territorio ajeno a la autoridad del sult¨¢n se le llamaba bled es-siba, el pa¨ªs de la insumisi¨®n. Ese lugar inclu¨ªa al Rif (norte), que en 1958 se alz¨® en una revuelta aplastada por el Ej¨¦rcito a las ¨®rdenes del entonces pr¨ªncipe heredero. En 1981, 23 a?os despu¨¦s, el ya rey Hassan II, el hombre que hab¨ªa sometido a esa regi¨®n molesta, dijo que ¡°el d¨ªa m¨¢s feliz de su vida¡± ser¨ªa cuando Marruecos tuviera un r¨¦gimen como el de los l?nder alemanes. Aquella fue una de las primeras veces que el monarca aludi¨® a una posible descentralizaci¨®n territorial, con el fin de lograr el reconocimiento internacional de la soberan¨ªa marroqu¨ª sobre el S¨¢hara, que Rabat se hab¨ªa anexionado en 1975.
Uno de los ¨²ltimos intentos de Marruecos de obtener un t¨ªtulo de soberan¨ªa sobre la antigua colonia espa?ola es el plan de autonom¨ªa presentado por Rabat hace casi 15 a?os y que el Gobierno espa?ol de Pedro S¨¢nchez considera ahora la opci¨®n ¡°m¨¢s ser¨ªa, cre¨ªble y realista para la resoluci¨®n del conflicto¡±. Esta afirmaci¨®n divide a quienes piensan que ¡°no hay nada menos realista que una autonom¨ªa en un Marruecos autocr¨¢tico y centralizado¡± ¡ªen palabras de Carlos Ruiz Miguel, catedr¨¢tico de derecho constitucional y director del Centro de Estudios sobre el S¨¢hara de la Universidad de Santiago¡ª de quienes conf¨ªan en que si este proyecto llega a aplicarse podr¨ªa cerrar un conflicto de d¨¦cadas.
?Cu¨¢l es el origen del plan? El proyecto de autonom¨ªa marroqu¨ª se present¨® en 2007, cuatro a?os despu¨¦s del fracaso del Plan Baker II de Naciones Unidas, que se basaba tambi¨¦n en una autonom¨ªa para el S¨¢hara que deb¨ªa someterse a refer¨¦ndum al cabo de cinco a?os. Rabat se hab¨ªa negado a rubricar el Plan Baker II porque la consulta inclu¨ªa la opci¨®n de la independencia, y ello a pesar de que la ONU consinti¨® incluir como electores no solo a los saharauis sino tambi¨¦n a las decenas de miles de marroqu¨ªes cuya emigraci¨®n al territorio hab¨ªa favorecido Rabat concedi¨¦ndoles todo tipo de prebendas. El refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n del Plan de Arreglo para el S¨¢hara, que Marruecos y el Frente Polisario hab¨ªan aceptado en 1988, dorm¨ªa tambi¨¦n en un caj¨®n desde 1999, cuando Rabat present¨® 130.000 recursos al censo de 84.000 saharauis que Naciones Unidas hab¨ªa concluido ese a?o.
?Qu¨¦ competencias reconocer¨ªa al S¨¢hara? La redacci¨®n del proyecto marroqu¨ª de autonom¨ªa recuerda a grandes rasgos a la de los estatutos de las comunidades aut¨®nomas espa?olas. El plan reserva competencias al Estado, como la defensa y la pol¨ªtica exterior, y establece atribuciones de la autonom¨ªa como la administraci¨®n local, la polic¨ªa local (no auton¨®mica) y la existencia de tribunales propios. Tambi¨¦n le reconoce competencias sobre fiscalidad y prev¨¦ la elecci¨®n de un Parlamento regional.
Esas competencias, sin embargo, se ven ¡°vaciadas de contenido¡±, sostiene Carlos Ruiz Miguel, por otro ¨¢mbito del Estado que consagra el art¨ªculo 6 del plan de autonom¨ªa: ¡°Los atributos relacionados con las competencias constitucionales y religiosas del rey¡±, un ¡°agujero negro¡±, a juicio del catedr¨¢tico, dado el gran poder del soberano alau¨ª. Mohamed VI preside el Consejo de Ministros y puede destituir a sus titulares; legisla a trav¨¦s de decretos; disuelve el Parlamento; controla el ¨®rgano superior de los jueces, ostenta el mando de las Fuerzas Armadas y controla los servicios de inteligencia, adem¨¢s de nombrar a los responsables de empresas y organismos p¨²blicos claves.
?C¨®mo compaginarlo con los extensos poderes del rey? El catedr¨¢tico de derecho subraya que ¡°la fuente superior de la legislaci¨®n marroqu¨ª es la voluntad del rey¡±, ya que ¡°sus decretos no pueden ser revocados por ninguna instancia jur¨ªdica¡±. Eso hace que, en la pr¨¢ctica, el rey ¡°est¨¢ por encima de cualquier autonom¨ªa¡±. El proyecto auton¨®mico planteado para el S¨¢hara precisa que la m¨¢s alta instancia judicial en esa autonom¨ªa ser¨ªa el tribunal superior regional, pero, puntualiza, ¡°sin perjuicio de las competencias¡± del Tribunal Constitucional marroqu¨ª. Mohamed VI nombra a la mitad de los magistrados de esta instancia, incluido a su presidente, que tiene voto de calidad (capacidad de desempate). La autonom¨ªa del S¨¢hara, concluye as¨ª Ruiz Miguel, ser¨ªa ¡°administrativa, no pol¨ªtica¡±. ¡°El proyecto no da a la hipot¨¦tica regi¨®n la capacidad de elaborar leyes, pues la somete a la Constituci¨®n de Marruecos, que no otorga potestad legislativa a las regiones¡±, a?ade. Marruecos tampoco ha eliminado la prohibici¨®n de los partidos regionales que rige en todo el pa¨ªs.
?C¨®mo se financiar¨ªa la nueva autonom¨ªa? A la polit¨®loga Khadija Mohsen-Finan, de la universidad parisina de La Sorbona, lo que le parece ¡°incomprensible¡± es que si el proyecto marroqu¨ª es la soluci¨®n ¡°m¨¢s cre¨ªble¡± para el S¨¢hara, el Gobierno espa?ol ¡°haya tardado 15 a?os¡± en darse cuenta. A su juicio, el plan de autonom¨ªa marroqu¨ª tiene ¡°un problema de contenido: la redistribuci¨®n del poder pol¨ªtico, las finanzas y los recursos¡±. El proyecto enuncia que la regi¨®n del Sahara dispondr¨¢ de ¡°los recursos financieros necesarios para su desarrollo¡± y alude a impuestos fijados por los ¨®rganos de la regi¨®n y a los ingresos ¡°destinados [por el Estado] a la regi¨®n por la explotaci¨®n de sus recursos naturales¡±. Otro apartado atribuye a Rabat la competencia del ¡°r¨¦gimen y exploraci¨®n¡± de esos recursos.
La actual legislaci¨®n marroqu¨ª sobre las regiones no garantiza tampoco su autonom¨ªa financiera. En la ley org¨¢nica de 2015 que las regula se lee, por ejemplo, que Rabat les asignar¨¢ el 5% del impuesto de sociedades y el 5% del impuesto sobre la renta ¡ªen Espa?a, a las autonom¨ªas del r¨¦gimen general les corresponde el 50% del IRPF y del IVA¡ª, para ¡°alcanzar un techo de 10.000 millones de dirhams para 2021¡å; unos 938 millones de euros para todas las regiones marroqu¨ªes. El economista Aldo Olcese, muy favorable al plan marroqu¨ª, sostiene que estas cantidades modestas se explican porque estamos ante una autonom¨ªa incipiente: ¡°En Espa?a, cuando empezaron las autonom¨ªas, las transferencias eran rid¨ªculas¡±, subraya.
?Qu¨¦ ha pasado con el plan desde 2007? Desde que Rabat present¨® su propuesta ¨Drechazada de forma tajante por el Frente Polisario¨D, han transcurrido casi 15 a?os sin que el documento se haya desarrollado. El texto prev¨¦, por ejemplo, una reforma constitucional, pero cuando la Constituci¨®n marroqu¨ª se modific¨® en 2011 el contenido del plan de 2007 no se plasm¨® en ella. S¨ª se desarroll¨® lo que en Marruecos se conoce como ¡°regionalizaci¨®n avanzada¡±, un proyecto de descentralizaci¨®n cuyo principal fin es dotar de un marco legal y pol¨ªtico a la autonom¨ªa del S¨¢hara. Un estudio de 2017 del Instituto Alem¨¢n de Desarrollo ¡ªfinanciado por el Gobierno federal¡ª reconoc¨ªa avances en ese proceso pero defin¨ªa sus l¨ªmites como ¡°estrechos¡±, debido ¡°al destacado papel que desempe?a la casa real en la monarqu¨ªa constitucional¡±. Sus autoras califican adem¨¢s de ¡°muy restrictiva¡± la aplicaci¨®n de las reformas. Este an¨¢lisis fue recogido en parte por el centro de estudios marroqu¨ª Tafra, que, en un art¨ªculo de 2018, subray¨® que las leyes sobre las regiones ¡°no dicen nada sobre el reparto de responsabilidades, competencias y recursos¡±.
Estas cr¨ªticas al plan marroqu¨ª ¡°son injustas¡±, rebate Aldo Olcese, que considera que el proyecto de Rabat ¡°es la mejor opci¨®n de las que est¨¢n en discusi¨®n¡±. Marruecos reserva al S¨¢hara ¡°una autonom¨ªa calcada del modelo espa?ol¡±, asevera este antiguo miembro del extinto Comit¨¦ Averroes, un grupo de reflexi¨®n creado por Madrid y Rabat en los a?os 90 para fomentar el entendimiento mutuo. Olcese, condecorado por Mohamed VI, es consejero independiente del mayor banco marroqu¨ª, el Attijariwafa Bank, cuyo principal accionista es el emporio Al Mada, propiedad de la familia real marroqu¨ª. ¡°No se le puede negar a Marruecos que ofrezca al S¨¢hara una regi¨®n aut¨®noma y luego criticarlo porque el estatuto de autonom¨ªa no est¨¢ desarrollado. Me consta que, si a Rabat se le permite aplicar su plan, el S¨¢hara tendr¨¢ tantas competencias como una comunidad aut¨®noma espa?ola. Si Marruecos, sin tener una resoluci¨®n de Naciones Unidas aprobando el plan, lo hubiera incluido en su Constituci¨®n, se le habr¨ªa acusado de adue?arse del S¨¢hara¡±, defiende el miembro del Comit¨¦ Averroes.
El catedr¨¢tico honorario de Estudios ?rabes e Isl¨¢micos de la Universidad Aut¨®noma de Madrid Bernab¨¦ L¨®pez coincide en parte con Olcese. Sostiene que el plan de autonom¨ªa de 2007 podr¨ªa haber sido ¡°un punto de partida¡± para una soluci¨®n. Sin embargo, L¨®pez deplora que se haya convertido en ¡°una oportunidad perdida¡±. La raz¨®n, afirma, es que Marruecos ¡°no se ha movido ni un ¨¢pice para hacerlo realidad¡±, pero tambi¨¦n que el Frente Polisario ¡°nunca acept¨® tomarlo como base de discusi¨®n por ver en ello una claudicaci¨®n que supondr¨ªa aceptar la soberan¨ªa marroqu¨ª sobre el S¨¢hara¡±. ¡°La soberan¨ªa marroqu¨ª se puede aceptar bajo condiciones muy diversas y en el mundo muchas autonom¨ªas est¨¢n funcionando¡±, se?ala. Este catedr¨¢tico cree que este conflicto deber¨ªa acabar sin ¡°vencedores ni vencidos¡±. Y para ello, subraya, cualquier soluci¨®n que se plantee deber¨ªa garantizar ¡°la dignidad y la identidad¡± de los saharauis.