La pandemia emocional de Catalu?a
Catalu?a est¨¢ siguiendo la v¨ªa de Quebec. Tambi¨¦n all¨ª comenz¨® la decadencia a partir del primer refer¨¦ndum en 1980 y as¨ª ha seguido hasta hoy
Los nacionalistas catalanes han buscado con insistencia que sucedan todas las desdichas posibles en su idealizada Catalu?a y parece que, por fin, lo han conseguido: hemos entrado en decadencia, todos los indicadores confirman este diagn¨®stico.
En 1933, Josep Casals y Ramon Arrufat, miembros de Estat Catal¨¤, un partido independentista de ideolog¨ªa parecida a la actual ERC, publicaron un libro con el t¨ªtulo Catalunya, poble dissortat, pueblo sin suerte, desgraciado, desdichado. Consideraban que este triste destino era debido a que sus dirigentes no hab¨ªan logrado alcanzar todav¨ªa la independencia de Catalu?a. Yo coincido en el t¨ªtulo pero mis motivaciones son las contrarias: Catalu?a es dissortada por el empe?o de algunos en que sea independiente. Veamos dos de estos ¨²ltimos indicadores y saquemos consecuencias.
La jugada de Isidro Fain¨¦ ha sido magistral y estoy convencido de que acabar¨¢ pronto y bien
El reciente estudio de dos economistas de la London School ha reafirmado muchas de las cuestiones que ya se sab¨ªan pero ha dado a sus conclusiones la p¨¢tina de su prestigio. Quiz¨¢s la nota m¨¢s relevante sea que, al igual que en los ¨²ltimos dos a?os, el PIB de Madrid ha superado al de Catalu?a a pesar de la mayor poblaci¨®n de esta. Debe tenerse en cuenta que ello se ve¨ªa venir desde hace a?os: en 1975 el PIB de Catalu?a superaba en un 25% al de Madrid, con un sistema r¨ªgidamente centralizado y con la capital donde ahora sigue.
A ello hay que a?adir que en estos ¨²ltimos tiempos las inversiones extranjeras se dirigen prioritariamente a Madrid y ah¨ª es donde se atrae a m¨¢s talento. El clientelismo que ejerce la Generalitat sobre las empresas es una de las causas de este declive; no lo es, en cambio, se?ala el estudio, el supuesto centralismo de Madrid, dado que Espa?a es uno de los pa¨ªses m¨¢s descentralizados del mundo.
En un excelente comentario a este estudio, Francesc Moreno, en El Liberal.cat, a?ade otras causas de esta decadencia catalana, entre ellas: la mayor presi¨®n fiscal, la corrupci¨®n, la barrera ¡ªcasi arancelaria¡ª que suponen las normas ling¨¹¨ªsticas que favorecen desmesuradamente el catal¨¢n (por cierto, sin ¨¦xito alguno) y la inseguridad jur¨ªdica que crea la situaci¨®n de incertidumbre pol¨ªtica con el comienzo en 2012 de la fase final del proc¨¦s.
Catalu?a est¨¢ siguiendo la v¨ªa de Quebec. Tambi¨¦n all¨ª comenz¨® la decadencia a partir del primer refer¨¦ndum en 1980 y as¨ª ha seguido hasta hoy: Montreal se fue descapitalizando progresivamente y hoy no pasa de ser una ciudad provinciana cuando antes compart¨ªa capitalidad econ¨®mica, social y cultural, con Toronto, Ottawa y Vancouver. Tambi¨¦n all¨ª hay un problema nacionalista y ling¨¹¨ªstico, tambi¨¦n all¨ª est¨¢n sufriendo las consecuencias de un nacionalismo virulento.
El segundo indicador es la situaci¨®n bancaria. Caixabank (la antigua y tradicional Caixa de Pensions) ha absorbido a Bankia (antes Cajamadrid) pero el centro de operaciones del nuevo banco ¡ªque se convierte en el primero de Espa?a¡ª estar¨¢ en Madrid, como sucede con tantas empresas importantes desde hace unos a?os. Barcelona es una ciudad que se est¨¢ quedando peque?a, atrasada y triste. Adem¨¢s de la incierta situaci¨®n pol¨ªtica catalana, el actual Ayuntamiento de la capital catalana, encabezado por los Comunes y el PSC, tambi¨¦n contribuye a ello por su falta de proyecto para la ciudad y su entorno metropolitano, as¨ª como por su ineptitud e incapacidad general en materia de gobierno ¡ªespecialmente en seguridad ciudadana¡ª y sus estramb¨®ticas y peregrinas ideas sobre vialidad y urbanismo.
El ciudadano no se da cuenta de la magnitud de la tragedia porque los declives son siempre muy lentos
La jugada de Isidro Fain¨¦ ha sido magistral y estoy convencido de que acabar¨¢ pronto y bien, pero otro centro de poder econ¨®mico se aleja de Catalu?a por razones incontestables. En efecto, la culpa no es de Caixabank, que hubiera deseado no abandonar Barcelona como sede central, sino de la incompetencia de los dirigentes de la Generalitat, de la pasividad de las ¨¦lites econ¨®micas y culturales catalanas, de los complacientes con el poder auton¨®mico de los medios de comunicaci¨®n y del sector educativo a todos los niveles que, con su obsesi¨®n nacionalista identitaria, este virus emocional que se ha extendido por Catalu?a desde hace 40 a?os hasta alcanzar el car¨¢cter de pandemia, y del que todav¨ªa no hemos encontrado la vacuna que lo cure, est¨¢ inclinando a este pa¨ªs por la pendiente de la decadencia.
El ciudadano no se da cuenta de la magnitud de la tragedia porque los declives son siempre muy lentos, pero cuando el r¨ªo te lleva hacia abajo es muy dif¨ªcil remontar. ?Saldremos m¨¢s fuertes? Ni hablar, ya somos m¨¢s d¨¦biles.
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