Feij¨®o se pone a cubierto
El l¨ªder del PP reduce su exposici¨®n para protegerse de los errores en plena tormenta del Gobierno, mientras aguanta la presi¨®n de un sector de la derecha para endurecer su estrategia de oposici¨®n
Un exministro del PP que form¨® parte del sanedr¨ªn de Mariano Rajoy en 2011 recuerda lo que este, entonces a punto de alcanzar el poder, repet¨ªa una y otra vez a sus m¨¢s estrechos colaboradores. El Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero empezaba a dar muestras de agotamiento, y Rajoy les dec¨ªa a los suyos: ¡°Lo importante es que nosotros no cometamos ning¨²n error¡±. La misma obsesi¨®n parece atormentar ahora a Alberto N¨²?ez Feij¨®o. Consciente de que en una democracia quien gana o pierde las elecciones es el Gobierno, y en plena marejada para el de Pedro S¨¢nchez por ...
Un exministro del PP que form¨® parte del sanedr¨ªn de Mariano Rajoy en 2011 recuerda lo que este, entonces a punto de alcanzar el poder, repet¨ªa una y otra vez a sus m¨¢s estrechos colaboradores. El Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero empezaba a dar muestras de agotamiento, y Rajoy les dec¨ªa a los suyos: ¡°Lo importante es que nosotros no cometamos ning¨²n error¡±. La misma obsesi¨®n parece atormentar ahora a Alberto N¨²?ez Feij¨®o. Consciente de que en una democracia quien gana o pierde las elecciones es el Gobierno, y en plena marejada para el de Pedro S¨¢nchez por la reforma del delito de sedici¨®n y la crisis generada tras la entrada en vigor de la ley del solo s¨ª es s¨ª, Feij¨®o sabe que no puede fallar. Sin embargo, en los ¨²ltimos tiempos el l¨ªder del PP viene acumulando errores en sus intervenciones p¨²blicas, que son amplificados de inmediato por el Ejecutivo y que han erosionado su imagen entre los electores de centroizquierda, seg¨²n detectan las encuestas. Ante el riesgo, Feij¨®o se ha puesto a cubierto. El l¨ªder popular ha reducido su exposici¨®n en una nueva estrategia de comunicaci¨®n mucho m¨¢s controlada, limitando las preguntas de los periodistas, mientras trata de resistir a las presiones de la derecha m¨¢s dura para que avive el fuego en lugar de limitarse a esperar a que el Gobierno se queme solo.
En el Partido Popular Europeo caus¨® sorpresa que Feij¨®o evitara comparecer ante la prensa nacional desplazada con ¨¦l a Lisboa este jueves. Participaba en la asamblea pol¨ªtica de los conservadores europeos, un entorno amable donde no se iba a discutir ning¨²n asunto pol¨¦mico, mientras la actualidad pol¨ªtica de Espa?a rug¨ªa con las rebajas de penas a algunos agresores a consecuencia de la entrada en vigor de la ley del solo s¨ª es s¨ª, una patata muy caliente para el Gobierno de coalici¨®n progresista. Pero el l¨ªder popular no quiso responder a las preguntas de los periodistas. S¨ª habl¨® de esos asuntos locales ¡ªla reforma de la sedici¨®n o los efectos indeseados de la ley de libertad sexual¡ª en su discurso ante sus colegas europeos, para colocar su mensaje.
Era su cuarta intervenci¨®n sin preguntas en la ¨²ltima semana, lo que, unido a su viaje a Latinoam¨¦rica la semana anterior, lo hab¨ªa mantenido apartado de los micr¨®fonos de la prensa nacional durante casi quince d¨ªas. Un perfil bajo muy poco habitual en un l¨ªder de la oposici¨®n, y con densos silencios en algunos asuntos clave, como el conflicto sanitario en Madrid y la multitudinaria manifestaci¨®n el domingo pasado, de los que Feij¨®o no ha dicho a¨²n ni palabra. En la sede de G¨¦nova sostienen, sin embargo, que ha sido casual. Atribuyen su baja exposici¨®n a la coincidencia del viaje latinoamericano, pero reconocen tambi¨¦n que Feij¨®o ha cometido errores ¨²ltimamente. No m¨¢s que el resto de los l¨ªderes pol¨ªticos, defienden, pero con mucha m¨¢s repercusi¨®n porque la izquierda los explota estrat¨¦gicamente, y por la centrifugadora de las redes sociales.
El viernes, finalmente, Feij¨®o s¨ª contest¨® a los periodistas en una visita a Barcelona. Sin embargo, y a pesar del empe?o de G¨¦nova en controlar el mensaje, en el balance de la semana qued¨® un nuevo traspi¨¦: el l¨ªder tropez¨® en un discurso el martes, durante un acto de la patronal de vendedores de veh¨ªculos, al defender, como medida contra la contaminaci¨®n, ¡°retirar de las carreteras veh¨ªculos de 10, 12, 13, 14 y 15 a?os¡± de forma ¡°inmediata¡±. Esa idea, pensada como alternativa a la apuesta por el coche el¨¦ctrico del Gobierno, que Feij¨®o defiende que no pueden permitirse las clases medias, gener¨® cierta chanza en las redes y, a la vez, soliviant¨® a los sectores m¨¢s duros de la derecha. ¡°Es grav¨ªsimo¡±, dijo Santiago Abascal, l¨ªder de Vox. ¡°Est¨¢n implantando una dictadura clim¨¢tica contra el pueblo, contra los que no tienen coche oficial. Les haremos rectificar¡±. En el PP explican que Feij¨®o se refer¨ªa a que se deben dar ayudas para ir renovando la flota de veh¨ªculos m¨¢s antigua, y no a prohibir la circulaci¨®n de esos coches directamente, pero en el corte del v¨ªdeo que se hizo viral Feij¨®o dec¨ªa textualmente ¡°retirar¡±. Y circul¨® como la espuma.
Ese episodio revela tambi¨¦n, a juicio de voces del sector m¨¢s moderado del PP, que Feij¨®o sigue muy marcado por la derecha, a pesar de sus intentos por ensanchar el espacio ideol¨®gico del partido hacia el centro. El pol¨ªtico gallego lleg¨® a la presidencia del PP con la idea de presentarse como l¨ªder moderado, pero el contexto, sus propias decisiones y otros actores de dentro y fuera de su partido est¨¢n torpedeando esa estrategia. ¡°?l est¨¢ en una situaci¨®n dif¨ªcil: quiere seguir el modelo de Rajoy en 2011, pero afronta un dilema¡±, reflexiona un exministro del PP. ¡°Hay dos tesis encima de la mesa, igual que entonces. La de que, como el Gobierno hace aguas, hay que incrementar la dureza del discurso y no esperar a que el Gobierno caiga como fruta madura. Y la que llev¨® Rajoy, que dec¨ªa que no pod¨ªa parecer que ten¨ªamos ansiedad por llegar a La Moncloa. Esta ¨²ltima fue la que se impuso y el tiempo le dio la raz¨®n¡±.
Feij¨®o se mueve muy presionado por la derecha pol¨ªtica y medi¨¢tica, donde existe la convicci¨®n de que el contexto es de fin de ciclo porque el Gobierno est¨¢ agotado. En ese clima, se enfrenta a una pregunta estrat¨¦gica: entregarse a la presi¨®n para desarrollar una oposici¨®n total, con la moci¨®n de censura que le reclaman Vox y Ciudadanos, o aguantar en la tesis de Rajoy. De momento, la decisi¨®n del l¨ªder del PP es rechazar la moci¨®n de censura. No la ve si no es para ganarla, afirman en su entorno. ¡°Creo que est¨¢ acertando, aunque le va a costar much¨ªsima presi¨®n, y no descartemos que la presente Vox. Cuidado con la moci¨®n porque puede revivir a quien parec¨ªa muerto¡±, advierte el exministro popular.
El l¨ªder del PP sufre tambi¨¦n para marcar la agenda pol¨ªtica, subrayan algunas voces populares. Desde la ruptura del acuerdo con el Gobierno para renovar el Consejo General del Poder Judicial, la conversaci¨®n p¨²blica no ha vuelto a centrarse en la econom¨ªa, donde Feij¨®o se siente m¨¢s c¨®modo. ¡°El problema es que vamos de sobresalto en sobresalto. Y los acontecimientos tan brutales te impiden articular un discurso propio, porque te condicionan¡±, analiza un exdirigente del entorno de la exvicepresidenta Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa. Feij¨®o se ha visto obligado a subir el diapas¨®n contra el Gobierno por la reforma de la sedici¨®n que exalta al electorado de la derecha, y se vuelve a encontrar encajonado en el discurso territorial. Sus competidores ideol¨®gicos, Vox y Cs, cogen vuelo porque tienen posiciones todav¨ªa m¨¢s duras, lo mismo que ocurre con la madrile?a Isabel D¨ªaz Ayuso, que torpedea la estrategia moderada del PP. El camino del l¨ªder de la oposici¨®n no es f¨¢cil, incluso aunque el Gobierno sufra en su propia tormenta.