La disputa por las clases medias
El debate sobre ricos y pobres se mantendr¨¢ en la controversia pol¨ªtica
Qui¨¦n defiende de verdad a las clases medias; cu¨¢l es el partido que mejor entiende sus necesidades; qu¨¦ medidas tributarias son las m¨¢s eficaces para aliviar el quebranto diario de millones de ciudadanos por la desbocada alza de los precios. En el enredo del Impuesto sobre el Patrimonio, suscitado por el PP, o mejor, por algunas de las comunidades aut¨®nomas gobernadas por ese partido, el debate sobre la pol¨ªtica fis...
Qui¨¦n defiende de verdad a las clases medias; cu¨¢l es el partido que mejor entiende sus necesidades; qu¨¦ medidas tributarias son las m¨¢s eficaces para aliviar el quebranto diario de millones de ciudadanos por la desbocada alza de los precios. En el enredo del Impuesto sobre el Patrimonio, suscitado por el PP, o mejor, por algunas de las comunidades aut¨®nomas gobernadas por ese partido, el debate sobre la pol¨ªtica fiscal se ha adulterado, seg¨²n demuestran los datos y describen los organismos independientes. Una vez aminorado el ruido partidista, emergen las cifras y las necesidades del Estado para satisfacer a los ciudadanos. El PP nacional, dirigido por Alberto N¨²?ez Feij¨®o, sabe que atacar al PSOE por crear un impuesto para las grandes fortunas tiene un calado limitado en ampl¨ªsimas capas sociales. Lo importante es el IRPF, apuntan fuentes populares. Ese impuesto es el que importa al afectar a las clases medias y bajas, donde se concentra mucho voto del PP y del PSOE.
La liebre fue lanzada la semana pasada por el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla: bonificaci¨®n al 100% del Impuesto sobre el Patrimonio. A partir de ah¨ª, se acrecent¨® la dial¨¦ctica de ricos y pobres, que adelant¨® Pedro S¨¢nchez. A la eliminaci¨®n del Impuesto sobre el Patrimonio, el Gobierno central contrapuso el anuncio de un tributo sobre las grandes fortunas que neg¨® hace un trimestre a sus socios de Unidas Podemos. Esa contradicci¨®n viene resolvi¨¦ndose argumentalmente con la necesidad imperiosa de hacer frente a una realidad cambiante. En esta discusi¨®n entre partidos, y en el seno del propio Gobierno, no debe esperarse posiciones rectil¨ªneas ni que aguanten durante un tiempo prolongado. Los populares piden la bajada de impuestos a los ricos, a las clases medias, las bajas y las trabajadoras, con toda la amplitud y diversidad que las compone.
Vaya donde vaya Feij¨®o, su discurso central es sobre impuestos, sin entrar en detalles. El pasado fin de semana en Melilla, en la clausura del congreso del PP de la ciudad aut¨®noma, uni¨® varios conceptos, no necesariamente en armon¨ªa. ¡°Pedro S¨¢nchez quiere acabar con los ricos y yo quiero que no haya pobres por las pol¨ªticas que ¨¦l hace¡±, afirm¨® el l¨ªder popular, lejos ya de recrearse en el dato de que algunas de sus comunidades han bonificado el Impuesto sobre el Patrimonio. La afirmaci¨®n cierta de que en casi ning¨²n pa¨ªs existe este tributo, lo es tanto como la de que s¨ª es generalizada, con otras denominaciones, la tributaci¨®n a la riqueza.
Tampoco est¨¢ el PP ahora por mantener la trifulca sobre un nuevo impuesto para las empresas energ¨¦ticas, referido a los beneficios extraordinarios, que les han venido por la tragedia de la guerra de Rusia contra Ucrania. Los ataques a S¨¢nchez por este anuncio se diluir¨¢n en una cr¨ªtica m¨¢s general, ya que el Gobierno de coalici¨®n no har¨¢ nada diferente a lo que marque la Uni¨®n Europea. Unas decisiones en las que Espa?a tendr¨¢ una opini¨®n influyente.
No hay marcha atr¨¢s en la propuesta de nuevo cu?o del Gobierno de crear un impuesto para las grandes fortunas. Todo ingreso es necesario, argumentan en el Ejecutivo, pero no es solo eso. El Gabinete de S¨¢nchez quiere asentar un mensaje en la sociedad sobre qui¨¦nes son su principal motivo de preocupaci¨®n: los d¨¦biles o muy d¨¦biles econ¨®micamente, y todos los que se tienen que desenvolver con limitaciones en la vida diaria. En el Gobierno se asegura que estas medidas, a¨²n por cerrar, no suponen entrar en una senda de radicalismo ni extremismo. Ah¨ª es donde le va a situar el PP, se justifique o no esa acusaci¨®n por las medidas concretas. Por el impuesto a los ricos no parece que vaya a producirse una gran queja social, ni tampoco por los recargos a las empresas por sus beneficios extraordinarios, concluye el PP. S¨ª debe calar la exigencia de deflactar la tarifa del IRPF a quienes tengan rentas medias.
La bajada del IRPF no est¨¢ en la p¨¢gina de prioridades del Gobierno, necesitado como est¨¢ de recursos para atender a tantos sectores afectados por las consecuencias de la guerra de Ucrania. La prolongaci¨®n de las medidas adoptadas hace tres meses son un apunte de por d¨®nde quiere conducirse el Ejecutivo, pero todo resulta insuficiente.
A¨²n no se cumplen las recomendaciones del FMI, del BCE y de la OCDE sobre la conveniencia de dirigir las ayudas a los sectores m¨¢s vulnerables y huir de las medidas que afecten a todo el mundo por igual. Las bajadas del IVA de gas y de luz son para todos los ciudadanos, tambi¨¦n las ayudas para paliar el precio de los carburantes. Eso no cambiar¨¢, pero convivir¨¢ con ayudas a los m¨¢s necesitados. Para eso se necesita recaudar. No es comunismo, ¡°es socialdemocracia¡±, apuntan en el Gobierno, muy c¨®modo en no dejar de mencionar a ¡°los ricos¡± y su obligaci¨®n de aportar y hacer un esfuerzo solidario en favor de las clases medias y bajas. A las mismas que cita el PP como prioridad.