La campa?a de la fruta se queda sin el 25% de los temporeros que precisa
Un total de 16.000 personas se han registrado en Uni¨® de Pagesos para trabajar en el campo esta primavera
La cosecha de la cereza inaugura estos d¨ªas una temporada de la fruta marcada por las dificultades para encontrar mano de obra. Las restricciones a la movilidad y el cierre de fronteras por la pandemia del coronavirus dejar¨¢ el campo sin los temporeros necesarios. Uni¨® de Pagesos estima que faltar¨¢ un 25% de los cerca de 40.000 trabajadores requeridos en Catalu?a. De entre el 25% y el 30% es tambi¨¦n el aumento previsto en los costes de explotaci¨®n derivados de los gastos de transporte, alojamiento y material sanitario para cumplir con las normas de seguridad.
La excepcionalidad de esta ...
La cosecha de la cereza inaugura estos d¨ªas una temporada de la fruta marcada por las dificultades para encontrar mano de obra. Las restricciones a la movilidad y el cierre de fronteras por la pandemia del coronavirus dejar¨¢ el campo sin los temporeros necesarios. Uni¨® de Pagesos estima que faltar¨¢ un 25% de los cerca de 40.000 trabajadores requeridos en Catalu?a. De entre el 25% y el 30% es tambi¨¦n el aumento previsto en los costes de explotaci¨®n derivados de los gastos de transporte, alojamiento y material sanitario para cumplir con las normas de seguridad.
La excepcionalidad de esta campa?a llev¨® a Gobiernos y a organizaciones agr¨ªcolas a abrir bolsas de trabajo especiales, incluso para reclutar mano de obra espa?ola sin experiencia que pudiera suplir a los temporeros que se han quedado en el extranjero. Eduardo L¨®pez, responsable de relaciones laborales de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), asegura que el reclutamiento de parados y estudiantes espa?oles ser¨¢ finalmente ¡°residual¡±. Jaume Pedr¨®s, de Uni¨® de Pagesos, estima que los ciudadanos espa?oles podr¨ªan alcanzar el 25% de la masa laboral.
Un total de 16.000 personas se han registrado en Uni¨® de Pagesos para trabajar en el campo esta primavera. Pedr¨®s explica que la mitad de estas personas no son aptas para ser contratadas porque son extranjeros en situaci¨®n irregular o individuos que no est¨¢n desempleados sino afectados por un Expediente de Regulaci¨®n Temporal de Empleo (ERTE). ¡°Tambi¨¦n hay mucha gente de la regi¨®n de Barcelona que ha rechazado el puesto al saber que deb¨ªan dejar su casa para alojarse en el municipio de trabajo¡±, dice Pedr¨®s. El Servicio P¨²blico de Ocupaci¨®n de Catalu?a (SOC) abri¨® una bolsa de trabajo para la campa?a agraria en la que se han inscrito 6.665 personas, el 70% de las cuales son personas sin experiencia en el sector, mayoritariamente del ¨¢rea metropolitana de Barcelona.
La fase previa de aclareo de los ¨¢rboles se ha podido realizar con trabajadores empadronados en los municipios. Uni¨® de Pagesos calcula que a partir de la cosecha, un 25% de los empleos los cubrir¨¢n temporeros procedentes de otras comunidades aut¨®nomas ¡ªel desplazamiento es posible con el contrato ya firmado¡ª y otro 25%, familiares y conocidos del agricultor. COAG valora que el Gobierno central haya autorizado que los parados puedan mantener el subsidio de desempleo y ser contratados para tareas agrarias hasta junio. ¡°Esto permite que mucha gente con experiencia radicada en Andaluc¨ªa, por ejemplo, extranjeros o nacionales, se desplace a trabajar a Catalu?a y a Arag¨®n¡±, dice L¨®pez.
La recolecci¨®n de la cereza empez¨® este s¨¢bado en los campos que Oriol Teixid¨® tiene en Ser¨®s (Lleida). De los 60 peones que ha contratado, un 20% son vecinos del pueblo o amigos suyos desempleados. Teixid¨® cree que ha tenido suerte porque muchos de los fichados tienen su domicilio en la zona y el n¨²mero de personas que debe alojar en sus apartamentos es m¨¢s reducido comparado con otros agricultores. Las medidas de prevenci¨®n sanitaria obligan a ampliar el espacio por residente en los alojamientos habilitados durante la cosecha. Teixid¨® s¨ª debe asumir un incremento en el n¨²mero de traslados ¡ªlos trabajadores solo puedan ocupar dos o tres plazas del veh¨ªculo, seg¨²n si es un turismo o una furgoneta¡ª y el gasto en material sanitario. Pedr¨®s a?ade que la formaci¨®n del personal sin experiencia es otro coste a tener en cuenta. El gasto para la campa?a aumentar¨¢ un 25%, seg¨²n el representante de Uni¨® de Pagesos.
?scar Moret, responsable de fruta de COAG en Arag¨®n, establece en un 30% el aumento de los costes de explotaci¨®n y en un 30% la falta de mano de obra. Desde Fraga, en la frontera con Catalu?a, Moret afirma que un 83% de las personas que han solicitado trabajo en la COAG de Arag¨®n son inmigrantes sin papeles. Seg¨²n Afrucat, la patronal del sector de la fruta catalana, el 80% de los temporeros son de nacionalidad extranjera y el 75% proceden de fuera de Espa?a. Afrucat asegur¨® en un comunicado que exist¨ªa el riesgo de que un 60% de los empleos quedaran vacantes, y que la manera de solventar el problema era regularizando a miles de extranjeros.
Teixid¨® explica que las grandes empresas, como los socios de Afrucat, afrontan un mayor reto porque requieren de mucha m¨¢s fuerza laboral, trabajadores que en gran parte son contratados en contingentes en su pa¨ªs de origen, sobre todo en la Europa del Este. ¡°El peque?o agricultor establece una relaci¨®n de mayor confianza con el temporero, con gente que vuelve a?o tras a?o¡±, dice Teixid¨®, ¡°y las grandes explotaciones pueden alojar a los empleados en naves o barracones, m¨¢s aglomerados, y esto ahora ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil¡±.
¡°Si este a?o va mal, cerramos todos¡±
Oriol Teixid¨® tiene unas 50 hect¨¢reas de ¨¢rboles frutales. En 2019 arranc¨® 15 hect¨¢reas de melocotoneros. Acept¨® la subvenci¨®n de 5.000 euros por hect¨¢rea que le ofrec¨ªa la Generalitat para reducir la oferta de melocot¨®n con el objetivo de estabilizar su precio. ¡°Si este a?o va mal, cerramos todos. Llevamos cuatro a?os con precios que no dan ni para vivir¡±, dice Teixid¨®. ¡°Si no podemos cosechar lo suficiente para cubrir el aumento de gastos, muchas explotaciones familiares desaparecer¨¢n¡±, avisa ?scar Moret, de COAG. Ambos denuncian que los precios de compra que establecen los intermediarios y las grandes superficies son letales para el peque?o agricultor.