Vox culpa de su fiasco en Galicia al ¡°voto del miedo¡± fomentado por el PP
La direcci¨®n del partido ultra admite que deber¨ªa haber tenido m¨¢s presencia en la calle y promete remediarlo
¡°El voto del miedo, mal llamado voto ¨²til¡±, en palabras de su secretario general, Ignacio Garriga, y el ¡°silenciamiento medi¨¢tico¡± son las principales causas a las que atribuye Vox su fiasco en las elecciones gallegas de este domingo, en las que por segunda vez se ha quedado fuera del Parlamento.
El partido ultra aspiraba a entrar en la ¨²nica asamblea auton¨®mica en la que no tiene representaci¨®n y, para lograrlo, se hab¨ªa puesto como objetivo recuperar la confianza de los 116.000 gallegos que, en las generales de 2019, votaron a Abascal; o, al menos, de los 79.672 que lo hicieron en julio pasado. Lejos de lograrlo, se ha quedado con solo 32.493 votos, menos de la mitad de los que obtuvo hace poco m¨¢s de seis meses.
Garriga ha asegurado este lunes que Vox ha sido ¡°el ¨²nico partido nacional que ha crecido en Galicia¡±; obviando que, aunque su partido haya tenido unos 5.000 votos m¨¢s que en las ¨²ltimas auton¨®micas, el PP ha aumentado por encima de los 73.000. S¨ª ha podido presumir con m¨¢s fundamento de que la formaci¨®n ultra ha recibido m¨¢s sufragios que Sumar y Podemos juntos. Pero, al margen de estos argumentos de autoconsuelo, ha acabado reconociendo: ¡°Este no es el resultado que esper¨¢bamos y al que aspir¨¢bamos¡±.
Vox culpa de su fracaso al ¡°voto del miedo¡±: es decir, al mensaje machaconamente repetido por el PP de que apoyar al partido ultra era dividir el voto de la derecha y abrir las puertas de la Xunta al nacionalismo del BNG. En el mismo paquete mete a los medios de comunicaci¨®n, a los que acusa de ¡°manipular, estigmatizar y silenciar¡± su discurso. No solo se trata de que la televisi¨®n p¨²blica gallega excluyera a su candidato, ?lvaro D¨ªaz-Mella, del principal debate electoral, sino de que la mayor¨ªa de medios de comunicaci¨®n gallegos les ha marginado, seg¨²n Garriga, en su cobertura informativa, ¡°y as¨ª es muy dif¨ªcil que nuestro mensaje llegue al electorado¡±.
Entre excusas y acusaciones a terceros hay poco espacio para la autocr¨ªtica, pero el secretario general de Vox ha dejado una rendija al reconocer que su partido debe ¡°redoblar los esfuerzos para tener mayor presencia en la calle, algo que podr¨ªamos haber hecho durante los ¨²ltimos cuatro a?os, sin ninguna duda¡±, ha apostillado.
Tras las elecciones auton¨®micas de 2020, la direcci¨®n nacional de Vox se desentendi¨® de Galicia y esa fue la causa que esgrimi¨® para abandonar el partido Ricardo Morado, su cabeza de lista en aquella cita con las urnas. A poco m¨¢s de un mes para las elecciones del 18-F, Vox ni siquiera ten¨ªa candidato y tuvo que recurrir a ¨²ltima hora a su presidente provincial en Pontevedra, ?lvaro D¨ªaz-Mella, que ya hab¨ªa fracasado en dos ocasiones como aspirante a concejal y a diputado en el Congreso.
La falta de presencia institucional ¡ªVox solo tiene un edil, en la localidad orensana de Avi¨®n¡ª e implantaci¨®n territorial se agrava por la condici¨®n castellanohablante de la gran mayor¨ªa de sus cuadros, como se comprueba en sus m¨ªtines, lo que dificulta su penetraci¨®n en las zonas rurales. Aunque su porcentaje de voto (2,19% en el conjunto de Galicia) se ha quedado en todas las provincias muy lejos del 5% m¨ªnimo para entrar al Parlamento, Vox ha obtenido mejores resultados en ciudades como Ferrol, A Coru?a o Vigo (entre el 2,8% y el 2,4%); que en provincias como Lugo y Ourense (1,8% y 1,5%). En esta ¨²ltima ha tenido que competir adem¨¢s con la derecha populista del alcalde orensano Gonzalo P¨¦rez J¨¢come, de Democracia Ourensana.
Fuentes del partido ultra admiten que la base social del PP ¡ªla ¡°estructura caciquil¡±, seg¨²n sus palabras¡ª es muy s¨®lida y resulta dif¨ªcil de romper para una formaci¨®n nueva como Vox, que tampoco ha sido capaz de capitalizar el malestar de agricultores, ganaderos o pescadores con las pol¨ªticas de Bruselas, como s¨ª logr¨® en Castilla y Le¨®n y Murcia. A ello se a?ade, aunque sus dirigentes no lo reconozcan, que Vox ha trasladado mec¨¢nicamente a Galicia ¡°batallas culturales¡±, como la supuesta discriminaci¨®n del castellano en la escuela, que son ajenas a esta comunidad.
El tropiezo no ser¨ªa tan grave si no se produjera al inicio de un ciclo electoral que, a lo largo de los pr¨®ximos meses, incluir¨¢ comicios para el Parlamento vasco, el Parlamento europeo y el catal¨¢n. A diferencia de la C¨¢mara gallega, Vox tiene esca?os en los tres y, por eso, no solo se arriesga a quedarse como est¨¢ sino a perder lo conseguido.
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