Incertidumbre total ante el silencio de Pedro S¨¢nchez sobre su decisi¨®n
El presidente, que hasta la noche del domingo no hab¨ªa informado a su n¨²cleo duro, comunicar¨¢ este lunes si sigue al frente del Gobierno tras la reflexi¨®n personal que abri¨® hace cinco d¨ªas
Nadie sabe nada, pero todos hablan sin parar entre ellos para intentar dilucidar qu¨¦ har¨¢ Pedro S¨¢nchez este lunes. ¡°No hacemos otra cosa que especular sin informaci¨®n¡±, admite una persona de m¨¢xima confianza del presidente. ¡°En alg¨²n momento tengo la sensaci¨®n de que estamos leyendo las cartas del Tarot: todos tratamos de interpretar signos, pero no sabemos qu¨¦ va a hacer¡±, ironiza otra persona muy cercana. Encerrado con su esposa y sus hijas durante cinco largos d¨ªas en La Moncloa, Pedro S¨¢nchez no ha querido compartir con nadie m¨¢s el proceso de su decisi¨®n. No hay reuniones, no hay despach...
Nadie sabe nada, pero todos hablan sin parar entre ellos para intentar dilucidar qu¨¦ har¨¢ Pedro S¨¢nchez este lunes. ¡°No hacemos otra cosa que especular sin informaci¨®n¡±, admite una persona de m¨¢xima confianza del presidente. ¡°En alg¨²n momento tengo la sensaci¨®n de que estamos leyendo las cartas del Tarot: todos tratamos de interpretar signos, pero no sabemos qu¨¦ va a hacer¡±, ironiza otra persona muy cercana. Encerrado con su esposa y sus hijas durante cinco largos d¨ªas en La Moncloa, Pedro S¨¢nchez no ha querido compartir con nadie m¨¢s el proceso de su decisi¨®n. No hay reuniones, no hay despachos ordinarios, no atiende a colaboradores. Solo contesta a mensajes, de forma cari?osa, agradeciendo el apoyo. Y ha dado pruebas de que le emocion¨® lo que se vivi¨® el s¨¢bado en la calle Ferraz, seg¨²n algunos dirigentes. Pero todo son respuestas muy escuetas, sin dar pistas sobre su decisi¨®n. ¡°Todo se sabr¨¢ ma?ana¡±, insisten los suyos como ¨²nica certeza. Ni siquiera est¨¢ claro si compartir¨¢ antes la decisi¨®n con el partido, con el Gobierno o al menos con el n¨²cleo duro.
Nadie sabe nada, pero en ausencia de informaci¨®n, todos aplican la l¨®gica pol¨ªtica. Y en ese contexto crece la hip¨®tesis de que S¨¢nchez va a seguir. Otra cosa es c¨®mo lo justificar¨ªa, qu¨¦ giro tendr¨ªa que hacer para explicar este proceso de reflexi¨®n de cinco d¨ªas que ha tenido en shock no solo al PSOE, sino a buena parte del pa¨ªs. Pero en l¨®gica pol¨ªtica, explican varios, gana la opci¨®n de no dimitir. Solo lo personal podr¨ªa cambiar esa idea. Y eso es lo que m¨¢s inquieta a los m¨¢s pesimistas, que se imponga una decisi¨®n personal ajena a la l¨®gica pol¨ªtica. Estos ¨²ltimos, que creen que dimitir¨¢, apelan al hecho de que S¨¢nchez no haya hablado con nadie en estos d¨ªas. Si estuviera preparando una maniobra para quedarse y salir con fuerza, dicen, habr¨ªa pedido ayuda, papeles, ideas. Y todo indica que no lo ha hecho. A¨²n as¨ª, los optimistas insisten con la l¨®gica pol¨ªtica. ¡°No puede irse despu¨¦s de todo lo que ha visto. ?l es un pol¨ªtico sensible a lo que est¨¢ viendo en la calle. No puede dejar que la ultraderecha gane la partida¡±, resume otra persona muy cercana.
En el partido, en sordina, algunos dirigentes ya empiezan a comentar que irse ahora, despu¨¦s de lo que se ha vivido en estos cinco d¨ªas, ser¨ªa una gran irresponsabilidad. Y otros est¨¢n molestos por esta espera tan larga, sin ning¨²n tipo de informaci¨®n, por un debate que lleva S¨¢nchez de forma tan privada, sin compartirlo con el partido ni con el Gobierno.
Antes del s¨¢bado, en la c¨²pula se detectaba un enorme pesimismo. Tem¨ªan que la decisi¨®n ya estuviera tomada, que fuera una dimisi¨®n irrevocable para proteger a su familia, algo contra lo que no pueden luchar los argumentos pol¨ªticos. Pero despu¨¦s del apoyo masivo en Ferraz, de las palabras de los dirigentes, algunos apelando a los socialistas muertos en la Guerra Civil, en la represi¨®n franquista, en la lucha contra ETA, algunos de los consultados, aun sin informaci¨®n, quieren creer que es imposible que S¨¢nchez se vaya en estas circunstancias.
Nadie est¨¢ preparando el d¨ªa despu¨¦s, porque ya habr¨¢ tiempo, dicen, para hacer lo que sea necesario ¡ªest¨¢n en plena campa?a catalana y viene un puente largo¡ª y ahora la prioridad es lograr que se quede y muchos de los consultados conf¨ªan en haberlo logrado en estos d¨ªas con la explosi¨®n de emotividad que el presidente sin duda ha percibido. Pero todos descartan de plano un escenario electoral si se va S¨¢nchez. Mucho m¨¢s probable parece que se intente una nueva investidura de otro candidato socialista. Mar¨ªa Jes¨²s Montero es la opci¨®n natural como vicepresidenta primera y n¨²mero dos del PSOE, pero podr¨ªa abrirse a cualquier otro nombre del partido (la Constituci¨®n no pone l¨ªmites) para aguantar el tiempo que sea posible y consolidar desde La Moncloa la sucesi¨®n, algo mucho m¨¢s sencillo con el escaparate que da la presidencia del Gobierno que hacerlo con elecciones convocadas o desde la oposici¨®n. Los socios estar¨ªan pr¨¢cticamente obligados a votar esa investidura, sobre todo los independentistas si quieren que la ley de amnist¨ªa salga adelante.
La opacidad alrededor del presidente es total, no ya para la prensa, sino para su propio equipo. En estos d¨ªas S¨¢nchez ni siquiera sale de la residencia, el Palacio de La Moncloa, el edificio donde vive y a la vez tiene despacho y zona de trabajo, que normalmente apenas usaba. En ¨¦poca de Adolfo Su¨¢rez, all¨ª se celebraban tambi¨¦n los Consejos de Ministros. Pero desde hace a?os, los presidentes trabajan en otro edificio, a un centenar de metros, donde se hacen los consejos y las audiencias en la parte de abajo, mientras en la primera planta est¨¢n el despacho del jefe del Gobierno y algunos colaboradores. Es el edificio que suele aparecer en televisi¨®n, el de las famosas escalinatas. Estos d¨ªas S¨¢nchez ni siquiera acude all¨ª. Permanece aislado en la residencia, recibiendo casi en exclusiva a familiares y leyendo miles de mensajes de apoyo de todo tipo.
El presidente despacha desde all¨ª asuntos del Gobierno, los m¨ªnimos imprescindibles, recibe alguna llamada internacional, como la del brasile?o Luiz In¨¢cio Lula da Silva, y trata cuestiones ordinarias con alg¨²n colaborador, pero sin dar ninguna pista del asunto m¨¢s relevante que ocupa sus horas y tiene en vilo al PSOE, al Gobierno, a la pol¨ªtica espa?ola y a buena parte del pa¨ªs. Desde ese edificio, m¨¢s antiguo, con aspecto mucho m¨¢s cl¨¢sico, S¨¢nchez ultima el anuncio de su decisi¨®n este lunes, 29 de abril, d¨ªa de san Pedro M¨¢rtir, que nadie en su entorno se atreve a pronosticar. Aparentemente, el discurso tambi¨¦n lo est¨¢ preparando solo, sin su equipo. Esto es lo m¨¢s extra?o, porque los pol¨ªticos suelen preparar sus movimientos con ideas, papeles y contrastes de muchos colaboradores.
La c¨²pula socialista es un tobog¨¢n de sensaciones desde el mi¨¦rcoles, la ¨²ltima vez que pudieron hablar con el l¨ªder. Fue en la sala de Gobierno del Congreso, en la que seg¨²n varios de los presentes se respiraba un ambiente de enorme inquietud, muy cargado, cuando lleg¨® S¨¢nchez y se encerr¨® un buen rato en su despacho para preparar la sesi¨®n. Estaba, recuerdan estas fuentes, visiblemente dolido. Una decena de ministros lo esperaban en la sala m¨¢s grande, casi en silencio. Margarita Robles lleg¨® y coment¨® sorprendida ¡°est¨¢is todos muy silenciosos, ?qu¨¦ ambiente hay hoy!¡±. Lleg¨® S¨¢nchez, con la cara desencajada, como se le ver¨ªa luego en el hemiciclo, y nadie se animaba hasta que Teresa Ribera le pregunt¨® c¨®mo estaba. El presidente, que conoc¨ªa desde hac¨ªa unas horas que un juez hab¨ªa abierto diligencias contra su esposa, Bego?a G¨®mez, habl¨® poco, solo les dijo que ten¨ªa que pensar bien lo que estaba pasando. Todos le vieron muy golpeado.
Despu¨¦s sali¨® a toda prisa, y en el coche tampoco habl¨® con nadie. Se encerr¨®, y alrededor de las 18.30, cuando todos los ministros eran ajenos a lo que se estaba fraguando, ?scar L¨®pez, su jefe de gabinete, sali¨® de una reuni¨®n ordinaria porque le llamaba el jefe. Volvi¨® desencajado, y le dijo a Francesc Vall¨¦s, secretario de Estado de Comunicaci¨®n, que ten¨ªa que publicar una carta en la que el presidente anunciaba un periodo de reflexi¨®n para plantearse la dimisi¨®n. Desde entonces, no ha habido pr¨¢cticamente ninguna informaci¨®n solvente de lo que est¨¢ pasando por su cabeza en estas horas. Varios dirigentes nacionales y territoriales consultados, que viven m¨¢s de sensaciones que de informaci¨®n en esta cuesti¨®n, quieren creer que S¨¢nchez no puede irse despu¨¦s de todo lo que ha pasado. Que no es su estilo. Que no tendr¨ªa sentido y no dejar¨ªa un buen mensaje en su salida. Otros creen que la dimisi¨®n por motivos personales es imparable. La decisi¨®n es solo suya, y la incertidumbre seguir¨¢ hasta el ¨²ltimo minuto.