Un salto federal ambicioso, pero no al vac¨ªo
Muchos de los que hoy critican el pacto entre socialistas y republicanos lo seguir¨¢n, y querr¨¢n aplic¨¢rselo tambi¨¦n en casa, como ha sucedido siempre en la construcci¨®n del Estado auton¨®mico
El pacto entre los socialistas y los republicanos para investir president de la Generalitat a Salvador Illa supone un largo salto en el camino a la Espa?a federal, pero no al vac¨ªo. Muchos de los que hoy lo critican lo seguir¨¢n. Querr¨¢n aplic¨¢rselo tambi¨¦n en casa, como ha sucedido siempre en la construcci¨®n del Estado auton¨®mico.
El texto deja inc¨®gnitas e imprecisiones, y alguna incertidum...
El pacto entre los socialistas y los republicanos para investir president de la Generalitat a Salvador Illa supone un largo salto en el camino a la Espa?a federal, pero no al vac¨ªo. Muchos de los que hoy lo critican lo seguir¨¢n. Querr¨¢n aplic¨¢rselo tambi¨¦n en casa, como ha sucedido siempre en la construcci¨®n del Estado auton¨®mico.
El texto deja inc¨®gnitas e imprecisiones, y alguna incertidumbre. Pero nada que no pueda encauzarse por las v¨ªas legislativas e institucionales correspondientes (Parlament, Congreso, Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera, Senado), si quieren ser artefactos de convivencia y no de ruido o imprecaciones.
El autogobierno fiscal o cesi¨®n de impuestos a las autonom¨ªas alcanza con este hito su ¨¦xtasis. Es normal que proliferen los recelos. Cuando en 1993 se cedi¨® el 15% de la recaudaci¨®n del IRPF, se dijo que Espa?a se romp¨ªa. Cuando en 1996 Jose Mar¨ªa Aznar acreci¨® esa cesi¨®n al 30% a cambio del voto de Jordi Pujol a su investidura, en Espa?a tambi¨¦n hubo ladridos. Cuando en 2001 la aument¨® al 33% para obtener otra vez su apoyo, las protestas fueron en sordina. Aumentaron cuando en 2009 se extendi¨® la corresponsabilidad fiscal de las autonom¨ªas a tres impuestos, entre ellos el IRPF y el IVA, al 50%, pero ya menos.
Lo de ahora es un paso m¨¢s, en la misma senda. Cierto que m¨¢s contundente y ambicioso: prefigura la recaudaci¨®n completa de todos los impuestos para la comunidad que los origina: aunque nada concrete sobre el de sociedades. Pero, sobre todo, estipula un doble peaje trascendental: los catalanes seguir¨¢n pagando, aunque de otra manera, sendos peajes en contraprestaci¨®n a los servicios que les presta el Estado (Defensa, pol¨ªtica exterior...); y una contribuci¨®n solidaria para la nivelaci¨®n de los territorios menos pr¨®speros, ampliando lo que ocurre (si bien modestamente) en el concierto vasco y el convenio navarro.
Mientras eso se cumpla, estamos dentro de la esfera constitucional, aunque pueda Catalu?a desgajarse de la LOFCA: sin problema, es una mera ley, reemplazable o reformable. No hay en esencia peligro de insolidaridad, descohesi¨®n o desguace de las subvenciones a los territorios receptores de fondos de cohesi¨®n internos.
Claro est¨¢ que todo depende del grado. La excelencia o inconveniencia de la operaci¨®n se ver¨¢ seg¨²n varios par¨¢metros. Primero: que sea suficiente para los catalanes, guardando la ¡°ordinalidad¡± por la que el m¨¢s solidario (y son los terceros en esa virtud) no acaba en pen¨²ltimo lugar a la hora de la financiaci¨®n per c¨¢pita, como ahora. Segundo, que puedan replicarla otras autonom¨ªas interesadas, como siempre hicieron. Y tercero, que el Estado (o sea, la Administraci¨®n General del Estado), no se quede en los huesos para prestar erga omnes los servicios que tiene atribuidos. Eso depender¨¢ de c¨®mo y en cu¨¢nto se fije la ¡°cuota de pertenencia¡± a ese Estado, y de c¨®mo y en cuanto se establezca el apoyo a los meridionales: la solidaridad es un imperativo moral permanente, pero no de cuantificaci¨®n fija e inmutable.
Antes de enredar, protestar y subvertir, tomemos ejemplo de los vecinos. El Tribunal Constitucional de la Alemania Federal, con sede en Karlsruhe, tiene formulada la doctrina seg¨²n la que la cesi¨®n de competencias (hacia ¡°arriba¡±, la UE) se ancla en el dilema de si la RFA retiene suficientes competencias como para ahormar el futuro econ¨®mico del pa¨ªs. Por fortuna es una discusi¨®n reservada a quienes sumen y resten. Envidiosos, pescadores en r¨ªo revuelto e insultadores profesionales, abstenerse.