La Guardia Civil devolver¨¢ a Senegal a los 168 migrantes rescatados, ante la negativa de Mauritania a desembarcarlos
Los n¨¢ufragos, junto a m¨¢s de una treintena de agentes espa?oles, estaban fondeados desde el jueves a la espera de un acuerdo con Nuakchot que no se ha producido
Espa?a ha llegado a un acuerdo con Senegal para desbloquear la situaci¨®n de una patrullera de la Guardia Civil que lleva desde el jueves intentando desembarcar a 168 migrantes a los que rescat¨® a unas 80 millas n¨¢uticas (148 kil¨®metros) de las costas de Mauritania, seg¨²n fuentes conocedoras del caso. Ante la negativa de las autoridades de Nuakchot a abrir sus puertos a los rescatados, entre los que hay menores, las autoridades es...
Espa?a ha llegado a un acuerdo con Senegal para desbloquear la situaci¨®n de una patrullera de la Guardia Civil que lleva desde el jueves intentando desembarcar a 168 migrantes a los que rescat¨® a unas 80 millas n¨¢uticas (148 kil¨®metros) de las costas de Mauritania, seg¨²n fuentes conocedoras del caso. Ante la negativa de las autoridades de Nuakchot a abrir sus puertos a los rescatados, entre los que hay menores, las autoridades espa?olas han optado por negociar con el pa¨ªs del que partieron los migrantes. Las mismas fuentes calculan que la patrullera llegar¨¢ a Saint Louis, al noroeste de Senegal, en la ma?ana del d¨ªa 30. Seg¨²n el Ministerio del Interior, llevarlos a Espa?a nunca fue una opci¨®n.
El buque R¨ªo Tajo de la Guardia Civil navegaba de camino a Nuadib¨² cuando se top¨® con un cayuco que se dirig¨ªa hacia las islas Canarias. Los agentes sacaron del mar a sus ocupantes y pidieron autorizaci¨®n para llevarlos a Nuadib¨², el puerto m¨¢s cercano, pero Mauritania se neg¨® a que desembarcasen. Sin autorizaci¨®n, m¨¢s de una treintena de agentes y los casi 168 rescatados llevan casi cuatro d¨ªas fondeados esperando una soluci¨®n diplom¨¢tica que no ha fructificado. El Ministerio del Interior se ha negado a confirmar el destino del buque.
La negativa de Mauritania, que recibe de Espa?a m¨¢s de 10 millones de euros anuales para que colabore en el control de la inmigraci¨®n irregular, hace de este caso un episodio excepcional.
Las primeras horas en el barco fueron tensas y los guardias civiles llegaron a hacer uso de sus armas reglamentarias para disparar al aire. A los 20 agentes del buque se sumaron otros 16 guardias civiles destacados en el pa¨ªs africano. Se produjo tambi¨¦n una intentona de huelga de hambre por parte de los rescatados que acab¨® en agresiones entre ellos cuando algunos decidieron comer, seg¨²n han contado fuentes que han acompa?ado el d¨ªa a d¨ªa a bordo. Varios de los j¨®venes sufr¨ªan cuadros de deshidrataci¨®n y otros tuvieron golpes de calor tras horas a pleno sol en la cubierta. Los guardias instalaron toldos y empezaron a navegar por la bah¨ªa a la espera de una respuesta afirmativa de las autoridades mauritanas, que nunca lleg¨®. El recorrido del R¨ªo Tajo, seg¨²n muestran las p¨¢ginas de seguimiento de embarcaciones, ha sido un endiablado zigzag en una peque?a zona de la bah¨ªa de Nuadib¨² a pocas millas del puerto.
Durante los casi cuatro d¨ªas de espera, los rescatados han tenido que hacer sus necesidades en cubos, como ha denunciado la Asociaci¨®n Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que pidi¨® ¡°una soluci¨®n urgente¡± al Ministerio del Interior ante ¡°las p¨¦simas condiciones¡± a bordo. Algunos pudieron llamar a sus familias por turnos organizados por los agentes.
Espa?a y Mauritania son socios en materia migratoria desde 2006 tras la llamada crisis de los cayucos. Los acuerdos suscritos cubren formaci¨®n de sus agentes o compra de material, desde veh¨ªculos a lectores de pasaporte, dietas, gastos de combustible¡ Espa?a incluso paga los gastos a un agente mauritano ¡ªtambi¨¦n hay uno marroqu¨ª¡ª que trabaja codo con codo con la Guardia Civil en el Centro de Coordinaci¨®n Regional de Gran Canaria. Mauritania ha llegado a aceptar repatriaciones desde las islas Canarias de ciudadanos de terceros pa¨ªses, una cesi¨®n que Espa?a us¨® para expulsar a refugiados malienses y que pocos Estados aceptan. Pero el acuerdo de devoluci¨®n tiene una condici¨®n: que los expulsados hayan transitado o salido de territorio mauritano. Ese requisito no se cumple en el caso de este cayuco que parti¨® de costas senegalesas.
La colaboraci¨®n entre ambos suele servir de ejemplo para que Madrid muestre ante sus socios europeos la importancia de financiar a terceros pa¨ªses para que mantengan alejados a los migrantes de las fronteras europeas, pero la negativa a desembarcar a este grupo de personas vuelve a poner de manifiesto las dificultades y la dependencia que las autoridades espa?olas afrontan con sus socios africanos en este ¨¢mbito.
Interior insiste que, a pesar de este episodio, la colaboraci¨®n en materia migratoria con Mauritania es ¡°excelente¡±. Pero Mauritania tambi¨¦n lee estos episodios en clave pol¨ªtica y, como pa¨ªs de tr¨¢nsito, vive una fuerte presi¨®n migratoria, que ha crecido en los ¨²ltimos meses con la fuerte inetsabilidad pol¨ªtica y social que vive su vecino Senegal. Su negativa deja abiertos ciertos interrogantes sobre qu¨¦ ocurrir¨¢ con futuros rescates en los que se pueda ver involucrada la Guardia Civil que mantiene all¨ª un destacamento de dos buques, una patrulla terrestre y un helic¨®ptero.