Barcelona estudia una ¡®tasa Amazon¡¯ para los gigantes del comercio electr¨®nico
El consistorio quiere gravar a grandes empresas por el uso del espacio p¨²blico y el tr¨¢fico y contaminaci¨®n que generan
Barcelona tiene el ojo puesto en las plataformas de internet cuyos negocios impactan en la ciudad. Tras forzar a Airbnb a retirar los anuncios de pisos tur¨ªsticos que no tienen licencia, o intentar regular la operativa de Uber o Cabify, el punto de mira est¨¢ ahora ...
Barcelona tiene el ojo puesto en las plataformas de internet cuyos negocios impactan en la ciudad. Tras forzar a Airbnb a retirar los anuncios de pisos tur¨ªsticos que no tienen licencia, o intentar regular la operativa de Uber o Cabify, el punto de mira est¨¢ ahora en las grandes operadoras de comercio on line. El Ayuntamiento estudia la implantaci¨®n de una tasa para las grandes empresas como Amazon, que obtienen beneficios en la ciudad pero no pagan impuestos como el comercio local. Jur¨ªdicamente no ser¨¢ sencillo, admiten en el gobierno de Ada Colau, y la idea es gravar el uso del espacio p¨²blico, una competencia local.
La tasa, que desde hace a?os reclaman las asociaciones de comerciantes, comenz¨® a tomar forma tras la aprobaci¨®n, hace casi un a?o, de una proposici¨®n de ERC. El texto apostaba por la creaci¨®n de una tasa municipal para gravar a las plataformas de comercio electr¨®nico que trabajan en Barcelona. Fue apoyado por el gobierno municipal (comunes y PSC, que llevaba la idea en su programa electoral) y JuntsXCat. Ciudadanos se abstuvo, y el PP y Barcelona pel canvi votaron en contra.
El concejal de republicano Jordi Castellana defendi¨® la propuesta para ¡°compensar los tributos que paga el comercio tradicional¡± y la mirada puesta en el uso del espacio p¨²blico. ERC insisti¨® en la tasa como condici¨®n para aprobar los presupuestos de Colau de 2020. Castellana admite ¡°la complejidad jur¨ªdica de una tasa que ser¨ªa la primera en el mundo¡± y explica que las opciones estudiadas pasan por gravar cada entrega o el volumen de negocio que cada operadora obtenga en la ciudad. Y apuesta por ¡°bonificaciones y exenciones¡±, si las empresas utilizaran veh¨ªculos limpios.
Desde el gobierno municipal y durante su etapa acad¨¦mica, la concejal de Hacienda, Montserrat Ballar¨ªn, tiene estudiados los pros y contras de un tributo que, sabe, ¡°f¨¢cil no ser¨¢¡±. El Ayuntamiento quer¨ªa encargar un estudio a un experto en tasas, que luego trabajar¨ªa con t¨¦cnicos municipales. Pero el Gobierno central se les adelant¨® al fichar al experto que hab¨ªan elegido. Ese traspi¨¦s y la crisis del coronavirus lo ha retrasado todo.
Ballar¨ªn defiende ¡°la potestad tributaria del Ayuntamiento para gravar la movilidad¡± y alerta de que tendr¨¢n en cuenta algunos riesgos: ¡°No queremos penalizar a riders ni las compras on line a comercio local; queremos que las operadoras que tienen sus sedes corporativas fuera contribuyan y destinar la recaudaci¨®n al comercio de proximidad¡±. ¡°T¨¦cnicamente es muy dif¨ªcil, porque las tasas se aplican a los beneficiarios del uso del espacio p¨²blico: un bar y sus terrazas. En este caso hay un beneficiario que es el cliente, y el beneficio econ¨®mico de la transacci¨®n¡±, indica y ve cierta similitud con la tasa a los cajeros autom¨¢ticos: ¡°Los utiliza el cliente pero quien gana dinero son las entidades financieras¡±.
La edil explica que, desde el punto de vista constitucional, la la contribuci¨®n ¡°se basar¨ªa en el uso del dominio p¨²blico local que hacen las plataformas para obtener un beneficio econ¨®mico¡±. La tasa tambi¨¦n se apoyar¨ªa en las ¡°externalidades negativas que genera la distribuci¨®n de esos productos¡±, como mayor tr¨¢fico y contaminaci¨®n. Para materializarlo, se valdr¨ªa de la Ley catalana de comercio, que fija que ¡°los ayuntamientos deben regular y tasar por medio de ordenanzas la distribuci¨®n de productos adquiridos por internet o a distancia, de acuerdo con sus competencias en materia de movilidad, sostenibilidad y seguridad en su municipio¡±, a?ade.
Estar¨ªan obligadas al pago las plataformas de venta on line ¡°de mayor facturaci¨®n en el territorio espa?ol y las empresas que tengan como negocio principal la venta on line¡±. Y estar¨ªan excluidas las tiendas con tienda f¨ªsica como actividad principal. Otra cuesti¨®n ser¨¢ c¨®mo cuantificar la tasa. Y aqu¨ª Ballar¨ªn apuesta por ¡°un porcentaje bruto de la facturaci¨®n de cada empresa en la ciudad el a?o anterior¡±. Cita el caso de suministradoras que utilizan ¡°el dominio p¨²blico y que pagan un 1,5% de sus ingresos brutos¡±.
La ge¨®grafa de la UAB y experta en movilidad, Carme Miralles, ve bien ¡°que el comercio electr¨®nico tenga alg¨²n mecanismo de retorno por su impacto en la vida de las ciudades¡±. ¡°Es un fen¨®meno nuevo pero todav¨ªa no tiene desarrollado el engranaje contributivo¡±, apunta.
?Licencias a repartidores?
El profesor de Log¨ªstica y Transportes de la UOC Eduard ?lvarez apunta que ¡°si se plantea tasar entregas de ¨²ltima milla¡± hay que tener en cuenta ¡°cu¨¢l es el mecanismo¡±, porque hay tres posibilidades: gravar al cliente cuando hace un pedido, a la empresa que vende o al repartidor. ¡°Si la tasa es municipal, el primer y el segundo no te valen¡±, entiende; y recuerda que ¡°las empresas on line tienen tendencia a la subcontrataci¨®n, con lo que gravar¨ªas a la parte m¨¢s d¨¦bil de la cadena¡±. Llegados a este punto, defiende la creaci¨®n de ¡°un carn¨¦ o una licencia de repartidor que vincularan a la empresa y contemplara bonificaciones para incentivar determinada operativa [en bici, centros de consolidaci¨®n, de distribuci¨®n interurbana]¡±.
Jos¨¦ Luis Nueno, profesor del departamento de Marketing de IESE, se?ala que la implantaci¨®n de una tasa de ¨²ltima milla est¨¢ vinculada a la contaminaci¨®n y los atascos y que ¡°en determinados casos y bajo algunas circunstancias, pondr¨ªa el foco en las entregas ultrarr¨¢pidas¡±. Tambi¨¦n entiende que su puesta en marcha ser¨ªa complicada. Entre otras razones, ¡°por la compleja operativa de las m¨²ltiples modalidades de entrega, que dificulta saber cu¨¢ndo, c¨®mo y a quien gravar¡±, o las dudas sobre la potestad municipal para regularlo.
El catedr¨¢tico de Derecho Financiero y Tributario de la facultad de Derecho y Ciencia Pol¨ªtica de la UOC, Benja Angl¨¨s, no conoce ninguna otra ciudad del mundo que ¡°est¨¦ cobrando un gravamen como el que se plantea¡±. ¡°De momento son los estados mediante impuestos como el IVA los que pretenden gravar el comercio electr¨®nico¡±. Sobre la iniciativa de Barcelona se?ala que ¡°el reparto del ¨²ltimo kil¨®metro lo realizan operadores nacionales o locales que ya tributan por sus actividades y por los veh¨ªculos que utilizan¡± y alerta de que cualquier coste extra se trasladar¨ªa al cliente: acabar¨ªa pagando indirectamente la tasa. Tambi¨¦n se pregunta si podr¨ªa desincentivar las compras en l¨ªnea o provocar entregas en segundas residencias.
El experto cuestiona tambi¨¦n si no ser¨ªa discriminatorio gravar a los repartidores del comercio on line por el uso del espacio p¨²blico y no al resto de transportistas, y se pregunta si no ser¨ªa m¨¢s factible vincular el gravamen a cuestiones medioambientales. Por ¨²ltimo, y a falta de m¨¢s detalles, Angl¨¨s cree que los afectados recurrir¨ªan la tasa a los tribunales, con argumentos como que su actividad ya paga otros impuestos, por no considerarse receptores de ning¨²n servicio municipal que justifique el cobro, o porque su uso de la v¨ªa p¨²blica no es m¨¢s intenso que en otras actividades de reparto.