El campo no se pone la mascarilla
Jornaleros denuncian que las protecciones llegan a las zonas m¨¢s visibles, pero no al interior de las fincas
Los trabajadores del campo son uno de los colectivos considerados como esenciales por el Gobierno durante el estado de alarma. Han estado trabajando incluso en las dos semanas m¨¢s restrictivas del confinamiento. Pese a su car¨¢cter prioritario, las medidas de protecci¨®n para evitar contagios de la covid-19 no han llegado a todas las explotaciones agr¨ªcolas. En algunas plantaciones del Campo de Cartagena (Murcia), decenas de trabajadores recolectan lechuga y otras hortalizas sin mascarilla ni ning¨²n otro equipo de protecci¨®n m¨¢s all¨¢ de alg¨²n que otro pa?uelo tapando la boca. O unos guantes que se usan m¨¢s para protegerse de las ramas que del coronavirus.
La distancia de seguridad de un metro y medio entre unos y otros est¨¢ muy lejos de cumplirse, ni durante la jornada de trabajo, ni durante los descansos y comidas, que siguen haci¨¦ndose en grupo. En algunos casos, las empresas recurren a jornaleros inmigrantes, pero no les facilitan las medidas de seguridad adecuadas y son los propios trabajadores los que tienen que apa?¨¢rselas.
No obstante, la situaci¨®n ¡°ha mejorado considerablemente¡± respecto a las primeras semanas del confinamiento, seg¨²n explica a EL PA?S Jos¨¦ Iborra, delegado comarcal de CC OO en Cartagena. Este recuerda que ¡°las dos primeras semanas del estado de alarma, la situaci¨®n en el campo murciano fue un absoluto caos¡±. Desde ese momento hasta esta semana, las empresas agrarias han comenzado a poner en marcha algunos protocolos de seguridad, como el reparto de mascarillas y la obligaci¨®n de guardar las distancias. Pero estas no se aplican por igual en todas las fincas, ni en todas las plantaciones de las explotaciones. ¡°Los trabajadores denuncian que las medidas se extreman y se cumplen escrupulosamente en las zonas m¨¢s cercanas a la autov¨ªa, donde es m¨¢s f¨¢cil que haya controles. Pero finca adentro, sigue habiendo m¨²ltiples incumplimientos¡±, apunta Iborra.
No obstante, insiste en que es vital que la inspecci¨®n de trabajo endurezca los controles, no solo por la salud de los propios trabajadores, sino de la poblaci¨®n en general: ¡°Tan esencial es un trabajador del campo como un sanitario, pero no se exige la misma protecci¨®n para ambos¡±, lamenta.
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