Fernando Grande-Marlaska viaja a Senegal para intentar frenar la llegada de cayucos a Canarias
El ministro del Interior se re¨²ne con su hom¨®logo senegal¨¦s en Dakar y celebra la cooperaci¨®n del pa¨ªs africano, pero no se pronuncian sobre la espinosa reactivaci¨®n de los vuelos de repatriaci¨®n
El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, se ha reunido este lunes en Dakar con su hom¨®logo senegal¨¦s, Sidiki Kaba, con un objetivo sobre la mesa: reducir la salida de cayucos desde Senegal hacia las islas Canarias. La receta para conseguirlo es cada vez m¨¢s laboriosa, pero Grande-Marlaska busca que las autoridades senegalesas controlen m¨¢s sus costas y que acepten vuelos de repatriaci¨®n, la cuesti¨®n m¨¢s espinosa de todas. Para Interior, la no devoluci¨®n de los senegaleses es un incentivo para ot...
El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, se ha reunido este lunes en Dakar con su hom¨®logo senegal¨¦s, Sidiki Kaba, con un objetivo sobre la mesa: reducir la salida de cayucos desde Senegal hacia las islas Canarias. La receta para conseguirlo es cada vez m¨¢s laboriosa, pero Grande-Marlaska busca que las autoridades senegalesas controlen m¨¢s sus costas y que acepten vuelos de repatriaci¨®n, la cuesti¨®n m¨¢s espinosa de todas. Para Interior, la no devoluci¨®n de los senegaleses es un incentivo para otros miles de candidatos a la inmigraci¨®n irregular, pero en estos ¨²ltimos a?os no ha logrado que el Ejecutivo senegal¨¦s acepte m¨¢s que algunas deportaciones a cuentagotas en vuelos comerciales. Ninguno de los dos ministros se refiri¨® a este pol¨¦mico asunto, a pesar de que fue tratado en la reuni¨®n.
En el lenguaje institucional, la misi¨®n es m¨¢s sutil. ¡°Hemos venido para comprobar el estado de las relaciones entre nuestras distintas instituciones en la lucha contra las redes que trafican con los migrantes¡±, ha dicho el ministro en un v¨ªdeo enviado a los periodistas. ¡°He podido comprobar la relevancia de dicha coordinaci¨®n, su seriedad, y c¨®mo este trabajo conjunto ha permitido evitar la salida de m¨¢s de 7.000 migrantes¡±, a?adi¨®.
Las salidas desde Senegal han disparado la actividad en la ruta migratoria hacia Canarias, que permanec¨ªa m¨¢s o menos controlada desde el a?o pasado. Desde que comenz¨® 2023, las islas suman casi 30.000 entradas irregulares, el 57% a bordo de cayucos que partieron de Senegal, seg¨²n fuentes policiales. La cifra de llegadas est¨¢ ya muy cerca de superar el que hasta ahora era el r¨¦cord hist¨®rico, los 31.678 migrantes que se registraron en 2006 durante la llamada crisis de los cayucos. El ¨¦xodo sin precedentes ha batido r¨¦cords este mes de octubre, cuando m¨¢s de 13.000 personas han desembarcado en el archipi¨¦lago. Nunca hab¨ªa llegado tanta gente a las islas en un periodo tan corto de tiempo.
Las autoridades espa?olas han visto, con impotencia, c¨®mo cualquier previsi¨®n migratoria en esta ruta ha volado por los aires. Las aguas calmas y el buen tiempo han facilitado estas largas traves¨ªas, pero la crisis pol¨ªtica que atraviesa Senegal ha sido un incentivo imbatible para emigrar. En esos cayucos se marcha una juventud cada vez m¨¢s contestataria y descontenta con el Gobierno actual.
La Marina senegalesa controla sus costas y da cuenta de ello en las redes sociales, con cientos de personas interceptadas cada d¨ªa. Solo en el mes de octubre, ha anunciado el ministro senegal¨¦s, ha interceptado a 4.471 emigrantes que intentaban llegar a Canarias, de los cuales 3.838 en las ¨²ltimas dos semanas. Pero entre los que han llegado a Canarias es recurrente el relato de que parte del precio de su pasaje estaba destinado a sobornar a las autoridades locales para que mirasen para otro lado cuando su cayuco pon¨ªa rumbo a las islas.
Grande-Marlaska llega a un pa¨ªs al que no es tan f¨¢cil motivar en la coyuntura actual. No solo por la situaci¨®n pol¨ªtica, sino porque cada vez son m¨¢s los pa¨ªses que aspiran para s¨ª las grandes partidas financieras que se entregan a otros como Turqu¨ªa, Libia o Marruecos.
Dakar ya tiene una misi¨®n de la Guardia Civil con 33 agentes, cuatro embarcaciones, un helic¨®ptero y 13 todoterrenos para evitar las salidas. En estos a?os, se han impulsado programas de formaci¨®n de control fronterizo para las fuerzas de seguridad senegalesas y se ha reforzado la cooperaci¨®n policial con cinco efectivos de la Polic¨ªa Nacional. Cada a?o, adem¨¢s, Espa?a entrega a Senegal unos tres millones de euros para frenar la inmigraci¨®n de sus ciudadanos. En este viaje, Grande-Marlaska ha hecho entrega de seis drones a la polic¨ªa senegalesa que se suman a un avi¨®n de la Guardia Civil reci¨¦n enviado a Dakar, con el que el ministerio celebra haber facilitado casi un millar de interceptaciones entre el 17 y el 18 de octubre.
¡°La cuesti¨®n principal es salvar vidas. Trabajamos para desmantelar las redes de migraci¨®n irregular y por la cooperaci¨®n transversal entre Senegal y Espa?a y Senegal y la UE. La migraci¨®n es un desaf¨ªo, no un problema¡±, dijo el ministro Grande-Marlaska tras la reuni¨®n. ¡°La cooperaci¨®n entre los dos pa¨ªses ha sido muy importante y eficiente desde 2006, estamos comprometidos a reforzarla¡±, a?adi¨®. El ministro Kaba, por su parte, dijo: ¡°Senegal ha mostrado su determinaci¨®n a movilizar al conjunto de fuerzas de defensa y seguridad para intentar detener los barcos con migrantes que salen de todas partes con la complicidad de redes que est¨¢n en el origen de este tr¨¢fico¡±.
Un asunto espinoso
La prioridad espa?ola de poder expulsar a los senegaleses que est¨¢n llegando inquieta a la poblaci¨®n y sus medios le dedican portadas. En 2006, las devoluciones se consideraron clave para frenar la llegada de cayucos, pero las cosas han cambiado mucho desde entonces.
Aceptar a sus ciudadanos de vuelta es un asunto demasiado sensible para los pa¨ªses emisores de emigrantes y, especialmente, para Senegal en el momento delicado en el que se encuentra. El pa¨ªs atraviesa una profunda crisis pol¨ªtica desde 2020, cuando comenz¨® un ciclo de intensas protestas que ha provocado al menos medio centenar de muertos y el encarcelamiento de m¨¢s de 1.000 personas, en su mayor parte j¨®venes descontentos con el actual Gobierno. La detenci¨®n del principal l¨ªder opositor, Ousmane Sonko, en junio, y su posterior ingreso en prisi¨®n e ilegalizaci¨®n de su partido, el Pastef, en agosto, han generado un enfado y frustraci¨®n en muchos j¨®venes que hab¨ªan depositado en esta opci¨®n pol¨ªtica sus esperanzas de cambio. Espa?a ya ha intentado, al menos en dos ocasiones, que Senegal acepte un avi¨®n lleno con sus ciudadanos devueltos, pero no lo ha conseguido. Hasta ahora, las expulsiones se han hecho de forma puntual en vuelos comerciales. ¡°Eso y nada es lo mismo¡±, se quejan fuentes policiales.
La salida de miles senegaleses est¨¢ motivada por la situaci¨®n pol¨ªtica y la deriva antidemocr¨¢tica ¡ªel Gobierno ha prohibido toda manifestaci¨®n y la principal universidad del pa¨ªs no ha reabierto desde el curso pasado por temor a que vuelva a ser foco de nuevas protestas¡ª, pero se suma a una coyuntura en crisis. Los precios de los productos de primera necesidad, como la gasolina, el arroz, el aceite o el az¨²car, han vivido un constante incremento desde la pandemia y, m¨¢s tarde, por las perturbaciones comerciales derivadas de la guerra en Ucrania. Ello ahonda a¨²n m¨¢s en el malestar de la parte m¨¢s vulnerable de la sociedad, que sufre para sobrevivir. Los pescadores, actores necesarios en este repunte migratorio, denuncian la falta de pescado y acusan a los grandes barcos industriales que pescan en sus aguas de arrebatarles las capturas. ¡°Nuestros j¨®venes ya no tienen esperanza ni en la pesca ni en este pa¨ªs. Se est¨¢ yendo lo mejor que tenemos¡±, asegura Youssoupha Fall, pescador de Kayar, uno de los principales puntos de partida de cayucos hacia Canarias.