Teletrabajo para avanzar
La localidad de Ma?anet de Cabrenys, en el Alt Empord¨¤, es un pueblo de frontera que ve en la fibra ¨®ptica una oportunidad de futuro y de empadronamiento de nuevos residentes
Ma?anet de Cabrenys (Alt Empord¨¤) es un pueblo con buena salud. Ya en el XIX recib¨ªa visitantes que buscaban paliar su asma o tuberculosis. En la posguerra, facultativos de Figueres enviaban sus enfermos al doctor Jaume Riur¨®, el querido m¨¦dico de Ma?anet, con parecidos prop¨®sitos. Lo recuerda su hijo, Llu¨ªs, actual juez de paz. ¡°Llegaban porque el aire es muy puro y el agua del Arnera, que discurre por paisajes gran¨ªticos, es muy curativa en tratamientos de la piel¡±. Esta convicci¨®n sobre la bondad de sus aguas llev¨® al m¨¦dico Riur¨® a impulsar una peque?a empresa, con otros socios, para embotellar el agua de la Font de les Creus, hipos¨®dica y de baja mineralizaci¨®n. Ahora es de Vichy Catal¨¢n.
El coronavirus ha sido, por ahora, poco agresivo en la zona. Con todo, l¨®gicamente, el pueblo sigui¨® las ¨®rdenes de confinamiento y precauci¨®n de cada momento. Con una poblaci¨®n que no llega a los 700 habitantes y casi 68 kil¨®metros cuadrados de superficie... se pudo salir a pasear o a cuidar el huerto sin angustiarse por la distancia social.
Ma?anet de Cabrenys es un pueblo de frontera, sin aduanas. Los horarios son franceses, muchos visitantes llegan del Vallespir y en las monta?as se conservan pistas forestales que unen los territorios de ambos lados. Fueron, en su d¨ªa, caminos del exilio y rutas de un contrabando de menor cuant¨ªa. Esta singularidad provoc¨® el episodio m¨¢s chocante del confinamiento. El gobierno franc¨¦s puso bloques de hormig¨®n en Custoja para impedir el tr¨¢fico rodado por la carretera, amplia y asfaltada, que llega de Ma?anet. Son apenas 15 minutos de trayecto. El Ej¨¦rcito espa?ol y la Guardia Civil, por su parte, vigilaban el lado ma?anetense de esta carretera que no tiene control aduanero en el linde. Esto y el cierre de la frontera de La Jonquera hizo que los franceses que bajaban normalmente a comprar droga tuvieran que buscar nuevos caminos. De repente, recuerda Riur¨®, un n¨²mero nunca visto de coches cruzaban el Coll del Pou, descend¨ªan por aquel camino a una imprudente velocidad hasta Ma?anet y pasaban hacia los mercados del trapicheo. La monta?a se volvi¨® peligrosa. El Ayuntamiento reclam¨® un incremento de la vigilancia en esta ruta. Pasaron algunas semanas hasta que se fren¨® este traj¨ªn.
Otros episodios fueron m¨¢s amables. Como la buena vecindad que hubo. En el pueblo, explica la alcaldesa Merc¨¨ Bosch, hay 150 personas mayores de 65 a?os. Algunas viven solas. Para todos los vecinos con problemas de desplazamiento o soledad se organiz¨® un servicio de voluntarios que les llamaban peri¨®dicamente para el acompa?amiento emocional y llevarles la comida que les encargaban. El agradecimiento de estas personas era enorme y se manifestaba en el regalo de pasteles y platillos cocinados, un cari?o rec¨ªproco. En Ma?anet no hubo problemas de suministro, tampoco a domicilio. Trabaj¨® la farmacia, la tienda de los peri¨®dicos¡ y las panader¨ªas, donde tambi¨¦n venden comestibles, y el peque?o pero bien provisto supermercado local llev¨® la compra incluso a vecinos de Darnius, m¨¢s desabastecido de tiendas, que no pod¨ªan salir de la poblaci¨®n.
Y para las ocho de la noche, el momento de los aplausos, el Ayuntamiento propon¨ªa cada d¨ªa una canci¨®n. Siempre hab¨ªa vecinos que preparaban el altavoz y, a la misma hora, se escuchaba en las calles la misma m¨²sica. Y por Pascua no quisieron abandonar la tradici¨®n de los goigs. Se pact¨® una hora, un repertorio, se repartieron las letras ¡ªbendito Whatsapp¡ª y se cantaron los goigs, todos a una, desde puertas, ventanas¡ El mayor ¨¦nfasis lleg¨® con el himno local: ¡°Som la joventut de Ma?anet, l¡¯esperan?a de la p¨¤tria¡±.
Poco a poco, si los brotes no lo estropean todo ¡ªen Ma?anet no hay¡ª, regresa una cierta normalidad. Las constructoras del pueblo, por ejemplo, que acostumbran a trabajar en Francia, han tenido que esperar la apertura de fronteras. En el casino mutual apenas se juega a las cartas¡ En todo caso ya han abierto los hoteles, los restaurantes, el alquiler de e-bikes, las casas rurales, el camping, el futbolgolf (entretenimiento familiar, pero tambi¨¦n deporte federado), la piscina municipal¡ Ma?anet de Cabrenys no quiere retroceder ante la covid-19. Es m¨¢s, ¡°la llegada de la fibra ¨®ptica al pueblo y la renovada cultura del teletrabajo son una oportunidad para el empadronamiento de nuevos residentes¡±, reflexiona la alcaldesa. El pueblo es acogedor, tiene escuela y guarder¨ªa. ¡°Ser¨¢n bienvenidos¡±.
Rom¨¢nico y estanques naturales
Poblaci¨®n: 680 vecinos. En verano, unos mil.
Actividades econ¨®micas. Turismo, construcci¨®n, aprovechamiento forestal, ganader¨ªa.
Lugares para pasear. El pueblo tiene una iglesia rom¨¢nica y pedazos de su pasado medieval (por ejemplo, la puerta de la prisi¨®n). El historiador Pere Roura tiene constancia de un precepto del emperador Luis I del a?o 814 donde ya se habla de esta poblaci¨®n. Un menhir, la Pedra Dreta, est¨¢ datado de entre 3000-2500 a C. Saliendo del pueblo, hay infinitas opciones para pasear o ir en bicicleta (hay circuitos se?alizados y un club de BTT) por senderos a la sombra. El Arnera tiene unos cuantos estanques naturales (m¨¢s o menos peque?os, m¨¢s o menos escondidos) donde ba?arse. El m¨¢s popular y grande es la Gorga de les Dones, al que se llega en coche.
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