?D¨®nde est¨¢ el gato?
Con su quinta mayor¨ªa absoluta consecutiva, el PP gana con altas y bajas participaciones, y sea cual sea el candidato. El PSOE tiene graves problemas de implantaci¨®n territorial desde que S¨¢nchez est¨¢ en La Moncloa
M¨¢s all¨¢ de lo evidente, la pol¨ªtica deja siempre un pu?ado de resultados en suspenso, como el famoso gato de Schr?dinger. Lo evidente es que Feij¨®o y su PP salen con casi todas las plumas de Galicia, con una victoria incontestable a pesar del candidato, a pesar de una campa?a err¨¢tica y a pesar del supuesto desgaste que suele provocar el poder. Lo evidente es que Ana Pont¨®n es un descubrimiento, un soplo...
M¨¢s all¨¢ de lo evidente, la pol¨ªtica deja siempre un pu?ado de resultados en suspenso, como el famoso gato de Schr?dinger. Lo evidente es que Feij¨®o y su PP salen con casi todas las plumas de Galicia, con una victoria incontestable a pesar del candidato, a pesar de una campa?a err¨¢tica y a pesar del supuesto desgaste que suele provocar el poder. Lo evidente es que Ana Pont¨®n es un descubrimiento, un soplo de aire fresco, aunque le haya faltado morder en el lado derecho para aspirar a m¨¢s. Lo evidente es el casta?azo del PSOE ¡ªpor no hablar de los de Sumar, Podemos y Vox¡ª, que puede dejar magulladuras en el liderazgo de Pedro S¨¢nchez. M¨¢s all¨¢ de lo evidente, las lecturas nacionales del 18-F dejan la triste impresi¨®n de estar ah¨ª luchando contra la segunda ley de la termodin¨¢mica: el orden fluye hacia el caos, el calor fluye hacia el fr¨ªo, y estos an¨¢lisis dejan una sensaci¨®n de fr¨ªo y caos, en busca de un gato que no aparece y que no sabemos si est¨¢ vivo o muerto.
Estr¨¦s a la derecha. El PP es pr¨¢cticamente un r¨¦gimen en Galicia, m¨¢s a¨²n con su quinta mayor¨ªa absoluta consecutiva tras 36 de los 42 ¨²ltimos a?os en el poder. Gana con altas y bajas participaciones. Gana sea cual sea el candidato, con un abrumador control de los medios de comunicaci¨®n. Es capaz de enviar un SMS a los trabajadores del sector sanitario unas horas antes de las elecciones para anunciarles una subida de sueldo y los electores no mueven una sola ceja. Cuando pareci¨® que pod¨ªa haber partido, Feij¨®o mand¨® sacar del caj¨®n una br¨²jula que nunca decepciona: el miedo. En este caso, el miedo al nacionalismo. La jugada le sali¨® bien. Queda por ver si los errores no forzados lo llevan a modificar su estrategia en adelante. Y c¨®mo digiere la derecha esa comida en Sarria en la que un alto dirigente de su partido admiti¨® que estudi¨® la amnist¨ªa y que dar¨ªa indultos condicionados si pudiera. Parad¨®jicamente, ese sincericidio me parece lo mejor de su campa?a: en la intimidad, tambi¨¦n Feij¨®o cree que hay que desinflamar Catalu?a. Otros piensan exactamente lo contrario: ¡°Este PP no tiene ni media bofetada¡±, escribi¨® el pasado jueves Jos¨¦ Antonio Zarzalejos. Media semana despu¨¦s, Feij¨®o parece capaz de aguantar la bofetada entera sin inmutarse.
Magulladuras a la izquierda. El PSOE tiene graves problemas de implantaci¨®n territorial desde que S¨¢nchez est¨¢ en La Moncloa (nada comparable a Sumar y sobre todo Podemos, pero esa es otra historia). El fracaso de los socialistas gallegos es sideral: solo un 14% del voto, m¨ªnimo hist¨®rico. Todo va a seguir igual en Madrid: si los socialistas sacan adelante la amnist¨ªa y los Presupuestos, la legislatura ser¨¢ larga. Pero la izquierda sale muy da?ada de las ¨²ltimas citas electorales en las autonom¨ªas, y Galicia no hace sino acentuar esa tendencia. Las paradojas suelen ser interesantes: S¨¢nchez ha sabido leer el cambio de paradigma de la pol¨ªtica nacional, pero eso le lastra en la pol¨ªtica territorial; al PP le ocurre lo contrario. En Espa?a, el centroderecha saca, grosso modo, nueve millones de votos en las generales; el centroizquierda otros nueve millones. Hay nueve millones adicionales diversos, divididos, contradictorios, que van de Bildu hasta Vox y que est¨¢n ah¨ª para quedarse. El PP ha cometido el que quiz¨¢ sea el mayor error desde la Guerra de Irak ali¨¢ndose con Vox: al contrario que S¨¢nchez, se niega a las alianzas con los nacionalistas perif¨¦ricos. Por eso S¨¢nchez sigue en La Moncloa, porque ha sabido oler que los grandes partidos van a tener que sacrificar buena parte de sus programas si quieren gobernar, seg¨²n la tesis del polit¨®logo Juan Rodr¨ªguez Teruel. Pero nada es gratis: el coste de esas cesiones est¨¢ siendo el poder territorial. Parte de los votos de Galicia volver¨¢n al PSOE y a Sumar en unas elecciones generales, como sucedi¨® con Andaluc¨ªa, pero ojo, porque esa p¨¦rdida de poder territorial es m¨¢s grave de lo que parece. ?Ha renunciado el PSOE a ser el partido articulador de Espa?a? ?Ha renunciado a hacer pedagog¨ªa federal, a hablar de solidaridad interterritorial, a articular un aut¨¦ntico modelo de la Espa?a de las autonom¨ªas? Si ha renunciado a cambio del poder nacional, el vaciamiento del discurso del PSOE respecto al federalismo ser¨¢ directamente proporcional a su irrelevancia en los territorios. Aunque los condicionales, como el de esta ¨²ltima frase, suelen ser maniobras de distracci¨®n. Y as¨ª no hay quien d¨¦ con el dichoso gato de Schr?dinger.