Feij¨®o y Ayuso, matrimonio de conveniencia
Un turista despistado no habr¨ªa acertado qui¨¦n se presenta a las generales escuchando los discursos del l¨ªder del PP y la presidenta madile?a
Alberto N¨²?ez Feij¨®o ha sido convocado este s¨¢bado al escenario del congreso del PP de Madrid como el hombre que ¡°hace temblar¡± de miedo a Pedro S¨¢nchez. Las encuestas sonr¨ªen al nuevo l¨ªder del partido, que se...
Alberto N¨²?ez Feij¨®o ha sido convocado este s¨¢bado al escenario del congreso del PP de Madrid como el hombre que ¡°hace temblar¡± de miedo a Pedro S¨¢nchez. Las encuestas sonr¨ªen al nuevo l¨ªder del partido, que se ha olvidado r¨¢pido de Pablo Casado y disfruta de una inusual paz entre la planta primera y la s¨¦ptima de la sede de G¨¦nova, o sea, entre la direcci¨®n de la formaci¨®n en Madrid y la nacional. Pero si, por lo que fuera, por ejemplo, el aire acondicionado, un turista despistado hubiese entrado esta ma?ana en el pabell¨®n de Ifema donde se celebraba el c¨®nclave y hubiera escuchado los discursos de clausura de Feij¨®o y Ayuso, seguramente no habr¨ªa sabido decir cu¨¢l de los dos se enfrentar¨¢ a Pedro S¨¢nchez para ocupar La Moncloa. Es m¨¢s, probablemente se habr¨ªa equivocado porque ha sido la baronesa madrile?a quien m¨¢s tiempo ha dedicado a hablar del que no ser¨¢ su rival en las papeletas de las generales.
El l¨ªder del PP nacional y la lideresa del PP madrile?o se han deshecho en elogios hacia el otro para escenificar la complicidad de ese nuevo matrimonio pol¨ªtico tras el ruidoso divorcio entre Ayuso y Casado ¡ª¡°Gracias a la presidenta por su cari?o, por su apoyo¡±; ¡°Gracias, presidente, qu¨¦ dif¨ªcil hablar detr¨¢s de ti¡±¡ ¡ª. El partido ha cambiado Pimpinela por las baladas melosas, pero el de los dos liderazgos m¨¢s fuertes del PP sigue siendo un matrimonio de conveniencia. La diferencia, como desliz¨® Feij¨®o, es que ahora esa incompatibilidad de caracteres se utilizar¨¢ como baza electoral, para ampliar el espectro de votantes, y no para hacerse da?o: ¡°Es evidente que Isabel y yo somos distintos. Somos de generaciones distintas. Tenemos formaciones y trayectorias distintas. Yo vengo de las tierras altas y ella del centro de la meseta. Yo vengo de zonas templadas y hoy va a haber 37 grados en Madrid. Pero, bromas aparte, los dos queremos lo mismo: acertar¡±.
Siempre ha habido rivalidad entre el PP de Madrid y el nacional porque el foco de la capital tienta a menudo a mirar hacia arriba, hacia la ¨²ltima planta. As¨ª que, junto a los elogios, tambi¨¦n se han dejado recados, eso as¨ª, amistosos: ¡°De Isabel y de m¨ª han dicho bastantes cosas cuando ¨¦ramos presidentes auton¨®micos, colegas. Ahora no lo somos¡± [porque ahora yo soy el jefe]. ¡°El mayor acierto de Isabel es que es la presidenta que m¨¢s se parece a Madrid, por eso la votan en Madrid¡± [acotemos los liderazgos]. Feij¨®o ha repetido ¡°Madrid¡± casi tantas veces como Ayuso ha dicho ¡°Espa?a¡±.
¡°Madrid es todo¡±, ha insistido la presidenta regional antes de disparar, efectivamente, a todo: ¡°Cuba es una dictadura¡±; ¡°Este es el peor Gobierno desde la dictadura¡±; ¡°el sanchismo fabrica una realidad paralela¡±; ¡°el comunismo est¨¢ provocando ¨¦xodos masivos¡±; ¡°los amigos del terrorismo de las narcodictaduras est¨¢n hoy en el Gobierno central¡±; ¡°quieren quitar la regla de tres de las matem¨¢ticas con perspectiva de g¨¦nero¡±; ¡°una se?ora nos da lecciones de feminismo mientras su mayor ¨¦xito pol¨ªtico es ser la pareja de¡¡±
No ha habido menciones a Casado, salvo para reprocharle el retraso del c¨®nclave que ha permitido dar plenos poderes a Ayuso en Madrid. ¡°Todos sabemos que este congreso llevaba demasiado tiempo pendiente¡±, ha dicho Feij¨®o. ¡°Extenderse sobre ello es un ejercicio de nostalgia que no lleva a ninguna parte. Nos hemos preocupado demasiado por las cuestiones internas y no pienso dedicarle un segundo¡±, ha a?adido, dedic¨¢ndole, de momento, unos cuantos. ¡°Porque no me interesa el pasado, sino lo que va a pasar. Los partidos que representan al pasado pierden las elecciones¡±, ha zanjado. El PP ha entendido que las batallas dom¨¦sticas les penalizan en las urnas y f¨ªa todo a un cl¨¢sico: la estrategia del poli bueno- poli malo.