La culpa fue del protocolo
Maz¨®n alardea de autocr¨ªtica, mientras descarga todas las culpas en los dem¨¢s
Todo el mundo llevaba d¨ªas d¨¢ndole vueltas a la manoseada comida, a esas tres interminables horas de mesa y sobremesa en que el presidente de la Generalitat ni contestaba al tel¨¦fono mientras algunas localidades ya comenzaban a anegarse. Todo el mundo hablaba de la comida y resulta que ese no fue el verdadero motivo de que Carlos Maz¨®n se incorporase con retraso al Cecopi, la malhadada tarde del 29 de octubre. El president lleg¨® dos horas despu¨¦s del inicio de la reuni¨®n no por haberse demorado en un restaurante, sino por el atasco que atrap¨® a su coche oficial en el viaje entre la capital valenciana y L¡¯Eliana, donde tiene su sede el comit¨¦ de emergencia. ¡°No fue f¨¢cil¡±, ilustr¨® Maz¨®n. Una odisea, parece ser, atravesando 20 kil¨®metros por una autov¨ªa de tres carriles.
La menci¨®n a ese inoportuno atasco fue una de las novedades que aport¨® Maz¨®n en su esperad¨ªsima comparecencia ante las Cortes Valencianas, donde se present¨® con un discurso de dimensiones chavistas: 147 minutos que dieron para un aluvi¨®n de datos y en el que no se oyeron ni una vez las palabras ¡°comida¡± y ¡°dimisi¨®n¡±. ¡°Ese discurso no se lo han escrito sus asesores, se lo ha escrito su abogado defensor¡±, le replicar¨ªa el l¨ªder de Comprom¨ªs, Joan Baldov¨ª, quien lo inquiri¨® sin misericordia: ¡°?Duerme usted bien por las noches, se?or Maz¨®n?¡±.
La primera retah¨ªla de datos del president pretend¨ªa mostrar que los propios servicios auton¨®micos de emergencia llevaban lanzando avisos sobre la dana desde d¨ªas atr¨¢s. Con ello Maz¨®n intentaba desmontar las acusaciones de imprevisi¨®n contra su Gobierno, pero m¨¢s bien acrecentaba las dudas: si tan consciente era todo el mundo de la peligrosidad de la gota fr¨ªa que se avecinaba, ?por qu¨¦ tuvo una actitud tan despreocupada a lo largo del d¨ªa en que sobrevino la tragedia? El president fue hilvanando un minucioso relato cronol¨®gico hasta que, ya entrado en el d¨ªa 29, dej¨® un vac¨ªo de siete horas sin rellenar. Interrumpi¨® el hilo despu¨¦s de las 11 de la ma?ana y no lo retom¨® hasta las 6 de la tarde, ya con el atasco camino del Cecopi.
Maz¨®n pidi¨® disculpas, asegur¨® que no va a ¡°eludir ninguna responsabilidad¡±, admiti¨® que ¡°hubo cosas que no se hicieron bien¡± y alarde¨® de que est¨¢ abierto a la autocr¨ªtica. Para esto ¨²ltimo sigui¨® el m¨¦todo atribuido a los viejos comunistas cuando quer¨ªan emprender una purga en el Comit¨¦ Central y anunciaban: ¡°Camarada, vamos a hacerte la autocr¨ªtica¡±. Maz¨®n le hizo la autocr¨ªtica a la Aemet por no prever tal cantidad de lluvia; a la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del J¨²car, especialmente, por mantener un ¡°apag¨®n informativo¡± de dos horas y media sobre la crecida en el Barranco del Poyo; al Gobierno que tanto elogi¨® al principio y al que ahora achaca poca diligencia en la ayuda; y hasta al ¡°sistema¡± y a los ¡°protocolos¡±, de los que dijo en varias ocasiones que es necesario revisar sin haber especificado con claridad en qu¨¦ fallaron. De s¨ª mismo admiti¨® un error concreto: haber grabado un mensaje anunciando que escampar¨ªa a las 6 de la tarde. Ah¨ª Maz¨®n se dio un golpecito en el pecho para r¨¢pidamente dejar claro que su culpa fue fiarse de la Aemet.
Los socialistas, condicionados hasta ahora por la posici¨®n del Gobierno y su inter¨¦s en rehuir el choque, reclamaron por primera vez el cese del president. Lo hicieron con una f¨®rmula sofisticada: que deje su puesto a un ¡°t¨¦cnico¡± transitorio que deber¨ªa convocar elecciones el pr¨®ximo a?o. A lo m¨¢s que lleg¨® Maz¨®n fue a sugerir que si fracasa en la reconstrucci¨®n, no volver¨¢ a ser candidato. All¨¢ por 2027.
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