Universidad: ?generar precariedad o revertirla?
Las personas con estudios superiores tienen mejor situaci¨®n laboral. Los datos son claros. Es necesario preguntarse qu¨¦ estamos haciendo para conseguir que todas las personas puedan acceder a la universidad
En Catalu?a un 44,2% del personal docente investigador est¨¢ contratado como profesor asociado, tenemos este negativo liderazgo de un ranking. El Observatorio del Sistema Universitario present¨® el martes su ¨²ltimo informe, en este caso dedicado a la utilizaci¨®n de la figura del profesorado asociado en las universidades p¨²blicas espa?olas. Los resultados para las universidades catalanas son tan decepcionantes como esperados por quien conoce la situaci¨®n. Este excesivo uso de la figura contractual del profesorado asociado es un problema por diferentes motivos. Es un contrato temporal, breve, con un sueldo muy bajo, no permite hacer carrera acad¨¦mica, obliga a realizar diferentes trabajos simult¨¢neamente para poder llegar a un sueldo m¨ªnimo...
Esta figura contractual no fue pensada para este uso. Su objetivo es llevar a la universidad profesorado que tenga su dedicaci¨®n principal fuera de ella para que aporte unos conocimientos distintos de los que se desarrollan en el ¨¢mbito acad¨¦mico. Personas que pueden aportar su especializaci¨®n laboral a la formaci¨®n universitaria. Es una buena herramienta para la universidad y la sociedad. Pero algunas de sus ventajas la han acabado pervirtiendo. Permite contratos temporales m¨¢s baratos para la instituci¨®n.
La rectora de la Universidad Rovira i Virgili, Mar¨ªa Jos¨¦ Figueras, al inicio de la crisis vinculada al nuevo coronavirus ya anunci¨® que deber¨ªan tomar medidas: reducir¨ªan m¨¢steres, asignaturas optativas, profesorado asociado... El profesorado asociado permite hacer recortes r¨¢pidos. Es un modelo muy ¨²til, adelgaza la estructura y la hace m¨¢s flexible; eso s¨ª, a costa de las vidas que sufren esta precariedad.
La infrafinanciaci¨®n de las universidades p¨²blicas catalanas, que persiste desde hace a?os, ha supuesto, entre otras consecuencias, la precarizaci¨®n del profesorado que deber¨ªa estar haciendo carrera acad¨¦mica. Este profesorado tiene unas condiciones que convierten la estabilidad y el mileurismo en un sue?o. Tambi¨¦n ha tenido graves efectos en el personal de administraci¨®n y servicios, y en el conjunto de la poblaci¨®n, que deber¨ªa poder acceder a la universidad p¨²blica. Las matr¨ªculas han subido sustancialmente, tambi¨¦n se puede ver en los informes del Observatorio del Sistema Universitario. Si la administraci¨®n no aumenta directamente la financiaci¨®n de las universidades, los recursos necesarios se ha decidido que salgan de las personas que asisten a ellas. Hablamos de la situaci¨®n en las universidades p¨²blicas catalanas, en las privadas todav¨ªa es peor.
Las respuestas a la crisis de 2008 en forma de recortes no se han revertido, el aumento de las matr¨ªculas no se ha revertido. Justo ahora, fruto de la movilizaci¨®n estudiantil, se ha aprobado una reducci¨®n de precios del 30%. Ya se hab¨ªa ganado la votaci¨®n en el Parlamento en diferentes ocasiones, pero el Gobierno de la Generalitat no la hab¨ªa asumido. La ¨²ltima iniciativa del movimiento estudiantil fue crear la ILP Universidades, una iniciativa legislativa popular impulsada por estudiantes y con el apoyo de la comunidad universitaria que, adem¨¢s de hacer efectiva la rebaja de los precios, quiere transformar el actual modelo universitario. Esta medida ha generado respuestas contrarias desde diferentes sectores. Se ha argumentado que se deber¨ªa actuar en otros momentos de la formaci¨®n o se ha cuestionado el beneficio que puede ofrecer. No deber¨ªamos pasar por alto los impactos, algunos dif¨ªciles de expresar en n¨²meros, que tiene la universidad en quien puede estudiar.
Los datos del Ministerio de Educaci¨®n y Formaci¨®n Profesional, de 2019, son claros. Las tasas de paro de la poblaci¨®n espa?ola de acuerdo con su nivel de estudios son las siguientes: un 26% de paro para las personas con estudios que no superan los primarios, un 17,3% con ense?anza secundaria obligatoria, un 12,7% con ense?anza secundaria postobligatoria, un 8,1% con ense?anza terciaria (universitaria o no). Estas diferencias significativas tambi¨¦n se hacen evidentes si nos fijamos en los niveles salariales, ya que las medias de 2019 fueron estas: 8.277 euros hasta estudios primarios, 11.488 euros con ense?anza obligatoria, 13.282 euros con ense?anza secundaria postobligatoria, 15.991 euros con ense?anza terciaria no universitaria, 19.002 euros con t¨ªtulo de diplomatura o grado, y 24.074 euros con una licenciatura o m¨¢ster.
Las personas con estudios universitarios disponen de una mejor situaci¨®n laboral. Los datos son as¨ª de claros. Es necesario preguntarse qu¨¦ estamos haciendo para conseguir que todas las personas puedan acceder a la universidad. Esta es una v¨ªa para reducir la precariedad en nuestra sociedad. No es la ¨²nica a seguir, tambi¨¦n hay que actuar en otros ¨¢mbitos. Pero la universidad no deber¨ªa ser generadora de precariedad: ni en el estudiantado, ni en el profesorado, ni en el personal docente e investigador, ni en el personal administrativo. La universidad genera precariedad y es capaz de revertirla; hay que decidir qu¨¦ queremos que haga.
Jordi Mir es profesor de Humanidades en la Universidad Pompeu Fabra.
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