Los testimonios de dos etarras convertidos en testigos protegidos de la justicia: ¡°Estoy en deuda con la democracia¡±
Las declaraciones de los exterroristas en la Audiencia Nacional, a cuyo contenido tuvo acceso EL PA?S, han impulsado este 2024 el procesamiento de cuatro exjefes de la banda por los asesinatos de Miguel ?ngel Blanco y el empresario Francisco Arratibel
Apenas diez minutos antes de que el reloj marcase las 12.00 del pasado 23 de abril, una cita muy particular daba comienzo en la Audiencia Nacional. El magistrado Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n, que ha dirigido el Juzgado Central de Instrucci¨®n 6 hasta su jubilaci¨®n este septiembre, iniciaba el interrogatorio a un antiguo etarra que quer¨ªa colaborar con la justicia. Solo un d¨ªa antes, otro exterrorista de la banda se sentaba ante el juez para lo mismo. Son los dos ¨²nic...
Apenas diez minutos antes de que el reloj marcase las 12.00 del pasado 23 de abril, una cita muy particular daba comienzo en la Audiencia Nacional. El magistrado Manuel Garc¨ªa-Castell¨®n, que ha dirigido el Juzgado Central de Instrucci¨®n 6 hasta su jubilaci¨®n este septiembre, iniciaba el interrogatorio a un antiguo etarra que quer¨ªa colaborar con la justicia. Solo un d¨ªa antes, otro exterrorista de la banda se sentaba ante el juez para lo mismo. Son los dos ¨²nicos exmiembros de ETA conocidos a los que se les ha concedido recientemente la condici¨®n de testigos protegidos, y sus testimonios ya han permitido avanzar en varias causas contra los exjefes del extinto grupo armado. ¡°Creo que es mi deber. Creo que debo hacerlo. Estoy en deuda con la democracia¡±, dijo uno de ellos al fiscal, seg¨²n las actas que recogen el contenido de aquellos encuentros, a las que ha tenido acceso EL PA?S.
¡ª?Cu¨¢ndo surgi¨® su deber de cooperar con la Administraci¨®n de Justicia? ¡ªle pregunt¨® el ministerio p¨²blico a uno de estos dos exetarras, que milit¨® en un comando legal (de miembros no fichados y que atentan mientras aparentan seguir con su vida habitual) desde 1993 hasta que fue detenido en 2001.
¡ªBueno, no estoy seguro cu¨¢ndo ocurre ni de qu¨¦ manera ocurre, pero s¨¦ que hay un momento en el que creo que debo hacerlo ¡ªrespondi¨® el exterrorista.
A la misma pregunta se enfrent¨® su antiguo compa?ero de armas, que pas¨® por la c¨¢rcel y form¨® parte de la banda ¡°en los 80¡±: ¡°No quiero poner la fecha por si acaso, por no dar pistas¡±.
¡ª?El motivo de venir ahora a declarar a la Audiencia Nacional? ¡ªle inquiri¨® el fiscal.
¡ªHa sido una evoluci¨®n que he tenido, me he dado cuenta el da?o que he hecho y quiero colaborar con la justicia y con la Guardia Civil ¡ªrespondi¨® ¨¦l.
¡ª?Quiere ayudar en lo que pueda a esclarecer los atentados de ETA?
¡ªS¨ª, en lo que pueda, en lo que s¨¦ y conozco.
Los testimonios de los dos etarras ¡ªcuya identidad se mantiene bajo secreto¡ª han adquirido importancia en varias causas. Sus respuestas ante Garc¨ªa-Castell¨®n se produjeron dentro del sumario reabierto por el atentado contra Miguel ?ngel Blanco, el concejal del PP de Ermua (Bizkaia) secuestrado y asesinado en julio de 1997, por el que se proces¨® este mismo abril de 2024 a cuatro exjefes de la banda (Jos¨¦ Javier Arizcuren, alias Kantauri; Mikel Albisu, Mikel Antza; Mar¨ªa Soledad Iparraguirre, Anboto; e Ignacio Miguel Gracia Arregui, I?aki de Renter¨ªa). Antes, en 2023, los arrepentidos ya hab¨ªan declarado ante el juez Alejandro Abascal, en las pesquisas que siguen vivas por el crimen de Gregorio Ord¨®?ez, edil popular de San Sebasti¨¢n (Gipuzkoa), a quien un comando de ETA mat¨® de un disparo en la nuca en 1995. Y, paralelamente, sus palabras se han incorporado a las indagaciones sobre el asesinato del empresario Francisco Arratibel en 1997, permitiendo procesar tambi¨¦n por este crimen a Kantauri, Antza, Anboto e I?aki de Renter¨ªa.
Precisamente, la Audiencia Nacional prev¨¦ celebrar este lunes dos vistas para estudiar los recursos de tres de ellos (Antza, Anboto y Renter¨ªa) por su procesamiento por el atentado de Miguel ?ngel Blanco. En un comunicado, la asociaci¨®n de v¨ªctimas Dignidad y Justicia ya agradeci¨® ¡°sin paliativos¡± la ayuda de los dos etarras convertidos en testigos protegidos, as¨ª como ¡°su disposici¨®n a reducir el da?o y a resolver judicialmente casos hasta ahora no esclarecidos¡±.
M¨¢s de 200 respuestas
Cuando acudieron el pasado abril a la Audiencia Nacional, los dos exetarras arrepentidos respondieron a m¨¢s de 200 preguntas del juez Garc¨ªa-Castell¨®n y de la Fiscal¨ªa. A lo largo de sus declaraciones, ofrecieron detalles del funcionamiento interno de los comandos de la banda; se?alaron a dirigentes concretos de ETA por dar las ¨®rdenes para atentar; y especificaron qui¨¦n y c¨®mo se eleg¨ªa a los objetivos. ¡°Se tomaba todo lo espa?ol como enemigo del pueblo vasco¡±, lleg¨® a resumir uno de ellos.
La direcci¨®n ¡°decid¨ªa¡± el asesinato de los pol¨ªticos. Los dos testigos protegidos incidieron en que ETA funcionaba con una estructura muy ¡°jerarquizada¡±, donde los comandos solo ten¨ªan v¨ªa libre para atentar contra miembros de la ¡°Polic¨ªa, Guardia Civil y del Ej¨¦rcito¡±, pero que deb¨ªan recibir ¨®rdenes precisas de la c¨²pula para atacar a otros ¡°objetivos¡± concretos, como pol¨ªticos, fiscales o jueces. En estos casos, la direcci¨®n ¡°planificaba todo¡± y daba las instrucciones a trav¨¦s de un sistema de ¡°buzones¡±: ¡°Siempre ellos [el comit¨¦ ejecutivo] decid¨ªan contra estos objetivos¡±. ¡°El comit¨¦ ejecutivo ha trabajado siempre igual¡±.
Los jefes se?alados. A lo largo de sus declaraciones, los dos testigos protegidos apuntaron a una docena de exjefes de ETA. A varios los se?alaron sin paliativos. Entre ellos, por ejemplo, a los ya mencionados Anboto y Antza; y a Javier Garc¨ªa Gaztelu, Txapote; Ainhoa Mugica, Olga; y Juan Antonio Olarra, Jokin: ¡°Eran ellos los que daban la autorizaci¨®n para atentar. Al menos esa era la impresi¨®n que daba cuando hablaba con ellos¡±.
Ternera ¡°mandaba en todo¡±. Tambi¨¦n sali¨® el nombre de Jos¨¦ Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera, que se encuentra actualmente en Francia reclamado por Espa?a. ¡°?Durante su periodo dentro de la organizaci¨®n terrorista ETA, puede explicarnos qui¨¦n era Josu Ternera y cu¨¢l era su funci¨®n y responsabilidad dentro de la misma?¡±, se le pregunt¨® a uno de los dos arrepentidos. ¡°Ternera era el responsable del aparato pol¨ªtico, y su funci¨®n era mandar en todo. Era el n¨²mero uno, el que mandaba todo. Esto es sobre los a?os 80 [...] Detr¨¢s de [Domingo] Iturbe, [Txomin, muerto en 1987], era el siguiente que organizaba todo. El que m¨¢s fuerza ten¨ªa¡±.
Otegi y el atentado de Miguel ?ngel Blanco. Al tratarse de un pol¨ªtico, los dos arrepentidos subrayaron que ning¨²n comando pudo secuestrar y asesinar al concejal de Ermua por su cuenta. ¡°?Sabe qui¨¦n dio la orden?¡±, les pregunt¨® el magistrado Garc¨ªa-Castell¨®n. ¡°No, pero seguro que fue el comit¨¦ ejecutivo de ese momento. No lo creo, s¨¦ que seguro fue el comit¨¦ ejecutivo¡±, destac¨® uno de los exetarras. ¡°Al tratarse de un pol¨ªtico, la decisi¨®n se tomar¨ªa por el aparato pol¨ªtico [...] La responsabilidad fue compartida y eman¨® desde la direcci¨®n de ETA¡±, respondi¨® el otro testigo protegido.
¡°Si me hubieran dado la orden, [yo] lo tendr¨ªa que haber hecho¡±, admiti¨® uno de ellos. ?Si el comit¨¦ ejecutivo de ETA hubiese querido se hubiera evitado el asesinato de Miguel ?ngel Blanco? ¡°S¨ª, con seguridad¡±. ¡°El comando no podr¨ªa haber llevado a cabo el asesinato [tras el secuestro] si no hubiera recibido las ¨®rdenes del comit¨¦ ejecutivo, puesto que hab¨ªa impuestas unas condiciones, que el comando no ten¨ªa por qu¨¦ saber si se hab¨ªan cumplido o no [...] Finalmente lo asesinaron, y eso cont¨® con la aprobaci¨®n de la direcci¨®n de ETA seguro¡±.
El juez pregunt¨® por la supuesta implicaci¨®n de Arnaldo Otegi, l¨ªder de EH Bildu, y otros miembros de la antigua Herri Batasuna. ¡°?Tiene conocimiento usted que Herri Batasuna era conocedora del secuestro de Miguel ?ngel Blanco?¡±, plante¨® el magistrado de la Audiencia Nacional a uno de los exetarras. ¡°No lo s¨¦¡±, respondi¨® este. ¡°Durante la instrucci¨®n de la causa, una testigo protegida afirm¨® que Otegi ten¨ªa conocimiento del secuestro de Miguel ?ngel Blanco. ?Cree que Otegi pudo evitar el asesinato?¡±, prosigui¨® Garc¨ªa-Castell¨®n. ¡°No, yo creo que no¡±, afirm¨® el arrepentido.
¡°Seguro¡± que la c¨²pula orden¨® secuestrar a Ortega Lara. En la misma l¨ªnea, los dos arrepentidos se refirieron al secuestro del funcionario de prisiones Jos¨¦ Antonio Ortega Lara, liberado por la Guardia Civil en julio de 1997 tras m¨¢s de 530 d¨ªas de cautiverio en manos de la banda terrorista. ?Fue la c¨²pula de ETA quien orden¨® el secuestro y alargar su cautiverio para conseguir sus objetivos? ¡°Estoy completamente seguro de que s¨ª.¡±. ?De qui¨¦n depend¨ªa la orden de acabar con dicho cautiverio? ?Qui¨¦n ten¨ªa la capacidad para liberarlo? ¡°La capacidad de acabar con ese cautiverio solo pod¨ªa venir de la direcci¨®n¡±.
¡°Orden clara¡± para asesinar a Gregorio Ord¨®?ez. En el caso del asesinato de Gregorio Ordo?ez, tuvo que haber una ¡°orden clara¡± por parte de la c¨²pula de la organizaci¨®n, a?adi¨® uno de los dos exetarras: ¡°El comando no podr¨ªa haberlo hecho de ninguna de las maneras sin autorizaci¨®n del comit¨¦ ejecutivo¡±.
Casas cuarteles, cuantas m¨¢s v¨ªctimas, ¡°mejor¡±. Los arrepentidos destacaron la importancia que ten¨ªa atentar contra casas cuarteles de la Guardia Civil. ¡°Era prioritario. Cuanta m¨¢s gente viv¨ªa, mejor¡±. El juez y el fiscal preguntaron por dos en concreto. El que sufri¨® el recinto del instituto armado en Santa Pola (Alicante) en agosto de 2002 y que cost¨® la vida a dos personas, una de ellas una ni?a de seis a?os; y el de Zaragoza, de diciembre de 1987, en el que murieron 11 personas, seis de ellos menores de edad. Por este segundo est¨¢ procesado precisamente Josu Ternera. ¡°?Este atentado pudo haber sido realizado por un comando o previamente tuvo que haberse pedido autorizaci¨®n a la organizaci¨®n?¡±, pregunt¨® el fiscal a uno de los etarras. ¡°No, [para atentar] a las casas cuarteles los comandos ten¨ªan autonom¨ªa¡±, asegur¨® el exetarra sin dar nombres concretos.