Superministro por accidente
El titular de Sanidad, sin experiencia previa de gesti¨®n en el sector de la salud, tiene el reto de combatir la epidemia con poderes reforzados por el estado de alarma
¡°Espero que no tenga que lidiar con ninguna gran epidemia o alg¨²n bicho raro¡±. Fueron las palabras de uno de los dirigentes de los socialistas catalanes en una reuni¨®n en la sede del partido a comienzos de enero nada m¨¢s trascender que Salvador Illa, secretario de organizaci¨®n del PSC, se dispon¨ªa a aceptar la cartera de ministro de Sanidad. No es que el autor de la frase tuviera dudas sobre la idoneidad del candidato para dirigir el ministerio. Lo que ocurr¨ªa es que en el abultado organigrama de vicepresidencias y ministerios que oblig¨® a dibujar el pacto de Gobierno entre PSOE y Podemos, el puesto de Illa estaba pensado para garantizar la presencia del PSC en el Ejecutivo en plena tormenta catalana m¨¢s que para dar consistencia pol¨ªtica y t¨¦cnica a un ministerio que la descentralizaci¨®n de Espa?a ha ido vaciando de competencias en favor de las comunidades aut¨®nomas.
Solo han pasado tres meses desde la reuni¨®n en la sede del PSC de la calle Pallars de Barcelona, pero Illa, m¨¢s por las circunstancias que por otra raz¨®n, no ha sido el ¡°ministro florero¡± o la simple ¡°cuota catalana¡± que algunos esperaban. Este licenciado en Filosof¨ªa y m¨¢ster en direcci¨®n de empresas se ha convertido no solo en el ministro de Sanidad m¨¢s visible de los ¨²ltimos a?os sino tambi¨¦n en el que m¨¢s poder acumula despu¨¦s de haberse decretado el estado de alarma por la pandemia de coronavirus. Illa es desde el pasado fin de semana el encargado de que se cumpla el art¨ªculo 14 del Real Decreto, que garantiza el suministro de bienes y servicios necesarios para la protecci¨®n de la salud p¨²blica. Y tiene poderes tan sensibles como el de ¡°intervenir y ocupar transitoriamente¡± hospitales privados, f¨¢bricas o la industria farmac¨¦utica si fuera necesario.
Para acometer esta labor tendr¨¢ que echar mano de la determinaci¨®n que ha tenido que lucir en otros momentos de su carrera pol¨ªtica, que nada tienen que ver con la actual emergencia, pero que le han fraguado un car¨¢cter de hombre ¡°negociador prudente pero firme y, sobre todo, muy tozudo¡± en palabras de un compa?ero de filas en el partido socialista. En esas cualidades conf¨ªan sus compa?eros de formaci¨®n y de Gobierno habida cuenta que el ministro no tiene formaci¨®n espec¨ªfica en el ¨¢mbito sanitario.
El primer gran reto pol¨ªtico al ahora ministro le lleg¨® con 29 a?os. Como concejal socialista de su pueblo, La Roca del Vall¨¨s (Barcelona), de apenas 10.000 habitantes, Illa tuvo que sustituir de manera totalmente imprevista al alcalde, que falleci¨® por un aneurisma a los pocos meses de acceder al cargo. No era empresa f¨¢cil en un pueblo dividido por peleas entre los cuatro n¨²cleos de poblaci¨®n que conforman el municipio. Era complicado por las pugnas de campanario y porque ten¨ªa que sustituir a un alcalde especialmente carism¨¢tico, Rom¨¤ Planas, quien hab¨ªa sido secretario personal de Josep Tarradellas, el primer presidente de la Generalitat recuperada tras la dictadura. Illa se hizo fuerte en el Ayuntamiento en un momento en el que el pujolismo era hegem¨®nico en los municipios peque?os y medianos de Catalu?a. Y lo hizo hasta el punto de ganar por mayor¨ªa absoluta en 1999 tras un breve par¨¦ntesis en la oposici¨®n fruto de una moci¨®n de censura de sus rivales de CiU. Como parte de la herencia de su gesti¨®n municipal en La Roca, Illa dej¨® la construcci¨®n de La Roca Village, un centro comercial de descuentos que cada a?o se cuela en el ranking de las de las atracciones tur¨ªsticas m¨¢s visitadas de Catalu?a, rivalizando con la Sagrada Familia y el Camp Nou, y que tambi¨¦n le ha llevado muchas cr¨ªticas de sus rivales por haber transformado la econom¨ªa del municipio.
¡°Lo que Salvador no soporta es que la gente no vaya de cara o que hagas A cuando hab¨ªas dicho que har¨ªas B¡±, cuenta un vecino de Illa que le ha acompa?ado en alguna de sus aventuras pol¨ªticas. El actual ministro de Sanidad escal¨® posiciones en la pol¨ªtica auton¨®mica cuando en 1999 el PSC consigui¨® la presidencia de la Generalitat con Pasqual Maragall. Fue nombrado director general en el departamento de Justicia, donde se encarg¨® de planificar la construcci¨®n de juzgados y centros penitenciarios, entre ellos el de Lledoners, donde hoy cumplen condena buena parte de los condenados por el proc¨¦s catal¨¢n.
Tras un corto par¨¦ntesis en la empresa privada, Illa volvi¨® al ¨¢mbito p¨²blico al mando de las finanzas del Ayuntamiento de Barcelona en 2010. Seis a?os despu¨¦s, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, le ofreci¨® ser secretario de organizaci¨®n de la formaci¨®n en un momento de grave crisis interna y en el que el proc¨¦s hab¨ªa hecho estragos en el que durante a?os hab¨ªa sido el primer partido de Catalu?a. Fue en esta posici¨®n cuando entr¨® en contacto con Pedro S¨¢nchez, a quien la c¨²pula del PSC siempre apoy¨® en su lucha para hacerse con el control del PSOE primero y con la presidencia del Gobierno despu¨¦s. La confianza de S¨¢nchez en Illa qued¨® demostrada cuando accedi¨® a situarlo en la mesa de negociaci¨®n con Esquerra Republicana que permiti¨® la investidura del presidente del Gobierno el pasado enero. De all¨ª al ministerio solo hab¨ªa un paso.
Delegaci¨®n de funciones
El aterrizaje de Illa en Sanidad no ha sido pl¨¢cido. El coronavirus llego a Europa cuando el ministro no llevaba ni 10 d¨ªas en el cargo, algo que le oblig¨® no solo a hacer un curso acelerado de toma de mandos del ministerio de Sanidad sino tambi¨¦n a multiplicar sus apariciones p¨²blicas. Su papel como ¡°hombre del PSC¡± y enlace con sus socios de ERC ha quedado eclipsado por las circunstancias. Lo que s¨ª ha hecho Illa ha sido delegar amplias funciones en los t¨¦cnicos y escudarse en ellos a la hora de tomar las principales decisiones de la crisis, que solo el tiempo y los resultados dir¨¢n si han sido acertadas. Fruto de esta amplia delegaci¨®n de funciones Illa ha compartido buena parte de su protagonismo con Fernando Sim¨®n, muy bregado en la gesti¨®n de crisis como director del Centro de Coordinaci¨®n de Alertas y Emergencias Sanitarias.
El presidente del Colegio de M¨¦dicos de Barcelona, Jaume Padr¨®s, ha vivido la transformaci¨®n de Illa de pol¨ªtico de partido a ministro de Sanidad. ¡°Teniendo en cuenta las pocas competencias que tiene el ministerio valoro bien su actuaci¨®n en esta crisis¡±, explica el veterano m¨¦dico barcelon¨¦s. ¡°Illa tiene habilidades buenas, escucha mucho y no mira el color pol¨ªtico de quien tiene delante antes de tomar una decisi¨®n¡±, dice Padr¨®s. Entre las ventajas de Illa a la hora de enfrentarse al sistema est¨¢ su amplio conocimiento del funcionamiento de la Administraci¨®n auton¨®mica. En un marco en el que la Sanidad est¨¢ transferida a las comunidades y en el que la coordinaci¨®n de pol¨ªticas es esencial su sensibilidad en este sentido ser¨¢ clave para coordinarse con Administraciones de diferentes colores pol¨ªticos. En el caso de Catalu?a, donde su controvertido presidente Quim Torra ha liderado las cargas contra la actuaci¨®n del Gobierno en la actual crisis sanitaria, Illa mantiene buena relaci¨®n con la consejera del ramo, Alba Verg¨¦s, de Esquerra Republicana. ¡°Conf¨ªo en que el car¨¢cter apaciguador de Illa permitir¨¢ que el bien com¨²n se imponga por encima del conflicto¡±, afirma el presidente del Colegio de M¨¦dicos de Barcelona.
Cuando est¨¢ en su pueblo, La Roca del Vall¨¨s, Illa dedica el tiempo libre a cuidar el huerto de su padre y a pasear un par de perros. Y a correr. Mucho. Con todo es poco de desconectar. ¡°No es el t¨ªpico runner de ponerse unos cascos con m¨²sica; lleva auriculares, s¨ª, pero muchas veces aprovecha para escuchar podcasts de The Economist para perfeccionar su ingl¨¦s¡±.
Pocos reconocen haberle visto superado por alguna situaci¨®n en el ¨¢mbito pol¨ªtico. S¨ª es recordada en su entorno la reacci¨®n que tuvo cuando el a?o pasado grupos radicales independentistas agrupados en torno a los CDR pintaron insultos en las paredes de su domicilio familiar. ¡°Conocen poco a los socialistas si creen que conseguir¨¢n algo con ese burdo intento de intimidaci¨®n¡±, dijo. Illa tiene ahora un reto colosal: demostrar que puede coordinar la maquinaria para combatir el coronavirus, la epidemia que nunca imagin¨®, desde el cargo por el que nunca pele¨®.
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