Gabriel Rufi¨¢n se dirigi¨® a los esca?os de la derecha adoptando el tono de una confesi¨®n inc¨®moda. ¡°?Saben lo ¨²nico que comparten los votantes de todos los partidos que vamos a votar juntos?¡±, pregunt¨® el portavoz de ERC en el Congreso durante su intervenci¨®n en el debate de investidura de Pedro S¨¢nchez. Y se respondi¨® ¨¦l mismo: ¡°Solo una cosa: el deseo de frenarlos a ustedes. ?Solo eso!¡±. La mayor¨ªa de 179 esca?os que este jueves ...
Gabriel Rufi¨¢n se dirigi¨® a los esca?os de la derecha adoptando el tono de una confesi¨®n inc¨®moda. ¡°?Saben lo ¨²nico que comparten los votantes de todos los partidos que vamos a votar juntos?¡±, pregunt¨® el portavoz de ERC en el Congreso durante su intervenci¨®n en el debate de investidura de Pedro S¨¢nchez. Y se respondi¨® ¨¦l mismo: ¡°Solo una cosa: el deseo de frenarlos a ustedes. ?Solo eso!¡±. La mayor¨ªa de 179 esca?os que este jueves revalid¨® en la C¨¢mara baja el mandato del l¨ªder socialista al frente del Gobierno constituye, en buena medida, lo que en pol¨ªtica se llama una ¡°coalici¨®n negativa¡±, es decir, forjada fundamentalmente por un rechazo com¨²n. Lo admiti¨® t¨¢citamente el propio S¨¢nchez en su discurso de investidura, en el que esgrimi¨® como reclamo principal la necesidad de levantar un ¡°muro¡± frente a la ¡°derecha retr¨®grada¡±.
El simple rechazo a la alternativa puede parecer muy poco como argamasa para solidificar una mayor¨ªa en la que se agolpan ocho formaciones pol¨ªticas distintas, algunas de ellas que rivalizan fuertemente entre s¨ª. La anterior legislatura mostr¨® que este hilo en apariencia tan leve pod¨ªa resultar suficiente para sostener al Gobierno durante un mandato casi completo. Los aliados del Ejecutivo se quejaban todas las semanas de que los socialistas los presionasen para obtener su apoyo con el ¡°chantaje de que viene la ultraderecha¡±. Y, por una cosa u otra, casi siempre acababan sucumbiendo a la presi¨®n. Ese temor a lo que se cern¨ªa enfrente result¨® decisivo para que la aventura de S¨¢nchez no naufragase.
Tras las elecciones del 23-J, el escenario se ha complicado un poco m¨¢s. Como se encarg¨® de recordar tambi¨¦n Rufi¨¢n durante el debate, a S¨¢nchez se le ha esfumado aquello que tanto gustaba en La Moncloa de la ¡°geometr¨ªa variable¡±, es decir, la posibilidad de tejer alianzas diversas seg¨²n el momento. Los socialistas ya no disponen del comod¨ªn de Ciudadanos, que en el anterior mandato, aun en la oposici¨®n, los salv¨® de apuros en asuntos de tanta relevancia como los estados de alarma o la reforma laboral. A partir de ahora el presidente necesitar¨¢ ¡°todos los votos todo el tiempo¡±, en palabras del presidente del PNV, Andoni Ortuzar, que lo ilustr¨® con la met¨¢fora de la trainera: ¡°Vamos todos juntos y tenemos que intentar que no choquen las palas¡±.
El eje discursivo de S¨¢nchez en el debate de investidura fue trazar esa l¨ªnea divisoria entre las ¡°pol¨ªticas reaccionarias de la derecha y la ultraderecha¡± y el ¡°progresismo¡± que quiere encarnar su Gobierno. Pero el elemento fundamental de rechazo que ha contribuido a forjar su mayor¨ªa no tiene tanto que ver con la divisi¨®n derecha-izquierda como con el debate territorial. Lo que propicia que dos formaciones como PNV y Junts, tradicionalmente en la ¨®rbita del centroderecha, formen frente com¨²n con la izquierda es la oposici¨®n total al nacionalismo perif¨¦rico que han levantado el PP y Vox.
Si en los ¨²ltimos cuatro a?os el debate territorial ya acapar¨® la atenci¨®n, en la nueva legislatura todo apunta a que se va a intensificar. De una parte, por la incorporaci¨®n al bloque de investidura de Junts, con toda la carga de radicalismo que ha cultivado durante el proc¨¦s. Y de otra, porque, si bien Catalu?a seguir¨¢ ocupando el centro de la discusi¨®n, los dos partidos vascos aliados de S¨¢nchez quieren alzar la voz tambi¨¦n en esta materia.
Una de las apuestas m¨¢s llamativas de la estrategia de EH Bildu en Madrid ha consistido en relegar el discurso identitario en favor de su perfil izquierdista. La intervenci¨®n este jueves en el debate de investidura de su portavoz, Mertxe Aizpurua, ya apunt¨® un cambio que se ven¨ªa insinuando. Sin dejar de incidir en las cuestiones sociales y econ¨®micas, Aizpurua enarbol¨® el ¡°derecho a decidir¡± de los vascos y reclam¨® a S¨¢nchez: ¡°Esta tiene que ser la legislatura de la plurinacionalidad¡±. Una semana atr¨¢s, el PNV hab¨ªa evidenciado su inter¨¦s en profundizar en la misma v¨ªa en el pacto que suscribi¨® con el PSOE. En el acuerdo, ambas partes anuncian la apertura de negociaciones sobre el ¡°reconocimiento nacional vasco¡±, con la vista puesta en un nuevo Estatuto, un asunto que la formaci¨®n de Ortuzar tampoco hab¨ªa colocado entre sus principales reclamaciones de los ¨²ltimos a?os.
La disputa por la hegemon¨ªa electoral en Euskadi entre el PNV y Bildu vivir¨¢ un momento ¨¢lgido en los comicios auton¨®micos de la pr¨®xima primavera, lo que deber¨¢ acentuar su predisposici¨®n reivindicativa. La competencia entre ambos, en todo caso, es bastante m¨¢s discreta que la batalla a campo abierto que enfrenta a ERC y Junts, cuyo horizonte electoral, aunque un poco m¨¢s largo que en el caso vasco ¡ªen teor¨ªa, hasta comienzos de 2025¡ª aumentar¨¢ con toda seguridad su carrera para arrancar concesiones a S¨¢nchez.
El presidente quiere adem¨¢s desplegar una agenda social y econ¨®mica en la que priman los contenidos izquierdistas. La que con toda probabilidad repetir¨¢ como vicepresidenta, Yolanda D¨ªaz, l¨ªder de Sumar, ya se encarg¨® de record¨¢rselo durante el debate, con alusiones no solo al programa conjunto pactado con el PSOE, sino a materias donde el socio minoritario empujar¨¢ para ir m¨¢s lejos, como la fiscalidad o la vivienda. En ese campo se barrunta otro de los obst¨¢culos que la propia portavoz de Bildu puso este jueves sobre la mesa. Aizpurua se pregunt¨® c¨®mo se van a compatibilizar esas pol¨ªticas con la presencia dentro de la mayor¨ªa de partidos de ¡°corte conservador¡± que ¡°responden a intereses de ciertos sectores econ¨®micos y empresariales¡±, en transparente alusi¨®n a Junts y el PNV.
Con Sumar, S¨¢nchez tendr¨¢ dentro del Gobierno a un socio m¨¢s discreto que Podemos, siempre presto a lanzarle pulsos en p¨²blico. Y a pesar de todo, por ese flanco se adivina otro de los posibles factores de desestabilizaci¨®n. Podemos denuncia que lo quieren dejar fuera del Ejecutivo y est¨¢ a punto de romper con Sumar, al que tacha de ¡°izquierda d¨®cil¡±. Ione Belarra, Irene Montero y el propio Pablo Iglesias han intensificado la presi¨®n en los ¨²ltimos d¨ªas. Si esa fractura se consumase, otra potencial fuente de dolores de cabeza surgir¨ªa para S¨¢nchez. Hasta el ¨²ltimo voto resultar¨¢ m¨¢s decisivo que nunca esta legislatura y Podemos cuenta con cinco.
Es corresponsal parlamentario de EL PA?S. Anteriormente ejerci¨® como redactor jefe de Espa?a y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado tambi¨¦n por las secciones de Deportes, Reportajes y El Pa¨ªs Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.