Robles y Albares discreparon sobre la participaci¨®n de Espa?a en la misi¨®n de la UE en el mar Rojo
S¨¢nchez asumi¨® las tesis de Defensa tras el primer ataque de Estados Unidos y el Reino Unido contra bases hut¨ªes en Yemen
La ministra de Defensa, Margarita Robles, fue tajante el pasado jueves en el Congreso: ¡°Espa?a en ning¨²n caso va a vetar [la misi¨®n de la UE en el mar Rojo], una misi¨®n que a¨²n no est¨¢ definida, pero ha dicho desde el principio que no va a participar¡±. Mucho m¨¢s cauto se ha mostrado su colega de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Albares, quien en los ¨²ltimos d¨ªas se ha limitado a subrayar que ¡°no se prev¨¦ la participaci¨®n¡± d...
La ministra de Defensa, Margarita Robles, fue tajante el pasado jueves en el Congreso: ¡°Espa?a en ning¨²n caso va a vetar [la misi¨®n de la UE en el mar Rojo], una misi¨®n que a¨²n no est¨¢ definida, pero ha dicho desde el principio que no va a participar¡±. Mucho m¨¢s cauto se ha mostrado su colega de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Albares, quien en los ¨²ltimos d¨ªas se ha limitado a subrayar que ¡°no se prev¨¦ la participaci¨®n¡± de Espa?a en esta misi¨®n y que nuestro pa¨ªs ¡°no tiene por qu¨¦ participar¡± en la misma, lo que no significa que no pudiera llegar a hacerlo en el futuro.
La diferencia es de matiz, pero refleja la distinta posici¨®n de los responsables de Defensa y Exteriores ante una de las misiones militares m¨¢s comprometidas a las que se ha enfrentado la UE: el despliegue de una flota de guerra para proteger a los buques que navegan por el mar Rojo de los ataques de las milicias hut¨ªes, aliadas de Ir¨¢n, que controlan buena parte de Yemen.
El asunto empez¨® con mal pie: el secretario de Estado de Defensa, Lloyd Austin, anunci¨® el 19 de diciembre en Bar¨¦in, cuartel general del mando estadounidense en la regi¨®n, el lanzamiento de una operaci¨®n militar en el mar Rojo, denominada Guardi¨¢n de la Prosperidad, en la que participar¨ªan una docena de pa¨ªses, incluida Espa?a. Robles, a quien nadie le hab¨ªa consultado, no ocult¨® su enojo. Replic¨® que Espa?a es ¡°soberana para tomar sus decisiones¡± y anunci¨® que no participar¨ªa en una misi¨®n de ese tipo ¡°de forma unilateral¡±; dejando abierta la puerta a hacerlo en el marco de la OTAN o la UE.
La condici¨®n impuesta por Robles pareci¨® cumplirse al d¨ªa siguiente, cuando el alto representante de la UE, Josep Borrell, convocaba una reuni¨®n extraordinaria del Comit¨¦ Pol¨ªtico y de Seguridad (COPS) en la que se acordaba que los europeos contribuir¨ªan a la Operaci¨®n Guardi¨¢n de la Prosperidad a trav¨¦s de Atalanta, la misi¨®n de lucha contra la pirater¨ªa en las costas de Somalia. Fue en ese momento cuando se evidenci¨® la falta de coordinaci¨®n entre Albares y Robles: solo 24 horas despu¨¦s, Espa?a vetaba en un comit¨¦ t¨¦cnico una decisi¨®n que ya hab¨ªa recibido luz verde por parte de los embajadores pol¨ªticos en Bruselas.
Defensa puso pie en pared al sentirse arrastrada a un teatro de operaciones imprevisible sin que existiera, a su juicio, un an¨¢lisis previo riguroso. Para empezar, el peso de la Operaci¨®n Atalanta reca¨ªa desproporcionadamente en Espa?a. No solo su cuartel general est¨¢ en la base de Rota (C¨¢diz), sino que el ¨²nico buque que la mantuvo activa durante las navidades fue la fragata espa?ola Victoria. Adem¨¢s, despu¨¦s de tres a?os sin un ataque, los actos de pirater¨ªa han repuntado desde noviembre y en estos momentos hay cinco secuestros en curso. Para dificultar a¨²n m¨¢s la tarea a los buques europeos, las autoridades somal¨ªes les han prohibido entrar en sus aguas territoriales sin autorizaci¨®n expresa, como forma de presi¨®n para que la UE acepte combatir la pesca ilegal, lo que est¨¢ fuera del mandato de Atalanta. Defensa aleg¨®, adem¨¢s, que el adiestramiento y el armamento de los buques enviados al Cuerno de ?frica es adecuado para luchar contra los esquifes de los piratas, pero no contra los misiles y drones de los hut¨ªes. Si la UE quer¨ªa sumarse al dispositivo militar en el mar Rojo, deb¨ªa hacerlo con una nueva misi¨®n dise?ada ad hoc, concluy¨®.
Las chipas saltaron entre Exteriores y Defensa cuando Robles dio un paso m¨¢s y anticip¨® que, aunque hubiera una nueva misi¨®n europea, Espa?a no participar¨ªa en la misma. El motivo que adujo es que Espa?a es el mayor contribuyente a las misiones militares de la UE y otros pa¨ªses deben asumir su responsabilidad. Pero hay m¨¢s motivos: Defensa sigue pensando que la situaci¨®n en el mar Rojo es explosiva, con un alto riesgo de escalada b¨¦lica, y la misi¨®n de la UE, que debe aprobarse el 22 de febrero, no est¨¢ suficientemente perfilada.
Para acelerar su puesta en marcha, est¨¢ previsto que cuelgue de la operaci¨®n Agenor, liderada por Francia en el estrecho de Ormuz y con cuartel general en Abu Dabi (Emiratos ?rabes Unidos). Los buques europeos ¨DFrancia, Alemania, Italia y B¨¦lgica han anunciado su participaci¨®n¡ª estar¨ªan autorizados para hacer uso de la fuerza en leg¨ªtima defensa ampliada; es decir, no solo para hacer frente a los ataques contra ellos, sino tambi¨¦n contra los cargueros a los que presten protecci¨®n. Podr¨ªan, por tanto, interceptar drones y misiles en alta mar y tambi¨¦n las lanchas de los hut¨ªes, pero no lanzar ataques preventivos o de represalia contra los emplazamientos en tierra desde donde les atacan. ¡°Es como boxear con las manos atadas¡±, en expresi¨®n de un capit¨¢n de nav¨ªo.
En Exteriores, el anuncio de Robles pill¨® por sorpresa y se interpret¨® como un intento de imponer la pol¨ªtica de hechos consumados y no dejar margen de maniobra a otras opciones. El departamento dirigido por Albares, seg¨²n las fuentes consultadas, era partidario de contribuir de alguna forma a garantizar la libertad de navegaci¨®n por una ruta vital para el abastecimiento de productos esenciales, como hidrocarburos, para los mercados europeos. Es decir, que Espa?a participara en la futura misi¨®n europea o, al menos, no lo descartara de antemano.
Como sucede cuando Exteriores y Defensa discrepan, la ¨²ltima palabra la tiene el presidente del Gobierno. Pedro S¨¢nchez zanj¨® el asunto en la entrevista publicada por EL PA?S el pasado 14 de enero. Preguntado si Espa?a se sumar¨ªa a la misi¨®n europea en el mar Rojo, respondi¨®: ¡°No nos vamos a oponer a que el Consejo de la UE ponga en marcha esta nueva misi¨®n, pero nuestra intenci¨®n no es participar¡±.
Hasta ese momento, el presidente se hab¨ªa mantenido un paso atr¨¢s, reclamando una nueva misi¨®n de la UE, pero sin aclarar si Espa?a participar¨ªa en ella. Sin embargo, el 12 de enero se produjo un hecho que cambi¨® por completo el escenario: Estados Unidos y el Reino Unido lanzaron su primer ataque contra bases hut¨ªes en Yemen. Aunque el Pent¨¢gono subray¨® que se trataba de una acci¨®n bilateral que no implicaba a los otros socios de Guardi¨¢n de la Prosperidad, el mar Rojo es demasiado estrecho ¨D32 kil¨®metros en Bad el Mandeb¨D para diferenciar a los buques de guerra occidentales que navegan por sus aguas. Espa?a no se sum¨® al comunicado que suscribieron una veintena de pa¨ªses en apoyo a la operaci¨®n militar de Londres y Washington, como tampoco lo ha hecho a los posteriores con motivo de nuevos bombardeos. Un silencio pol¨ªticamente elocuente.
Aunque S¨¢nchez no descart¨® que Espa?a pudiera enviar oficiales de enlace a la Operaci¨®n Guardi¨¢n de la Prosperidad, fuentes de Defensa lo descartan, porque hacerlo implicar¨ªa participar en la misma, aunque fuera testimonialmente. Y Espa?a no est¨¢ ni se la espera.
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