El contraataque de S¨¢nchez
El presidente del Gobierno da un giro inesperado que refuerza su posici¨®n
La pol¨ªtica es casi siempre una mezcla imperfecta de n¨²meros y estado de ¨¢nimo. El mismo d¨ªa en que Pedro S¨¢nchez celebraba su ¨¦xito en el debate del estado de la naci¨®n, que nadie se anima a negar, y el rearme de su mayor¨ªa con votaciones c¨®modas, Mario Draghi sub¨ªa a la colina del Quirinal a dimitir.
El estado de ¨¢nimo del primer ministro italiano est¨¢ intacto, como prueba el chiste que cont¨® el martes a los corresponsales en Roma sobre los banqueros centrales, su trabajo antes de dirigir el Gobierno italiano: ¡°Un hombre necesita un transplante de coraz¨®n y le ofrecen elegir entre el de un joven de 25 a?os en perfecto estado de salud hasta su muerte y el de un banquero central de 86.
¡ªQuiero el del banquero¡ª responde sin dudar.
¡ªPero, ?por qu¨¦?
¡ªPorque ese coraz¨®n nunca ha sido usado.¡±
Draghi tiene el ¨¢nimo, pero le fallan los n¨²meros. Y est¨¢ al borde del abismo, aunque solo Italia puede reinventarse y crear un Draghi bis con otra mayor¨ªa. En Italia y Espa?a se votaban el mismo d¨ªa sendos decretos para paliar los efectos econ¨®micos de la guerra. Draghi dimiti¨® porque el suyo sali¨® adelante pero parte de su Gobierno, los diputados de Cinco Estrellas, no lo apoyaron.
Mientras, S¨¢nchez ve¨ªa c¨®mo su mayor¨ªa se ampliaba y volv¨ªa a rozar los 188 esca?os que le dieron sus dos Presupuestos y le garantizan terminar la legislatura con un apoyo s¨®lido. Si el anterior decreto del Gobierno con medidas contra la crisis tuvo el voto en contra de ERC y PP y sali¨® por la m¨ªnima ¡ª176 a 172¡ª, este ten¨ªa el apoyo de los republicanos y la abstenci¨®n de los populares. Resultado final: 186 votos a favor, 51 en contra (Vox) y 108 abstenciones (PP y Ciudadanos). N¨²meros c¨®modos para S¨¢nchez, que hacen de Espa?a la contracara de Italia o del Reino Unido, donde Boris Johnson cay¨® la semana pasada.
Al contrario, S¨¢nchez sale claramente reforzado de una semana decisiva, algo que subrayan todos los pol¨ªticos de la mayor¨ªa que apoya al Gobierno, pero admiten en privado incluso dirigentes de la oposici¨®n, que aun as¨ª siguen pensando que el mar de fondo arrasar¨¢ al presidente a medio plazo. S¨¢nchez termina, adem¨¢s, la semana con un acercamiento a ERC que le garantiza a¨²n m¨¢s estabilidad en su mayor¨ªa, tras la exitosa reuni¨®n con Pere Aragon¨¨s, e incluso le hace so?ar con unos terceros Presupuestos Generales del Estado.
Hace poco m¨¢s de una semana, en el PSOE y en Unidas Podemos hab¨ªa una alarma generalizada. El Gobierno no parec¨ªa tener ni ¨¢nimo ¡ªtras las andaluzas se estaba instalando la idea de que la victoria de la derecha es inexorable¡ª ni n¨²meros: la mayor¨ªa sufr¨ªa por las tensiones internas por el aumento del gasto en Defensa y la crisis por la valla de Melilla hac¨ªa crujir de nuevo las costuras de una compleja mayor¨ªa en el Congreso. Mientras, Yolanda D¨ªaz presentaba su proyecto Sumar con mucho m¨¢s p¨²blico del esperado y criticaba en EL PA?S que al Gobierno ¡°le falta alma¡±.
Los socialistas, especialmente ciclot¨ªmicos, parec¨ªan hundidos. El propio S¨¢nchez confes¨® ante su Ejecutiva que est¨¢n ante ¡°el peor momento de la legislatura¡± y que el golpe andaluz ha sido ¡°muy duro¡±. Incluso empezaban a escucharse cr¨ªticas internas y hab¨ªa rumores de cambios en el Gobierno y en el PSOE. Estos ¨²ltimos no han desaparecido, y a¨²n se esperan m¨¢s movimientos de S¨¢nchez antes de arrancar la nueva temporada en septiembre, cuando tambi¨¦n empezar¨¢ una larga campa?a electoral para las municipales y auton¨®micas.
Pese al batacazo andaluz, muy superior al esperado, en La Moncloa ten¨ªan un plan claro de remontada. Primero, gran decreto de medidas; despu¨¦s, cumbre de la OTAN; y por ¨²ltimo, debate del estado de la naci¨®n. Melilla descoloc¨® todo y abri¨® un nuevo boquete en la izquierda que desconcert¨® a La Moncloa, que tard¨® en reaccionar. Sin embargo, en el entorno de S¨¢nchez insist¨ªan: ¡°La clave es el debate, ah¨ª llegar¨¢ el giro¡±. Si tomamos como term¨®metro el PSOE y su bancada, el giro fue de 180 grados. Del hundimiento a la euforia.
¡°Aqu¨ª empieza la remontada. S¨¢nchez ha demostrado por qu¨¦ est¨¢ ah¨ª. Cualquier otro se hundir¨ªa con el golpe andaluz y las encuestas de estos d¨ªas. ?l ha salido ah¨ª a demostrar que no se rinde y que tiene el mejor instrumento que hay en pol¨ªtica para marcar la agenda y salir a la ofensiva: el Gobierno. Y no va a quedarse quieto. Luchar¨¢ hasta el final. Hay partido¡±, sentenciaba un ministro.
Esa sensaci¨®n est¨¢ muy extendida tras el debate: por encima de las medidas, lo que S¨¢nchez ha trasladado esta semana es una idea clave en pol¨ªtica: ¨¦l no es el Zapatero de 2011, que no pudo ni presentarse. ?l lleva cuatro a?os en el poder, no tiene ninguna intenci¨®n de dar un paso atr¨¢s y est¨¢ convencido de que puede ganar en 2023.
Los dos anuncios clave, el impuesto a las energ¨¦ticas y la banca y la gratuidad de los bonos para trenes de corta y media distancia que dependen de la Administraci¨®n central, adem¨¢s del aumento de las becas, descolocaron a todos. Tambi¨¦n al PP, incapaz de reaccionar, perdido en un regreso a ETA que le sirve para quitar espacio a Vox, pero a la vez coloca al PP de N¨²?ez Feij¨®o muy cerca del de Pablo Casado, algo de lo que en teor¨ªa quer¨ªa huir el l¨ªder gallego.
A los populares, que sufr¨ªan la anomal¨ªa de que su l¨ªder no pod¨ªa protagonizar el debate porque no es diputado, no les sali¨® bien este cruce. Lo admiten incluso algunos diputados del PP en privado, que reconocen que la apuesta por volver a ETA no sali¨® como esperaban: Gamarra forz¨® un minuto de silencio por Miguel ?ngel Blanco para ver si los diputados de Bildu y otros se quedaban sentados, pero se levant¨® toda la C¨¢mara, y el PP ha recibido cr¨ªticas de muchas v¨ªctimas, incluida Consuelo Ord¨®?ez, la hermana de Gregorio, un referente para los populares.
Sin embargo, otros dirigentes, incluso el propio Feij¨®o, piensan que esta estrategia es de largo recorrido y que hay una franja de votantes socialistas que se pueden pasar a los populares por los acuerdos de S¨¢nchez con Bildu y ERC. Como prueba, apelan a las cr¨ªticas de Felipe Gonz¨¢lez a la nueva ley de memoria y los manifiestos de algunos exministros socialistas en este sentido. Algunos destacados miembros del PSOE consideran que, precisamente por esta estrategia tan evidente de los populares, ha sido un error darles argumentos pactando la ley de memoria con Bildu en vez de dejarla aparcada como parec¨ªa hace un a?o, aunque otros insisten en que era prioritario sacar ya la ley porque muchas v¨ªctimas est¨¢n en sus ¨²ltimos a?os de vida.
Empat¨ªa
En la bancada progresista piensan que el PP ha cometido un error garrafal y concluyen que S¨¢nchez arras¨® en el debate por incomparecencia del rival. Mientras, los socios del PSOE est¨¢n felices porque creen que ha habido un claro giro a la izquierda. ?Lo hubo? Parece evidente que s¨ª. Pero algunos ministros lo discuten. ¡°Una semana nos achacan un giro al centro por la cumbre de la OTAN y la otra, un giro a la izquierda por el impuesto a la banca. Lo que est¨¢ haciendo S¨¢nchez es ocupar la centralidad pol¨ªtica, no el centro. Es el gran protagonista de la escena. Y eso es lo m¨¢s importante en pol¨ªtica¡±, resume uno de ellos.
Otros destacan una cuesti¨®n de fondo: S¨¢nchez ha dado con un nuevo tono, que estren¨® en el debate, m¨¢s emp¨¢tico, m¨¢s directo y menos autocomplaciente. Pero sobre todo, con la reacci¨®n furibunda de las grandes energ¨¦ticas y la banca y de importantes sectores de la gran empresa, tiene algo nuevo y muy valioso en pol¨ªtica: un rival, un enemigo poderoso.
S¨¢nchez lo dej¨® muy claro en el debate: entre la clase media trabajadora y las grandes empresas con beneficios extraordinarios, elegir¨¢ a la primera. El presidente, que gan¨® las primarias de 2017 con un mensaje contra el establishment del PSOE, que lo hab¨ªa echado, ahora quiere conectar con su electorado con un nuevo poder al que enfrentarse: los grandes beneficiados de esta crisis. Casi nadie duda de que el primer asalto de esta nueva batalla le ha salido muy bien. Pero queda por delante el oto?o y, sobre todo, un largo invierno que marcar¨¢ el resultado final de esta nueva vuelta de tuerca de la pol¨ªtica espa?ola.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.