Interior interrumpe la entrada de nuevos presos yihadistas en el programa de desradicalizaci¨®n por sus escasos resultados
Instituciones Penitenciarias admite que est¨¢ revisando el plan creado en 2016 y al que, desde entonces, solo se han apuntado 52 reclusos
El Ministerio del Interior ha interrumpido, desde principios de a?o, la entrada de nuevos presos yihadistas en el plan de desradicalizaci¨®n puesto en marcha en 2016, cuando era ministro Juan Ignacio Zoido (PP), por sus escasos resultados. Seg¨²n reconoce el departamento de Fernando Grande-Marlaska en una reciente respuesta al Portal de Transparencia, Instituciones Penitenciarias ya no promueve ¡°la inclusi¨®n de nuevos internos en el programa debido a que est¨¢ siendo objeto de revisi¨®n y mejora¡±. Desde que se puso en marcha hace seis a?os, solo se han apuntado a estos talleres de reinserci¨®n 52 i...
El Ministerio del Interior ha interrumpido, desde principios de a?o, la entrada de nuevos presos yihadistas en el plan de desradicalizaci¨®n puesto en marcha en 2016, cuando era ministro Juan Ignacio Zoido (PP), por sus escasos resultados. Seg¨²n reconoce el departamento de Fernando Grande-Marlaska en una reciente respuesta al Portal de Transparencia, Instituciones Penitenciarias ya no promueve ¡°la inclusi¨®n de nuevos internos en el programa debido a que est¨¢ siendo objeto de revisi¨®n y mejora¡±. Desde que se puso en marcha hace seis a?os, solo se han apuntado a estos talleres de reinserci¨®n 52 internos ¡°con delitos vinculados al terrorismo yihadista¡±. Los cuatro ¨²ltimos lo hicieron en 2021, que son los ¨²nicos que siguen el programa en la actualidad.
En su respuesta a Transparencia, el secretario general de Instituciones Penitenciarias, ?ngel Luis Ortiz, detalla que el pasado 13 de mayo hab¨ªa 98 presos condenados o preventivos vinculados a delitos de terrorismo yihadista, en su mayor¨ªa vinculados al Estado Isl¨¢mico (ISIS en sus siglas en ingl¨¦s), repartidos en 25 c¨¢rceles. De estas, las de A Lama (Pontevedra), Albolote (Granada), Villena (Alicante), C¨®rdoba y Teixeiro (A Coru?a) son las que m¨¢s yihadistas custodian, seis cada una. A este grupo, Interior suma otros 44 reclusos, que si bien fueron encarcelados por delitos comunes, se les ha detectado haciendo proselitismo del islamismo radical en las c¨¢rceles. Otros 68 internos m¨¢s est¨¢n bajo observaci¨®n porque ¡°han puesto de manifiesto actitudes o conductas que pudieran considerarse indiciarias de radicalizaci¨®n violenta de car¨¢cter islamista¡±. En total, son 210, un n¨²mero inferior a los que hab¨ªa a comienzo de 2020, cuando sumaban 265. No obstante, su cifra supera con creces a los 102 presos vinculados a otros grupos terroristas encarcelados en prisiones dependientes de Interior ¨DCatalu?a y el Pa¨ªs Vasco tienen transferida la gesti¨®n de los centros penitenciarios de sus territorios¨D.
El plan ahora paralizado, creado en octubre de 2016 con el nombre Programa Marco de Intervenci¨®n en Radicalizaci¨®n Violenta con Internos Islamista, fijaba como objetivo ¡°la prevenci¨®n, el desenganche y desradicalizaci¨®n de aquellos internos con una asunci¨®n arraigada de una ideolog¨ªa extremista¡±. El documento contemplaba que los reclusos que se apuntasen de modo voluntario ¨D¡±es relevante que el programa sea percibido [por los presos] como un instrumento de apoyo y nunca como una imposici¨®n de la Administraci¨®n penitenciaria¡±, se le¨ªa en el mismo¨D pasasen en los aproximadamente seis meses que duraba el programa por tres fases que sumaban 19 pasos. La primera buscaba el ¡°autoconocimiento personal¡±; la segunda, la ¡°modificaci¨®n y cambio personal¡± para lograr la ¡°empat¨ªa hacia las v¨ªctimas reales y potenciales¡± del terrorismo; y la ¨²ltima, concienciarles en la existencia de un ¡°pluralismo cultural y religioso¡± para que mostrasen ¡°una actitud respetuosa y tolerante¡± hacia otros credos. Aquel primer a?o se apuntaron 15 reclusos, seg¨²n detalla Instituciones Penitenciarias en su respuesta a Transparencia. Los internos que se sumaron al programa se mantuvo en cifras similares en 2017 (cuando se apuntaron 14) y 2018 (en el que fueron 15).
El plan fue, en parte, retocado en mayo de ese ¨²ltimo a?o, a¨²n con el PP en el poder, con la puesta en marcha de un ¡°instrumento de evaluaci¨®n del riesgo de radicalismo violento¡±, un documento que los psic¨®logos de las prisiones deb¨ªan cumplimentar sobre todos los presos condenados por terrorismo yihadista o que, pese a haber ingresado por la comisi¨®n de delitos comunes, hubieran mostrado signos de radicalizaci¨®n religiosa. El documento recog¨ªa un total de 39 aspectos que deb¨ªan permitir determinar en qu¨¦ nivel de radicalizaci¨®n se encontraban los reclusos y la posibilidad de reinsertarlos. Al a?o siguiente, sin embargo, el n¨²mero de presos yihadistas que se apuntaron para participar en el programa descendi¨® bruscamente a tres.
Ese mismo a?o, en la Estrategia Nacional contra el Terrorismo elaborada por el equipo de Grande-Marlaska se abogaba por prestar ¡°especial atenci¨®n a los centros penitenciarios¡± y abr¨ªa la puerta a reforzar los equipos de funcionarios de Instituciones Penitenciarias que vigilaban a estos presos. Ya entonces se planteaba hacer cambios en el programa de desradicalizaci¨®n ante los modestos resultados que arrojaba. Los a?os siguientes confirmaron esta tendencia. As¨ª, en 2020 ya solo hubo un interno interesado y, al a?o siguiente, cuatro, que son los que siguen actualmente dentro del programa. En 2022, se paralizaron las nuevas incorporaciones.
Los programas para reinsertar reclusos yihadistas han provocado cr¨ªticas y recelos entre los funcionarios de prisiones. Fuentes penitenciarias aseguran que uno de los motivos del fracaso del puesto en marcha en 2016 ha sido ¡°la escasez de personal y recursos¡± para aplicarlo. ¡°Faltan psic¨®logos y falta personal de vigilancia con la formaci¨®n adecuada¡±, se?ala un funcionario que trabaja con internos islamistas. En unas jornadas celebradas en febrero de 2020 en Madrid, en el que participaron trabajadores penitenciarios y expertos de 11 pa¨ªses de la Uni¨®n Europea (UE), se apunt¨® a que la desradicalizaci¨®n de estos presos era un objetivo casi ut¨®pico y que era m¨¢s realista ¡°conformarse con el desistimiento¡±, es decir, lograr que abandonen la idea de usar la violencia aunque mantengan el radicalismo religioso.
¡°Muchos reclusos ni saben que existe el programa y otros, que s¨ª lo conocen, son refractarios a sumarse porque no se identifican a s¨ª mismos como presos yihadistas¡±, se?ala un empleado penitenciario que trabaja con ellos. Esta misma fuente se?ala que la mayor¨ªa de estos internos ¡°no son problem¨¢ticos dentro de las c¨¢rceles¡± al no tener una organizaci¨®n jer¨¢rquica detr¨¢s. ¡°Un n¨²mero importante est¨¢n condenados por difundir el ideario yihadista o por autoadoctrinamiento, no por haber perpetrado acciones violentas. Adem¨¢s, muchos muestran su arrepentimiento para llegar a acuerdos con la Fiscal¨ªa que les permita rebajar sus penas. Tienen, por tanto, un perfil que no se ajusta al que se dirige el programa de 2016, de ah¨ª su fracaso¡å, a?aden.