Pablo Crespo: ¡°No es f¨¢cil reconocer que has cometido un delito solo por codicia¡±
El pol¨ªtico y empresario que fuera n¨²mero dos de la G¨¹rtel es uno de los 464 reclusos que han seguido el programa de reinserci¨®n para delincuentes econ¨®micos que Interior puso en marcha en 2021
El pol¨ªtico y empresario Pablo Crespo (Pontevedra, 64 a?os), condenado a penas que suman m¨¢s de 70 a?os de c¨¢rcel por el caso G¨¹rtel, a¨²n tiene que sentarse en el banquillo en dos causas m¨¢s de corrupci¨®n. El que fuera secretario de organizaci¨®n del PP de Galicia, n¨²mero dos de aquella red y, ...
El pol¨ªtico y empresario Pablo Crespo (Pontevedra, 64 a?os), condenado a penas que suman m¨¢s de 70 a?os de c¨¢rcel por el caso G¨¹rtel, a¨²n tiene que sentarse en el banquillo en dos causas m¨¢s de corrupci¨®n. El que fuera secretario de organizaci¨®n del PP de Galicia, n¨²mero dos de aquella red y, ahora, colaborador de la justicia, lleva desde el verano cumpliendo condena en un r¨¦gimen de semilibertad que le permite no tener que ir a prisi¨®n ni a dormir. En su tobillo derecho lleva el dispositivo de control telem¨¢tico que Instituciones Penitenciarias le ha colocado para cerciorarse de que cumple las restricciones a su libertad que a¨²n pesan sobre ¨¦l. Mientras, trabaja en el bufete de Miguel Dur¨¢n, el abogado que, junto a su propia hija, Margarita Crespo, lleva su defensa. Durante su estancia en prisi¨®n ha participado en varios programas de reinserci¨®n. Entre ellos, el Programa de Intervenci¨®n en Delitos Econ¨®micos (Pideco), dirigido a, entre otros, los presos de corrupci¨®n. Lo alaba, pero tambi¨¦n incide en que faltan medios para extenderlo. ¡°No es f¨¢cil reconocer que has cometido un delito solo por ambici¨®n, por codicia o por tener m¨¢s dinero¡±, asegura. ?l es uno de los 464 presos que ya lo han seguido desde que el Ministerio del Interior lo pusiera en marcha en 2021. Otro ha sido el extesorero del PP Luis B¨¢rcenas, a quien un juez acaba de conceder la libertad condicional por, entre otros motivos, haberlo hecho. Crespo aspira a acceder a esa misma libertad dentro de un a?o.
Pregunta. ?Qu¨¦ ha supuesto para usted su paso por prisi¨®n?
Respuesta. Ha sido una experiencia dura, dur¨ªsima para m¨ª, pero sobre todo para mi familia. Son nueve a?os y tres meses en r¨¦gimen cerrado, que para algunos es media vida.
P. La Constituci¨®n recoge que las c¨¢rceles deben servir para reinsertar. ?Se cumple ese principio en su opini¨®n?
R. Se intenta cumplir. La ley lo proclama as¨ª, el Reglamento Penitenciario tambi¨¦n y la estructura de Instituciones Penitenciales est¨¢ enfocada para ese fin, pero al final la din¨¢mica dentro de las c¨¢rceles no lo permite. Hace falta que las personas m¨¢s importantes en el ¨¢mbito tratamental, como son el educador, el jurista, el psic¨®logo y el trabajador social [son los profesionales que elaboran los informes con los que se valora la concesi¨®n de beneficios penitenciarios] se centren en esa labor y no en otras burocr¨¢ticas que les impide conocer en profundidad a los presos y saber cu¨¢l es el mejor recorrido penitenciario para se reincorporen a la sociedad cuando consigan la libertad. La soluci¨®n, como siempre, requiere un tir¨®n presupuestario, porque seguramente lo que habr¨ªa que hacer es duplicar, como poco, el n¨²mero de estos t¨¦cnicos que hay en las c¨¢rceles.
P. Usted ha participado en varios programas penitenciarios, entre ellos el llamado Pideco, ?sirven para algo?
R. S¨ª sirven. El Pideco dura meses y es el m¨¢s ¨²til que he conocido en Instituciones Penitenciarias, tanto por sus contenidos como por la din¨¢mica que genera entre los presos que lo hemos seguido. En el grupo de seis personas en el que estuve, la psic¨®loga, una excelente profesional, nos planteaba unas tareas que nos obligaba a exponer tanto nuestros problemas como las diferentes motivaciones que nos llevaron a cometer los delitos por los que fuimos condenados. Eso no es f¨¢cil, porque implica el reconocimiento de los errores y eliminar las disculpas con las que uno intenta autojustificar lo que ha hecho. No es f¨¢cil reconocer que has cometido un delito simplemente por ambici¨®n, por codicia o por tener m¨¢s dinero.
P. Entiendo que ahora ve de una manera diferente los hechos que le llevaron a la c¨¢rcel.
R. Claro que lo veo de una manera distinta y eso, creo yo, es el objetivo de este programa, que uno sea capaz de asumir y reflexionar, de darse cuenta de qu¨¦ es lo que ha hecho mal e, incluso, indagar en las causas de por qu¨¦ lo ha hecho.
P. ?No era consciente cuando cometi¨® los delitos de las consecuencias que ten¨ªa desviar dinero p¨²blico para su propio beneficio?
R. S¨ª lo era, pero no quer¨ªa verlo. Soy consciente de que, efectivamente, los delitos de corrupci¨®n son muy perjudiciales, y no solamente por el da?o concreto que supone la sustracci¨®n de determinadas cuant¨ªas econ¨®micas, sino tambi¨¦n por la imagen que se deja a la sociedad.
P. Usted se ha sentado dentro de estos programas penitenciarios cara a cara con la v¨ªctima de un delito, ?le sirvi¨® este encuentro?
R. Tener testimonios en directo de personas que han sido v¨ªctimas de un delito sirve para aumentar la empat¨ªa hacia ellas. Cuando comet¨ª los delitos, yo era consciente de que mi actuaci¨®n no era correcta, pero ahora tambi¨¦n lo soy de que, adem¨¢s, generaba un da?o.
P. Usted ha colaborado con la justicia y as¨ª lo ha reconocido la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n. Hay quien puede llegar a pensar que solo dio ese paso cuando ya estaba en la c¨¢rcel y lo ten¨ªa todo perdido.
R. Es cierto que pod¨ªa haber colaborado con la justicia muchos a?os antes y haber ahorrado muchos disgustos, no solo a m¨ª, sino a mi familia. Pero en una causa como la m¨ªa, con tant¨ªsimas vicisitudes, la l¨ªnea de defensa la marcaban mis abogados y a ella me ajust¨¦ para defenderme de las acusaciones mientras me fue posible. Luego lleg¨® el momento de colaborar y lo hice cuando ya no ten¨ªa nada que ganar ni que perder.
P. ?El paso por la c¨¢rcel le ayud¨® a dar ese paso?
R. La prisi¨®n debe servir precisamente para que los condenados empaticen con las v¨ªctimas y tomen ese tipo de decisiones. Cuando yo o¨ª hablar del Pideco, present¨¦ una instancia en prisi¨®n para participar en ¨¦l. Han tardado varios a?os en incluirme en el programa. La administraci¨®n penitenciaria deber¨ªa ser un poco m¨¢s activa en potenciar estos programas.
P. Usted est¨¢ desde el a?o pasado en tercer grado o semilibertad, y desde el verano con una medida de control telem¨¢tico que le permite no tener que acudir al Centro de Inserci¨®n Social (CIS) ni a dormir. ?Esta flexibilizaci¨®n facilita la reinserci¨®n?
R. Sin duda. El mayor problema que tiene una persona condenada cuando sale de prisi¨®n es conseguir un trabajo, sobre todo por el estigma que supone precisamente haber pasado por la c¨¢rcel. Trabajar es el mejor medio de reinserci¨®n y flexibilizar el r¨¦gimen de vida con salidas diarias ayuda a ello.
P. Habla de una estigmatizaci¨®n de los reclusos. En su caso, condenado por un caso tan medi¨¢tico, ?esa estigmatizaci¨®n es mayor?
R. Si no es por Miguel Dur¨¢n, que adem¨¢s de ser mi abogado sabe de mis capacidades profesionales y me dio trabajo, yo hubiera estado condenado precisamente a la no-reinserci¨®n, ni laboral ni social. Una persona que no trabaja puede caer en la depresi¨®n, se minusvalora, lo que dificulta su reinserci¨®n. Por ello es tan necesario que Instituciones Penitenciarias ponga m¨¢s medios en estos programas.
P. ?Cu¨¢l es el peor recuerdo de los 9 a?os y 3 meses que pas¨® en prisi¨®n en r¨¦gimen cerrado?
R. Los primeros d¨ªas fueron jornadas muy duras en las que mi mayor preocupaci¨®n era mi familia, porque sab¨ªa que lo estaban pasando fatal. Adem¨¢s, aquellos d¨ªas se nos someti¨® a una vigilancia extrema porque cre¨ªan que nos pod¨ªamos fugar en alguno de los traslados a la Audiencia Nacional para declarar, lo que era una invenci¨®n pura y dura.
P. ?Cree que debe pedir perd¨®n a alguien?
R. Desde luego, a la sociedad en su conjunto por el da?o causado, pero sobre todo a mi mujer, a mis hijos, a mis hermanos, a mi madre... Al fin y al cabo, cuando alguien pasa por una experiencia como la m¨ªa con la difusi¨®n medi¨¢tica que tuvo, la gente que me quiere, que es mucha, lo pasa mal.