La Iglesia pide al juez rematar la tala del ficus centenario de Sevilla
La parroquia de San Jacinto contraataca ante el juzgado que paraliz¨® el derribo del ¨¢rbol a mediados de agosto
La Iglesia ha pedido al Juzgado de lo Contencioso-Administrativo n¨²mero 9 de Sevilla que le permita rematar la tala del ficus centenario del barrio de Triana de la capital andaluza para culminar su desaparici¨®n. La parroquia de San Jacinto, que comenz¨® hace tres semanas el derribo del ¨¢rbol -suspendido dos d¨ªas despu¨¦s por el juez con el 70% de su estructura eliminada- present¨® la semana pasada sus alegaciones al magistrado para consumar la tala, a pesar de la pol¨¦mica generada. Mientras, el alcalde sevillano, Antonio Mu?oz (PSOE), se reuni¨® el pasado viernes con la parte demandante que logr¨® parar la tala, la Asociaci¨®n Multisectorial de Jardiner¨ªa Andaluza (Amja), para explorar un acuerdo al margen del proceso judicial.
En su escrito de alegaciones, la orden de predicadores-dominicos due?a de la iglesia adjunta al ficus, de 110 a?os y declarado Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC), se opone a la medida cautelar decretada por el juez por seis motivos: en primer lugar argumenta que el ficus es propiedad de la parroquia de San Jacinto y por tanto tiene derecho a eliminarlo. ¡°El ¨¢rbol est¨¢ situado en un terreno privado (¡) El Ayuntamiento no podr¨ªa haber concedido la licencia de tala si el ¨¢rbol hubiera sido de titularidad p¨²blica¡±, alega. La Iglesia defiende que Amja no est¨¢ legitimada para personarse ante el juez y pedir la suspensi¨®n de la tala.
La parroquia de San Jacinto, que ha tildado al ficus de ¡°c¨¢ncer¡±, niega que el ¨¢rbol centenario est¨¦ protegido por el Ministerio de Cultura. ¡°Lo que est¨¢ catalogado como BIC es el edificio de la parroquia de San Jacinto, del siglo XVIII¡±, reza el escrito. Sin embargo, el Bolet¨ªn Oficial del Estado que en 1990 declar¨® este BIC incluye el ficus, dado que est¨¢ ubicado en la plaza a las puertas de la iglesia.
La Iglesia cree que Amja no ha justificado la suspensi¨®n de la tala. La asociaci¨®n empresarial de jardiner¨ªa present¨® al juez un escrito del arquitecto paisajista Ricardo Librero y otros cuatro reconocidos arboristas que ped¨ªan un an¨¢lisis independiente y cient¨ªfico que a¨²n no se ha elaborado para expresar con claridad si es necesario talar el ficus. En su d¨ªa, la parroquia aleg¨® dos razones clave: la seguridad de las personas que peligraba por la ca¨ªda de ramas -un riesgo desaparecido tras la tala- y los da?os al edificio que provocan las ra¨ªces, solo sustentado por un informe de un arquitecto aportado por la propia Iglesia.
En paralelo, la parroquia aduce que no hay ¡°indicio probatorio¡± que demuestre que la concesi¨®n para la tala del Ayuntamiento se hizo de forma negligente o contraria a derecho. A pesar de que el ¨¢rbol es ahora un mu?¨®n de 10 metros, cuando lleg¨® a tener 24 metros de altura, la Iglesia insiste en que a¨²n representa una amenaza: ¡°Por su especial naturaleza, el ¨¢rbol supone un aut¨¦ntico peligro tanto para las personas como para el edificio¡±. Los religiosos protestan ante el juez porque la paralizaci¨®n de la tala se traduce en que las ra¨ªces siguen da?ando su edificio y les cuesta dinero. ¡°Cuanto m¨¢s se demore la reanudaci¨®n de la tala, m¨¢s costosa ser¨¢¡±, afirman.
Por ¨²ltimo, los predicadores-dominicos reclaman al juez que imponga una fianza de 150.000 euros a Amja para que responda por los posibles da?os y perjuicios que pueda sufrir la orden por culpa del ficus.
Tras autorizar la tala en mayo, el Ayuntamiento sevillano recul¨® ante la pol¨¦mica generada y evit¨® reclamar al magistrado que culminara la desaparici¨®n del ficus y en sus alegaciones se limit¨® a subrayar que el peligro para la ciudadan¨ªa hab¨ªa desaparecido. El pasado viernes el alcalde sevillano se reuni¨® con Amja, en el primer encuentro entre las partes demandante y demandada (por autorizar la tala). ¡°No puedo decir nada de la reuni¨®n¡±, se excus¨® Aurora Baena, gerente de Amja, para justificar su silencio. Algunas asociaciones ecologistas consideran una traici¨®n por parte de Amja su reuni¨®n con Mu?oz.
¡°Obsesi¨®n¡± por talar el ficus
En la acera de enfrente a la iglesia, los vecinos est¨¢n indignados con la tala. ¡°Mi hijo de cinco a?os dice que no quiere pasar por aqu¨ª y ver al ficus, as¨ª que cada ma?ana damos la vuelta a la manzana para evitarlo¡±, explica Javier Herrera, vecino del barrio de Triana. Su hijo es alumno del colegio San Jacinto, colindante con la parroquia. Los alumnos de este centro desarrollan actividades como ¡°abraza tus ¨¢rboles¡± dentro del proyecto de educaci¨®n ambiental Aldea de la Junta andaluza, y muchos de ellos se niegan a entender lo que ha pasado.
Los vecinos acusan al p¨¢rroco, Javier Rodr¨ªguez, de obsesionarse y perseguir a toda costa la desaparici¨®n del ficus. ¡°Le dijimos ¡®despreoc¨²pate del ficus que haremos una colecta y el dinero no ser¨¢ problema¡¯, pero ¨¦l ha puesto el pie en el ra¨ªl y no ha frenado¡±, censura la profesora del centro ?ngeles Casas. Preguntado por este diario, el p¨¢rroco ha declinado dar su versi¨®n de los hechos.
Bajo el argumento de la seguridad y los accidentes por ca¨ªdas de ramas -provocados por la falta de cuidados desde la parroquia, seg¨²n los t¨¦cnicos municipales-, tanto el Ayuntamiento como la Comisi¨®n Provincial de Patrimonio de la Junta autorizaron que las motosierras acabaran de un plumazo con 110 a?os de historia en una operaci¨®n que tuvo lugar el 16 de agosto.
A sabiendas de que un juez estaba decidiendo sobre la paralizaci¨®n y lo har¨ªa en solo 48 horas, el Ayuntamiento permiti¨® a los operarios talar hasta la medianoche para acelerar los trabajos, escoltados por la Polic¨ªa Local, y poder eludir a la justicia justo a tiempo. A la ma?ana siguiente lleg¨® la orden de paralizaci¨®n, pero ya la exuberante copa hab¨ªa desaparecido. Entre otros argumentos, los ecologistas han achacado a la parroquia de San Jacinto contravenir con su tala del ficus la enc¨ªclica del papa Francisco a favor del medio ambiente.
Cualquier intervenci¨®n sobre los ¨¢rboles conlleva un informe de evaluaci¨®n ambiental y de impacto a la fauna, exigencia que se ignora en Sevilla por sistema, incluso en ejemplares longevos como el ficus. ¡°No hay voluntad pol¨ªtica de informar de los beneficios ambientales a los vecinos. Los pol¨ªticos de Sevilla viven en el siglo XVIII y su odio al ¨¢rbol se transmite a la ciudadan¨ªa. Siempre el ¨¢rbol es peligroso, tira ramas y hojas y alberga ratas, es una idea que nadie corrige. No se explica a la ciudadan¨ªa por qu¨¦ es beneficioso, no tienen la informaci¨®n y no se educa. La desprotecci¨®n de Sevilla es brutal¡±, denuncia Elena Moreno, bi¨®loga y presidenta de Ecourbes, que destaca la ¡°excepcional¡± biodiversidad de la capital andaluza, con humedales en los barrios perif¨¦ricos, rodeados de edificios y carreteras.
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