Urbanismo para la negociaci¨®n
A los promotores de las propuestas urban¨ªsticas debemos decirles que algunas de estas cr¨ªticas son contra estas actuaciones en s¨ª mismas ya que no est¨¢n bien dise?adas y carecen de sensibilidad
Nadie est¨¢ a favor de la contaminaci¨®n, nadie est¨¢ en contra de salvar vidas. Buscar amparo en premisas como esta para llevar a cabo propuestas en materia de dise?o de la ciudad no garantiza que estas sean necesariamente buenas. Escribo esto en relaci¨®n a la propuesta para el chafl¨¢n de Rocafort y Consell de Cent, en Barcelona, la ¨²ltima intervenci¨®n del llamado urbanismo t¨¢ctico. Resulta inevitable recordar la encrucijada de Drachten en la que el ingeniero holand¨¦s Hans Monderman, propuso aplicar el principio al que llam¨® Unsafe is safe (lo inseguro es seguro), pasando a la historia del debate sobre la relaci¨®n entre peatones y el dise?o del tr¨¢fico en las ciudades. La modificaci¨®n del cruce de Drachten, part¨ªa de la supresi¨®n de las se?ales de tr¨¢fico tanto horizontales ¡ªlas marcas de los carriles¡ª, como verticales ¡ªsem¨¢foros y se?ales convencionales¡ª, luego matizadas por elementos como por ejemplo pavimentos de adoquines. Desde entonces se han realizado distintas intervenciones en algunos cruces especialmente conflictivos de diferentes ciudades europeas, basadas adem¨¢s en el principio de la negociaci¨®n entre los actores que participan en un cruce, peatones, autom¨®viles y bicicletas.
Buscar amparo en la lucha contra la contaminaci¨®n no garantiza que el dise?o de la ciudad sea bueno
Sobre el chafl¨¢n Rocafort-Consell de Cent, llaman la atenci¨®n dos cosas. La primera es que la propuesta va en una direcci¨®n contraria a la puesta en pr¨¢ctica en Drachten, en donde una de las cosas m¨¢s poderosas era la idea de la calle desnuda, en la terminolog¨ªa de Monderman. Una propuesta en la que era importante ¡°limpiar¡± la calle de un exceso de poluci¨®n visual debida a las se?ales de tr¨¢fico, a lo que podr¨ªamos llamar ¡°ruido visual¡± que crean todas estas se?ales, especialmente las innecesarias. Pacificar era as¨ª una palabra extensiva al propio dise?o. Justo en la direcci¨®n opuesta parece estar este chafl¨¢n del Eixample ahora modificado con unos kilos de pintura para salvar vidas. Hace a?os un compa?ero me explicaba que una de las razones por las que Barcelona ten¨ªa un trafico m¨¢s disciplinado que Madrid, era debido a que los carriles ¡°impuestos¡± por las dimensiones del Eixample eran siempre iguales, 2,5 metros, mientras que en Madrid como consecuencia de la diversidad de tejidos que conviv¨ªan en la ciudad, los carriles ajustan su dimensi¨®n a los distintos anchos de las calles, ¡ªa veces a lo largo de la misma calle, como en la Gran V¨ªa¡ª, lo que produc¨ªa en los conductores una mayor tendencia a cambiarse de carril, que en Barcelona.
El Eixample educa. No resulta dif¨ªcil pues pensar que el dise?o regular de un enorme n¨²mero de cruces octogonales achaflanados no acabe imprimiendo algo al comportamiento que tenemos los barceloneses en estos espacios que nos resultan familiares, al estar ¡°incrustados¡± en nuestro ADN. Uniendo estas observaciones con las anteriores deber¨ªa desprenderse que de proponer alguna cosa en algunos cruces bastar¨ªa con colocar adoquines en todo el espacio (como los que ten¨ªamos antes), suprimir carriles y se?ales, dejar que los ciclistas circulen junto a los autom¨®viles sin carril especial y que ambos no se sientan amparados por el sem¨¢foro frente a los peatones. El dise?o que nos ocupa exacerba la ¡°carrilizaci¨®n¡± del cruce que es propia de los veh¨ªculos y no solo no pone de relieve el espacio arquitect¨®nico que es de las personas, sino que lo confunde con su gr¨¢fica. Deber¨ªa predominar el ¡°espacio¡± del chafl¨¢n, el monumento m¨¢s importante del Plan Cerd¨¢ con su forma y dimensi¨®n, y de paso, aprovechar para sacar los cubos de basura. Y si me lo permiten, hubiera sido mejor recurrir a trazar un gran c¨ªrculo que un gran cruce.
El tr¨¢fico en Barcelona es m¨¢s disciplinado que en Madrid porque los carriles del Eixample son siempre iguales
La segunda es otra condici¨®n impl¨ªcita en la propuesta de Drachten, esto es la negociaci¨®n que supone todo cruce, y que se hace extensiva al mismo dise?o. En este sentido no ayuda a refrendar el urbanismo t¨¢ctico, una expresi¨®n por cierto demasiado militar, afirmar que con las vidas no se negocia y otras cosas por estilo. La negociaci¨®n, un urbanismo para la negociaci¨®n, deber¨ªa estar en la misma base de la propuesta, lo que incluye a todos los grupos municipales, y por cierto donde hay negociaci¨®n no cabe la t¨¢ctica. ?Creen buena idea esta practica pol¨ªtico-urban¨ªstica mientras lanzan la iniciativa de una nueva edici¨®n de Ciutat oberta que se celebrar¨¢ en octubre? ?Han pensado en invitados que disientan de esta pol¨ªtica urban¨ªstica? No da la impresi¨®n. As¨ª es que respondiendo a los promotores de esta propuesta que afirman: ¡°que las cr¨ªticas que han aparecido estos d¨ªas contra las actuaciones t¨¢cticas ¡/¡ no son tanto contra la actuaci¨®n en s¨ª misma sino contra la transformaci¨®n del espacio p¨²blico, la nueva movilidad y un nuevo modelo de ciudad¡±, debemos responder que no es cierto, que algunas de estas cr¨ªticas son contra estas actuaciones en s¨ª mismas ya que no est¨¢n bien dise?adas y carecen de sensibilidad.
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