S¨¢nchez fren¨® ¡®in extremis¡¯ una grave crisis de la coalici¨®n por el ¡®solo s¨ª es s¨ª¡¯
La Fiscal¨ªa fijar¨¢ criterio esta semana que empieza. El Ejecutivo conf¨ªa en esa resoluci¨®n y en la unificaci¨®n de criterio del Supremo, mientras crece la inquietud en el PSOE por los ataques de Iglesias a D¨ªaz
Ten¨ªa que ser una semana centrada en la agenda pol¨ªtica internacional. El Consejo de Ministros era casi de tr¨¢mite. Todo el foco del Gobierno estaba puesto en Bali (Indonesia), donde se celebraba la cumbre del G-20. Al Ejecutivo se le hab¨ªa cruzado la pol¨¦mica por la reforma del delito de malversaci¨®n que reclamaba ERC y que le tra¨ªa de cabeza, pero a¨²n no hab¨ªa propuesta escrita encima de la mesa, as¨ª que se estaban controlando los da?os. Pedro S¨¢nchez hab¨ªa cerrado una reuni¨®n bilateral con Xi Jinping, el l¨ªder chino, y al d¨ªa siguiente lograr¨ªa entrar en una reuni¨®n extraordinaria de los grandes l¨ªderes del mundo por el nuevo bombardeo de Putin sobre Ucrania. La Moncloa miraba a Bali.
Pero los m¨®viles de ministros y asesores empezaron a saltar esa ma?ana del martes. Los jueces hab¨ªan empezado a revisar a la baja las penas de algunos condenados por delitos sexuales, como consecuencia de la entrada en vigor de la conocida como ley del solo s¨ª es s¨ª. Un efecto inesperado y contrario al esp¨ªritu de la reforma estrella del Ministerio de Igualdad, en manos de Unidas Podemos, y una de las normas claves de la coalici¨®n. Todo un referente internacional del Gobierno, del que hab¨ªa presumido en varias ocasiones el propio Pedro S¨¢nchez. Si se confirmaba esa tendencia de los primeros jueces pod¨ªa ser el mayor fiasco de la coalici¨®n en el peor momento posible: a seis meses de las elecciones auton¨®micas y municipales.
El PSOE reaccion¨® r¨¢pidamente de una forma que indign¨® a Unidas Podemos. La vicesecretaria general de los socialistas y ministra de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, apunt¨® que habr¨ªa que ¡°estudiar¡± una posible reforma de la ley porque el efecto que se buscaba no era el que se estaba produciendo ¡ªla revisi¨®n a la baja de las penas¡ª ¡°sino todo lo contrario¡±. Igualdad sali¨® en tromba: la ley no se toca.
En ese momento el Gobierno se sumergi¨® en uno de sus momentos m¨¢s delicados de los ¨²ltimos meses. Encima de la mesa estaba una norma que ya hab¨ªa puesto a la coalici¨®n al borde de la colisi¨®n cuando Pablo Iglesias, entonces vicepresidente, llam¨® ¡°machista¡± a Juan Carlos Campo, entonces ministro de Justicia ¡ªambos est¨¢n ya fuera del Ejecutivo¡ª, por las objeciones que estaba poniendo al proyecto estrella de Igualdad, ministerio dirigido por Irene Montero.
La Moncloa vio enseguida que este asunto se le pod¨ªa ir de las manos. Montero elev¨® el tiro. La norma, sostuvo, no tiene ning¨²n error: los que se equivocan son los jueces que la est¨¢n aplicando, por machistas. ¡°El machismo puede hacer que haya jueces que apliquen err¨®neamente, o que la apliquen de forma defectuosa¡±, sentenci¨®. Esta frase indign¨® a todos los colectivos judiciales, incluida la asociaci¨®n progresista Juezas y Jueces para la Democracia, que hizo una nota dur¨ªsima contra Montero: ¡°Que desde el Ministerio de Igualdad no se haya alcanzado a prever esa consecuencia [de revisi¨®n de las penas] no justifica que se arremeta contra los jueces/zas tachando sus decisiones como ¡®justicia machista¡¯ o considerando que se trata de una aplicaci¨®n defectuosa de la ley, manifestaciones que, adem¨¢s de desafortunadas e injustas, cuestionan la credibilidad del sistema¡±, dec¨ªa el comunicado.
Miembros del equipo de S¨¢nchez hablaron con Irene Montero. Era imprescindible rebajar la tensi¨®n. Le pidieron que dejara de cargar contra los jueces. Ella protest¨® por las declaraciones de Mar¨ªa Jes¨²s Montero abriendo la posibilidad a cambiar la ley. La ministra de Igualdad insist¨ªa en que es una norma de todo el Gobierno, de la que el Ministerio de Justicia, en manos del PSOE, fue coproponente y encargado en especial del apartado de las penas. Hab¨ªa que defender la ley y proteger a la coalici¨®n.
Desde Bali, metido en las sesiones del G-20 y en la cena oficial, S¨¢nchez segu¨ªa con su m¨®vil una crisis inesperada que se complicaba por minutos. Al d¨ªa siguiente ten¨ªa una rueda de prensa. Hab¨ªa que calmar las aguas. As¨ª que el presidente, en un mensaje muy trabajado con sus colaboradores en Madrid, defendi¨® la ley ¡ª¡°es una gran conquista del movimiento feminista, una ley a la vanguardia¡±, dijo¡ª y confi¨® en que instancias superiores que ¡°marcan jurisprudencia¡±¡ªesto es, el Supremo, pero tambi¨¦n la Fiscal¨ªa General del Estado, que establece un criterio, y algunos tribunales superiores cuando empiecen a llegar recursos¡ª puedan evitar esos efectos indeseados de la norma.
Pero sobre todo, pol¨ªticamente, hizo algo m¨¢s de fondo, seg¨²n admiten diversas fuentes del Ejecutivo: protegi¨® a la coalici¨®n en un momento especialmente delicado. Y esa es la estrategia que se va a seguir en los pr¨®ximos d¨ªas. S¨¢nchez tiene el martes una cara a cara en el Senado con Alberto N¨²?ez Feij¨®o, y ah¨ª, sin duda, saldr¨¢ el asunto. Su intenci¨®n, explican en su equipo, es mantener esta l¨ªnea de protecci¨®n de la coalici¨®n, explicar los beneficios que la ley va a tener para la protecci¨®n de las mujeres y confiar en que la tormenta por las rebajas de penas se resuelva en la Fiscal¨ªa y el Supremo.
Fuentes judiciales confirman que la orden de la Fiscal¨ªa que marcar¨¢ su criterio est¨¢ prevista para esta semana que empieza ma?ana. Y hay varias resoluciones pendientes que podr¨ªan ir muy r¨¢pido. As¨ª que la crisis se podr¨ªa reconducir, si esas resoluciones van en la direcci¨®n que el Gobierno espera. Si no es as¨ª, y las excarcelaciones y rebajas de penas contin¨²an de forma masiva, el Ejecutivo tendr¨¢ que replantearse la posibilidad de alguna iniciativa en el Congreso para frenarlas. No es sencillo jur¨ªdicamente, y no es el plan a del Gobierno. Pero nadie descarta nada. Hasta ahora, los tribunales est¨¢n actuando de manera muy distinta: mientras en La Rioja se han rechazado todas las rebajas de condena, en Madrid se han aceptado varias. Hay que esperar para ver la din¨¢mica general y la respuesta de tribunales superiores, insisten en el Ejecutivo.
En cualquier caso, lo que ha demostrado esta nueva crisis, seg¨²n varios dirigentes socialistas, pero tambi¨¦n de Unidas Podemos, es que el Gobierno ya no es una coalici¨®n sino un tripartito: est¨¢ el PSOE, el sector de Yolanda D¨ªaz y el de Podemos. Y la tensi¨®n mayor en esta crisis del solo s¨ª es s¨ª no se ha vivido con los socialistas, sino dentro de Unidas Podemos, con el dur¨ªsimo ataque de Pablo Iglesias a Yolanda D¨ªaz, a la que de nuevo sin citarla tild¨® el viernes de cobarde, miserable y est¨²pida por no defender a Irene Montero. D¨ªaz pareci¨® responderle este s¨¢bado, tambi¨¦n sin citarlo a ¨¦l expresamente, lamentando que en pol¨ªtica las mujeres siempre son ¡°insultadas¡±. ¡±Da igual de d¨®nde venga, es la manera de dirigirse a nosotras¡±, dijo. Y a?adi¨®: ¡°Tenemos derecho a hacer pol¨ªtica equivoc¨¢ndonos¡±.
Casi todos los consultados asumen que ah¨ª hay algo que se ha roto de manera aparentemente irreversible. En el PSOE inquieta que esta agresividad de Iglesias pueda debilitar a la coalici¨®n. Esta semana, los socialistas ya se indignaron porque Pablo Echenique, portavoz parlamentario y cercano a Iglesias, fuera el m¨¢s duro en la junta de portavoces del Congreso defendiendo la comisi¨®n de investigaci¨®n sobre la tragedia de Melilla que estaba dirigida claramente contra Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior. Echenique, portavoz de un partido miembro del Gobierno, fue mucho m¨¢s duro que ERC, M¨¢s Pa¨ªs o Bildu. La iniciativa no sali¨® porque la rechazaron el PSOE, el PP, Vox y Cs.
Los socialistas no creen que est¨¦ encima de la mesa la posibilidad de una ruptura del Ejecutivo. Es un escenario que nunca se ha contemplado de forma realista. Pero la deriva del grupo m¨¢s fiel a Iglesias inquieta mucho en La Moncloa. Porque, aunque la crisis del solo s¨ª es s¨ª finalmente se reconduzca, la batalla en Unidas Podemos parece muy lejos de una soluci¨®n.
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