La inmigraci¨®n crece, los delitos no: los datos de Interior rebaten la conexi¨®n entre m¨¢s extranjeros y m¨¢s delincuencia
El Ministerio no encuentra impacto ¡°negativo o significativo¡± del n¨²mero de extranjeros en Espa?a sobre la tasa de criminalidad, que se mantiene a la baja o estable desde 2011
El estereotipo falso de los inmigrantes como potenciales delincuentes, alimentado por Vox y en el que el PP se ha empezado a acomodar, no se corresponde con los estudios de ciencias sociales. Sin embargo, cala y revive peri¨®dicamente pese a las argumentaciones. ¡°La ciencia no casa con el populismo. No hay duda. No hay relaci¨®n directa entre migraci¨®n y delincuencia¡±, sostiene Elisa Garc¨ªa Espa?a, catedr¨¢tica de Derecho Penal y Criminolog¨ªa de la Universidad de...
El estereotipo falso de los inmigrantes como potenciales delincuentes, alimentado por Vox y en el que el PP se ha empezado a acomodar, no se corresponde con los estudios de ciencias sociales. Sin embargo, cala y revive peri¨®dicamente pese a las argumentaciones. ¡°La ciencia no casa con el populismo. No hay duda. No hay relaci¨®n directa entre migraci¨®n y delincuencia¡±, sostiene Elisa Garc¨ªa Espa?a, catedr¨¢tica de Derecho Penal y Criminolog¨ªa de la Universidad de M¨¢laga. ¡°La percepci¨®n es tan fuerte, el estereotipo y el prejuicio es tan potente que es, como dice el soci¨®logo norteamericano Rub¨¦n G. Rumbaut, una idea zombi. Por mucho que la matas, que la contraargumentas y que demuestran que no es as¨ª, permanece viva¡±, a?ade.
El miedo a la inmigraci¨®n ha vuelto a pasearse por la agenda pol¨ªtica ¨Dy las redes sociales¨D coincidiendo con las elecciones catalanas o frente a la crisis que sufre Canarias. Tanto ha pesado, que Vox lleg¨® a romper los cinco gobiernos auton¨®micos que form¨® con el PP porque los populares accedieron al reparto de 400 menores migrantes en la Pen¨ªnsula. El PP ha comenzado a sumergirse en un marco argumental que hasta ahora copaba la extrema derecha, que habitualmente habla de ¡°delitos importados¡±, en referencia a las violaciones grupales, o que defiende postulados manipulados como que ¡°la inmigraci¨®n ilegal por su propia denominaci¨®n es delincuencia¡±, como manifest¨® el portavoz de Vox, Jorge Buxad¨¦, en abril de 2023.
En la campa?a de las elecciones catalanas, a comienzos de mayo, Alberto N¨²?ez Feij¨®o pidi¨® el voto en Catalu?a para que los inmigrantes ¡°no ocupen nuestros domicilios¡±. ¡°Los espa?oles tienen derecho a salir tranquilamente a la calle¡±, a?adi¨® el l¨ªder del PP el 22 de julio ante los suyos, un d¨ªa antes de votar en contra, junto a Junts y Vox, de la reforma de la ley de extranjer¨ªa pactada con el Gobierno de Canarias (del que forman parte los populares) con el Ejecutivo central, para aliviar la situaci¨®n l¨ªmite en las islas por la llegada de menores migrantes no acompa?ados.
Frente a la actuaci¨®n pol¨ªtica, sucesos como el crimen de un ni?o de 11 a?os en Mocej¨®n (Toledo) han sido agitados desde las redes sociales por ultras, como el eurodiputado Alvise P¨¦rez, vinculando el homicidio del menor a personas migrantes. La Fiscal¨ªa lleg¨® a anunciar que estudiaba la trascendencia jur¨ªdico penal de estos ¡°mensajes falsos¡± por criminalizar ¡°de forma generalizada¡± a personas extranjeras, tras lo que muchos de quienes los propagaron los borraron e, incluso, cerraron sus cuentas en redes.
Todo ello, en un pa¨ªs considerado seguro. La tasa de criminalidad espa?ola, 48 infracciones penales por cada 1.000 habitantes (incluido el cibercrimen) en 2022, se mantiene baja frente a pa¨ªses del entorno, como Reino Unido (79,5 por mil habitantes), B¨¦lgica (74,8), Alemania (60,7) o Dinamarca (53,9). La tasa de criminalidad convencional en Espa?a, en la que no se incluye el cibercrimen porque en su mayor¨ªa se comete desde fuera del pa¨ªs, tiene incluso una tendencia a la baja o estable en los ¨²ltimos 13 a?os y se sit¨²a en 41 delitos por cada 1.000 habitantes, seg¨²n datos del Ministerio del Interior.
El equipo de coordinaci¨®n y estudios del Ministerio, que realiza los balances de criminalidad, ha comparado esta ¨²ltima tasa con las cifras de extranjeros en Espa?a (que no distinguen entre comunitarios y no comunitarios) y ha concluido que ¡°el fen¨®meno de la inmigraci¨®n no est¨¢ teniendo un impacto negativo ni significativo sobre la criminalidad¡±, seg¨²n fuentes del departamento de Fernando Grande-Marlaska. La poblaci¨®n extranjera se encuentra en estos momentos en un 13,4%, seg¨²n estas cifras.
Antonia Linde, directora del grado de Criminolog¨ªa de la Universidad Oberta de Catalunya y especializada en estad¨ªsticas sobre criminalidad, ve la estabilidad en las tasas como una ¡°buena se?al¡±. ¡°Podr¨ªa ser un indicador de que la poblaci¨®n inmigrante est¨¢ mejorando sus condiciones de vida en Espa?a y est¨¢n menos desempleados y, por lo tanto, viven en una menor situaci¨®n de precariedad y pobreza. Habr¨ªa que analizar si las tasas permanecen estables en igual medida para los nacionales y los extranjeros¡±, a?ade.
Los datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) indican que los espa?oles delinquen m¨¢s que las personas extranjeras en t¨¦rminos absolutos. En 2022, un 74,19% de los condenados ten¨ªan nacionalidad espa?ola, frente a un 25,81% de extranjeros. Pero si se analizan las tasas por cada 1.000 habitantes, es cierto que la de condenados extranjeros duplica a la de los espa?oles, 18,1 frente a 7,5. Sin embargo, los crimin¨®logos advierten de que existe una sobrerrepresentaci¨®n de los extranjeros por diversos factores, ninguno de los cuales es su nacionalidad o su origen.
Garc¨ªa Espa?a, que lleva m¨¢s de 20 a?os investigando la relaci¨®n entre inmigraci¨®n y delincuencia, incide en que metodol¨®gicamente es muy dif¨ªcil establecer una relaci¨®n cierta entre ambos fen¨®menos, antes que nada por la definici¨®n de inmigrante. ¡°En las estad¨ªsticas no se recoge qui¨¦n es migrante, sino su procedencia. Lo m¨¢s aproximado son las personas que caen bajo la ley de extranjer¨ªa, que son todos extracomunitarios¡±, explica. ¡°El t¨¦rmino inmigraci¨®n es sociol¨®gico y no se computa en ning¨²n sitio¡±, a?ade.
¡°Hay que saber de qu¨¦ se habla¡±, coincide la crimin¨®loga Linde. ¡°Un emigrante es aquella persona que se muda a otro pa¨ªs con intenci¨®n de establecerse y no son todos los extranjeros. Hay en prisi¨®n extranjeros por cometer delitos relacionados con el crimen organizado. Estos no son emigrantes, sino personas de otra nacionalidad que vienen a cometer un delito en territorio espa?ol, son detenidas y condenadas y pasan a formar parte de la poblaci¨®n penitenciaria¡±, detalla.
Linde cita circunstancias que pueden explicar que las estad¨ªsticas reflejen una sobrerrepresentaci¨®n de extranjeros en prisi¨®n y que hay que tener en cuenta, como que son asistidos por abogados de oficio porque no disponen de recursos econ¨®micos para una mejor defensa; que se benefician en menor medida de los terceros grados penitenciarios o semilibertad por no disponer de arraigo, domicilio familiar, o empleo; o que, como indican muchos estudios, la poblaci¨®n emigrante es interpelada por la polic¨ªa en mayor medida que los nacionales, de modo que ¡°hay m¨¢s probabilidades de que un delito cometido por un extranjero sea detectado por las instancias policiales¡±.
Tambi¨¦n se ha demostrado la vinculaci¨®n de esa sobrerrepresentaci¨®n al hecho de vivir en zonas empobrecidas, con altos ¨ªndices de desempleo. ¡°Si miramos la tasa de delincuencia en la poblaci¨®n en general, el desempleo es tambi¨¦n una de las caracter¨ªsticas presentes¡±, a?ade. ¡°La evidencia emp¨ªrica ha refutado las teor¨ªas que sosten¨ªan la existencia de culturas m¨¢s crimin¨®genas. No podemos asociar el hecho de ser migrante con ser delincuente¡±, concluye Linde.
Como es un tema complejo, los estudios analizan datos por regiones o provincias en periodos de 10 o m¨¢s a?os. C¨¦sar Alonso-Borrego, profesor de econom¨ªa en la Universidad Carlos III de Madrid, es coautor de un estudio publicado en 2012 por la revista American Law and Economics Review, en el que se concluye que no se encuentra una relaci¨®n entre migraci¨®n y criminalidad. El trabajo, muy citado en el ¨¢mbito cient¨ªfico, analiz¨® la base de datos policial provincial de 1999 a 2009 y tuvo en cuenta variables como la diferencia entre nativos espa?oles e inmigrantes por nivel educativo, caracter¨ªsticas socioecon¨®micas, edad, g¨¦nero, lengua materna o procedencia.
¡°Vimos con otras fuentes de datos qui¨¦nes son las personas que cometen los delitos: hombres j¨®venes con niveles de estudios bajos o por debajo de la media, cuya importancia es relativamente mayor en la poblaci¨®n migrante¡±, explica el profesor. Esto explica, coinciden estos expertos, la sobrerrepresentaci¨®n de los migrantes en las tasas, porque en el total de adultos que residen en Espa?a hay mayor proporci¨®n de j¨®venes extranjeros, cuya edad coincide con las personas migrantes.
La investigaci¨®n de Alonso-Borrego no encontr¨® que la migraci¨®n afectara significativamente al total de delitos, ni a los delitos graves o contra la propiedad. Solo se encontr¨® un efecto positivo en torno al 1% en infracciones administrativas. ¡°No es el estatus de inmigrante lo que explica una mayor propensi¨®n a delinquir¡±, resalta el profesor de la Carlos III, que hace hincapi¨¦ en el contexto que rodea a las personas. ¡°Sigo sin ver justificaci¨®n al alarmismo¡±, a?ade el profesor.
La oleada migratoria del estudio del profesor Alonso-Borrego ten¨ªa una parte sustancial de ciudadanos latinoamericanos. Los autores, entre los que tambi¨¦n se encuentran Nuno Garoupa y Pablo V¨¢zquez, llegaron a la conclusi¨®n de que el hecho de compartir idioma hab¨ªa facilitado su integraci¨®n. El efecto es similar al que se produjo en Estados Unidos, con la llamada paradoja latina, sobre la llegada de inmigrantes mexicanos y la reducci¨®n de la delincuencia en algunas ¨¢reas, y que se consider¨® una ¡°selecci¨®n virtuosa¡± de individuos cuya propensi¨®n a cometer delitos era inferior a la de la poblaci¨®n nativa. Otra nacionalidad, la rumana, una de las m¨¢s antiguas en llegar a Espa?a, tard¨® m¨¢s en integrarse. ¡°Cuando pas¨® algo m¨¢s de tiempo disminuy¨® [su tasa de delincuencia] asimil¨¢ndose a la de los nativos. Sin duda una receta es la integraci¨®n¡±, concluye Alonso-Borrego.
En los ¨²ltimos nueve a?os, el porcentaje de personas espa?olas y extranjeras (incluidos ciudadanos comunitarios) detenidas o investigadas por infracciones penales ha permanecido estable, seg¨²n los datos de Interior. Que los ciudadanos extranjeros est¨¦n implicados en una media del 33% de los casos policiales es un ejemplo de esa sobrerrepresentaci¨®n, seg¨²n los expertos, que recuerdan otros elementos ya citados, como la especial focalizaci¨®n de la polic¨ªa sobre ciertos colectivos o que no todos los procedimientos siguen finalmente adelante.
¡°El problema es c¨®mo acogemos a estas personas, como hacemos su integraci¨®n social¡±, se?ala la catedr¨¢tica Garc¨ªa Espa?a. ¡°Ponemos la atenci¨®n en los que llegan de fuera como si vinieran con el gen de delincuente. (...) Simplificarlo todo en el concepto de inmigraci¨®n, en mi opini¨®n es racismo, porque debajo hay un mont¨®n de argumentos, indicadores y variables que nada tienen que ver con el hecho de ser extranjero, ni con el proceso migratorio¡±, a?ade.