La financiaci¨®n ¡°singular¡± del PSC: un consorcio tributario y m¨¢s recursos para Mossos, prisiones e investigaci¨®n
Los socialistas consideran que su propuesta encaja en el r¨¦gimen com¨²n, pero con unas normas m¨¢s claras
Catalu?a asume competencias que otras comunidades no tienen, por lo que requiere m¨¢s recursos. Esa es la m¨¢xima con la que el l¨ªder del PSC, Salvador Illa, trata de argumentar la necesidad de sacar adelante un nuevo sistema de financiaci¨®n para Catalu?a. Consideran los socialistas catalanes que ese nuevo marco puede cerrarse dentro del r¨¦gimen com¨²n que comparten el grueso de las comunidades, con la excepci¨®n de Pa¨ªs Vasco y Navarra, y que se argumenta dentro de un principio de ¡°solidaridad y justicia¡±, pese a las reticencias internas existentes en el PSOE por parte de algunos de sus barones, que ya lo han tildado de ¡°privilegio¡±, al igual que el PP.
La propuesta del PSC entra dentro de los par¨¢metros que en febrero pasado reclam¨® al un¨ªsono el mundo econ¨®mico y empresarial catal¨¢n, que ve en la mejora de los recursos de los que dispone la Generalitat como un anhelo y la f¨®rmula m¨¢s factible para pasar p¨¢gina definitivamente al proc¨¦s. El punto de partida es un aumento de los recursos que el Estado aporta al sistema de reparto, aumentando las proporciones de los impuestos cobrados que acaban en las tesorer¨ªas auton¨®micas, una cuesti¨®n compartida por la mayor parte de los expertos en financiaci¨®n territorial. A partir de ah¨ª, llama a que Catalu?a participe de alguna manera en el control de la recaudaci¨®n de los impuestos a trav¨¦s del consorcio tributario incluido en el Estatuto aprobado en 2005, que el Tribunal Constitucional no tumb¨® y que no se ha impulsado en 20 a?os. Esa opci¨®n dotar¨ªa de mayor agilidad a la Generalitat a la hora de elaborar Presupuestos y facilitar¨ªa la implementaci¨®n de medidas legislativas de calado fiscal, aunque queda lejos de la reivindicaci¨®n de ERC y Junts, que reclaman que la Generalitat sea el ¨²nico sujeto que cobre tributos en la comunidad.
Hay otra cuesti¨®n que Illa no se cansa de repetir. Y es que, una vez repartidos los recursos destinados al reequilibrio territorial, el volumen de recursos per c¨¢pita de las comunidades m¨¢s ricas no puede quedar por debajo del de las m¨¢s pobres. Es lo que los t¨¦cnicos denominan el principio de ordinalidad y que los sucesivos gobiernos catalanes han subrayado como una de las fuentes de sus quejas en los ¨²ltimos a?os. Ese efecto se deriva de la amalgama de cuatro fondos diferentes (el de garant¨ªa de servicios p¨²blicos fundamentales, el de suficiencia, el de competitividad y el de cooperaci¨®n) que reparten recursos en funci¨®n de las peticiones de cada gobierno regional, desarbolando cualquier l¨®gica de redistribuci¨®n.
La dificultad b¨¢sica para entender el modelo de financiaci¨®n defendido por los socialistas catalanes es la ¡°singularidad¡± de la que hablaron la pasada semana el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, y su vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, Mar¨ªa Jos¨¦ Montero, que es la que levanta ampollas en el resto de territorios. Illa y su equipo en el PSC lo circunscriben a la necesaria financiaci¨®n especial que requiere la Generalitat, especialmente por las competencias propias con las que no cuentan otras administraciones. Los socialistas citan la seguridad, vinculada al cuerpo de los Mossos d¡¯Esquadra, y la pol¨ªtica penitenciaria, que tampoco tienen el resto de gobiernos territoriales. Pero a esas dos se podr¨ªan sumar las pol¨ªticas de la lengua catalana, las de la investigaci¨®n y el desarrollo y, en el futuro, si se acabara transfiriendo, la financiaci¨®n del servicio de corta distancia de Renfe, Rodalies.
No son pocos recursos los que suponen esas partidas de gasto, seg¨²n un repaso de los presupuestos auton¨®micos del a?o pasado. El coste de la direcci¨®n general de la polic¨ªa auton¨®mica, su plantilla y las competencias de tr¨¢fico (tambi¨¦n transferidas a la Generalitat) se comieron cerca de 1.500 millones, el ¨¢rea de asuntos penitenciarios, m¨¢s su personal y las actividades de reinserci¨®n superaron los 390 millones de euros y el presupuesto auton¨®mico en investigaci¨®n se aproxim¨® tambi¨¦n a los 300 millones de euros.
Para los socialistas, la mejora de la financiaci¨®n auton¨®mica tambi¨¦n tendr¨ªa que permitir que Catalu?a continuara siendo una de las locomotoras econ¨®micas de Espa?a. En ese sentido, el programa con el que ganaron en las pasadas elecciones auton¨®micas contemplaba asegurar un grado de inversi¨®n estatal en infraestructuras en Catalu?a equivalente a su peso en el PIB espa?ol, alrededor del 19%, tal y como asum¨ªa el Estatuto auton¨®mico para los primeros siete a?os tras su aprobaci¨®n, y que apenas en un ejercicio se cumpli¨®.
La financiaci¨®n singular de la que hablan Illa y Esquerra tiene poco que ver, empezando porque los republicanos quieren una negociaci¨®n formal y bilateral Generalitat-Estado y acabando porque los republicanos quieren que la Generalitat, o su Agencia Tributaria de Catalu?a, sea el ¨²nico sujeto recaudador en Catalu?a, encarg¨¢ndose de los 52.000 millones de euros que se pagan en la comunidad (datos de 2021). Es la base del modelo de los republicanos: tener la llave de la caja. Una vez controlado el dinero, har¨ªa una transferencia al Estado por lo que se gaste en la comunidad para sufragar sus competencias y las inversiones que realice. Y efectuar¨ªa otro traspaso de dinero como f¨®rmula de solidaridad para el resto de comunidades que necesiten recursos. Cu¨¢l es la cuant¨ªa que se destinar¨ªa a redistribuci¨®n territorial es una inc¨®gnita, pero ingresar 52.000 millones dar¨ªa mucho margen a la Generalitat. Sus actuales Presupuestos se alimentan de 30.000 millones procedentes de la v¨ªa de impuestos, tanto de los que ya recauda la Generalitat como de los que se encarga el Estado.
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