Todos los partidos coinciden en acusar a Marlaska de mentir y enga?ar en su versi¨®n sobre la tragedia de Melilla el 24-J
La oposici¨®n de derechas y los aliados del Gobierno rebaten las tesis del ministro del Interior y la mayor¨ªa piden su dimisi¨®n
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, sufri¨® este mi¨¦rcoles un aut¨¦ntico vapuleo pol¨ªtico generalizado en el Congreso. Ning¨²n partido, tanto de la oposici¨®n de derechas como los aliados habituales del Ejecutivo, crey¨® su versi¨®n sobre ...
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, sufri¨® este mi¨¦rcoles un aut¨¦ntico vapuleo pol¨ªtico generalizado en el Congreso. Ning¨²n partido, tanto de la oposici¨®n de derechas como los aliados habituales del Ejecutivo, crey¨® su versi¨®n sobre lo que ocurri¨® el 24 de junio en el per¨ªmetro fronterizo que separa Melilla de Nador (Marruecos). Grande-Marlaska, objeto de cr¨ªticas reiteradas durante esta legislatura, nunca hab¨ªa escuchado tantas veces que le acusaran de ¡°mentiroso¡± y pidieran su dimisi¨®n. Los partidos concluyeron de su exposici¨®n ¡ªmuy similar a la que ya formul¨® en la misma tribuna el 21 de septiembre¡ª que el ministro adem¨¢s les hab¨ªa ¡°enga?ado¡± tras insistir en su versi¨®n de que no se hab¨ªa producido ninguna muerte en territorio espa?ol o en que no hubo tampoco falta de auxilio. Una investigaci¨®n conjunta de EL PA?S, Lighthouse Reports, Le Monde, Der Spiegel y Enass, un medio independiente marroqu¨ª, revel¨® este martes nuevas evidencias que cuestionan esta versi¨®n oficial. A Marlaska solo lo aval¨® el PSOE.
El titular de Interior volvi¨® este mi¨¦rcoles al Congreso para explicar los sucesos ocurridos el 24 de junio en Melilla y repiti¨® desde la tribuna, casi punto por punto, lo que hab¨ªa dicho en el hemiciclo el pasado 21 de septiembre; lo que ha respondido a cinco preguntas orales en la C¨¢mara baja y el Senado; y lo que ha remachado en hasta 32 ocasiones en estos meses en distintas entrevistas y declaraciones a los medios de comunicaci¨®n, seg¨²n el c¨®mputo que ¨¦l mismo facilit¨®. Pero sus explicaciones sobre que los ¡°hechos tr¨¢gicos de car¨¢cter vital¡± se registraron fuera de Espa?a, que la respuesta de las fuerzas de seguridad fue ¡°proporcionada¡± y que todo lo que se est¨¢ diciendo, escribiendo y observando en v¨ªdeos e investigaciones period¨ªsticas independientes son ¡°conjeturas, especulaciones e insinuaciones¡±, no convencieron a ning¨²n partido, excepto al PSOE. El debate dur¨® m¨¢s de cuatro horas y acab¨® con m¨¢s inc¨®gnitas que respuestas.
Las andanadas contra Marlaska llegaron en tromba en cuanto termin¨® su intervenci¨®n inicial, que se alarg¨® 36 minutos, y en la que no se pudo sentir arropado por los dem¨¢s componentes del Gobierno, porque ni el presidente ni ning¨²n otro ministro se quedaron en su bancada para acompa?arle. La portavoz del PP, Ana V¨¢zquez, ya de por s¨ª vehemente, no se reserv¨® ninguna descalificaci¨®n. Fue la primera que pidi¨® la dimisi¨®n o el cese el titular de Interior, que luego refrendaron casi todos los partidos menos Unidas Podemos, socio de la coalici¨®n, y casi tambi¨¦n la ¨²nica formaci¨®n que no avanz¨® si estar¨ªa dispuesta a demandar la constituci¨®n de una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre aquellos hechos.
Ana V¨¢zquez tild¨® a Marlaska de ¡°cobarde¡±, ¡°indecente¡±, ¡°miserable¡± e ¡°indigno¡±, por la v¨ªa directa o indirecta. La diputada popular rechaz¨® ya de partida que el ministro todav¨ªa siguiera en su puesto ¡°para defender su mentira¡± y luego le refresc¨® que hab¨ªa ido al Parlamento porque as¨ª lo pidieron varios grupos, de la oposici¨®n y aliados, ¡°arrastrado y obligado¡±. V¨¢zquez lo llam¨® ¡°cobarde¡± por no haber sido ¨¦l mismo el que hubiera acudido la semana pasada a la comisi¨®n de Interior a explicar el contenido de los v¨ªdeos y horas de im¨¢genes proporcionadas oficialmente, tras varios requerimientos, y haber enviado a cambio al teniente coronel al mando de la comandancia de la zona.
La portavoz del PP, al ser la primera en tomar la palabra, tambi¨¦n fue la que se estren¨® en cuestionar la falta de personal y de medios con que disponen las fuerzas de seguridad para actuar en Melilla en este tipo de situaciones. V¨¢zquez, como tampoco lo hicieron m¨¢s tarde el portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, o el de Ciudadanos, Miguel Guti¨¦rrez, que abundaron en esas carencias, no introdujo en ning¨²n momento alg¨²n matiz cr¨ªtico sobre la actuaci¨®n de los 100 agentes de la Guardia Civil que acabaron despleg¨¢ndose aquel d¨ªa en esa operaci¨®n. Los dem¨¢s partidos tambi¨¦n asumieron que pudieron faltar recursos, peroconvinieron que algunos agentes s¨ª pudieron excederse en el uso de la violencia para repeler la avalancha. El ministro tampoco acept¨® ese extremo y en todo momento tach¨® la respuesta de ¡°proporcionada¡± y pidi¨® una respuesta un¨¢nime de los partidos en el rechazo a la violencia del ataque de los migrantes sobre la frontera de Espa?a. El ministro ubic¨® la mayor parte de las veces el escenario de ese aluvi¨®n de migrantes en Nador y no en Melilla, para remarcar que el origen del conflicto ten¨ªa m¨¢s que ver con Marruecos.
La popular V¨¢zquez y otros portavoces, de la derecha, la izquierda y los socios nacionalistas, conminaron al ministro a reflexionar sobre el empecinamiento o ¡°enrocamiento¡± en su versi¨®n frente a la posici¨®n generalizada en contra. Y concluy¨® su intervenci¨®n con una frase ya m¨ªtica en el acervo del PP en la oposici¨®n, que en su d¨ªa us¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar contra Felipe Gonz¨¢lez: ¡°No siga envuelto en la mentira, v¨¢yase, se?or Marlaska¡±. Fuentes de Interior matizaron que Marlaska lo que estaba ¡°enrocado era con la verdad¡±.
Javier Ortega, de Vox, se vanaglori¨® tanto en la respuesta adecuada de aquel d¨ªa de las fuerzas de seguridad que hasta lleg¨® a justificar que pudieran haberse registrado heridas graves entre los migrantes que saltaron la valla y al menos un muerto: ¡°Y, si lo hab¨ªa, ?qu¨¦?, se pregunt¨®, para responderse que fue un ¡°milagro¡± que no hubiera m¨¢s. Ortega demand¨® un despliegue en Melilla de 500 o 600 agentes frente al centenar actual y exigi¨® la dimisi¨®n del ministro, pero ¡°por abandonarles¡± all¨ª sin recursos.
Enrique de Santiago, de Unidas Podemos, no pidi¨® en esta ocasi¨®n la dimisi¨®n del ministro ni tampoco la comisi¨®n de investigaci¨®n que en su d¨ªa suscribi¨® su formaci¨®n con otros aliados, pero s¨ª rebati¨® casi todas las afirmaciones de Marlaska. Esta vez Santiago fue mucho m¨¢s diplom¨¢tico y pragm¨¢tico. El portavoz de UP sostuvo que ni Espa?a ni la Uni¨®n Europea han desplegado los mecanismos f¨ªsicos, legales y de cooperaci¨®n para encarar este tipo de problemas, reproch¨® a Marruecos que no ¡°observe sus obligaciones de derechos humanos¡± y cit¨® varias veces la investigaci¨®n efectuada por EL PA?S y un grupo de medios en la que un testigo y los guardias marroqu¨ªes que arrastraron cuerpos desde el lado espa?ol aseguran que hab¨ªa all¨ª al menos un fallecido. Santiago tambi¨¦n destac¨® la falta de auxilio a los migrantes ¡°atrapados bajo la avalancha¡±.
Las exposiciones de la portavoz de ERC, Mar¨ªa Carvalho; de Ciudadanos, Miguel Guti¨¦rrez; de JuntsxCAT, Mariona Illamola; del PNV, Mikel Legarda; de EH Bildu, Jon I?arritu; o de la CUP, Mireia Veh¨ª, incidieron en esas quejas y carencias con ¡°mentiras y enga?os¡± de las intervenciones de Marlaska, pidieron responsabilidades y, una mayor¨ªa, la constituci¨®n de una comisi¨®n de investigaci¨®n para esclarecer al m¨¢ximo los sucesos de aquel d¨ªa. El PP no aclar¨® su postura sobre ese asunto, que a¨²n no ha descartado oficialmente. Solo el portavoz del PSOE, David Serrada, que confes¨® ¡°lo complicado, complejo y sensible¡± del tema a discusi¨®n para su partido, respald¨® los argumentos y datos de Grande-Marlaska y se remiti¨® para m¨¢s aclaraciones a la investigaci¨®n en curso de la Fiscal¨ªa.