Rectificaci¨®n sin ofender
Es necesario que la pol¨ªtica espa?ola entienda que la humillaci¨®n y el r¨¦dito pol¨ªtico de meterse con la pol¨ªtica catalana son del todo miopes y para nada ayudan a la reconducci¨®n de la crisis catalana

A nadie le gusta que le hagan notar que ha pasado a?os equivocado en las cosas del amor, de los negocios o de la pol¨ªtica. Uno en su fuero interno ya puede haber llegado a tal conclusi¨®n pero le molesta que se lo recuerden a la cara. Le puede hacer rabiar. En el duelo del error los tr¨¢nsitos son silenciosos. En este trance se encuentra parte de la sociedad catalana que lleg¨® a vivir con entusiasmo la promesa de una independencia f¨¢cil, r¨¢pida e indolora. La promesa fue tan convincente que alcanz¨® a cautivar personas con aparente sentido cr¨ªtico y alta capacidad de raciocinio. En muchas conversaciones sin reloj del pasado verano ya se ha infiltrado la duda y el asombro ante la pregunta formulada en voz baja: ¡°?Pero puede ser que no hubiera nada preparado?¡±. Pero contin¨²an las ganas de no ser perturbados con respuestas hirientes u ofensivas. Conviene tener presente este recoveco de la psicolog¨ªa de una parte de la sociedad catalana en vistas a una salida al actual estancamiento pol¨ªtico y a la desinflamaci¨®n del frentismo social.
Entre los independentistas se ha infiltrado la duda ante la pregunta: ¡°?Puede ser que no hubiera nada preparado?¡±
La idea de la independencia es leg¨ªtima y siempre se puede defender y plantear por v¨ªas legales. Qu¨¦ gran error estrat¨¦gico fue que el independentismo no optara por aprobar en el Parlamento catal¨¢n ¡ªteniendo t¨ªtulo competencial para hacerlo¡ª una propuesta de reforma de la Constituci¨®n espa?ola que incorporara el derecho a la secesi¨®n con unas normas de claridad para afrontar una eventual demanda de una parte del Estado. Dicha propuesta habr¨ªa sumado la mayor¨ªa del Parlamento catal¨¢n y muy probablemente habr¨ªa sido rechazado de entrada por el Parlamento espa?ol. Habr¨ªa instalado una crisis constitucional inteligible en t¨¦rminos legales y pol¨ªticos. Una crisis que habr¨ªa obligado a abrir una fase de propuesta y contrapropuesta en aras de la b¨²squeda de una soluci¨®n. No se opt¨® por este camino. Se desbordaron los cauces. Exceso de emocionalidad en una parte y respuestas de recitador de oposiciones falto de olfato pol¨ªtico por parte de los mandarines en los que se deleg¨® la respuesta en los momentos m¨¢s cr¨ªticos. Un panorama desolador. Aparentemente este momento pas¨®, pero ha dejado im¨¢genes grabadas en las retinas y secuelas en la memoria pol¨ªtica. Espa?a sabe lo que pesa la memoria pol¨ªtica honda en el voto.
Dejar correr el reloj de seis meses de Gobierno en funciones es una gran irresponsabilidad
El momento de aggiornamento silencioso de parte del nacionalismo catal¨¢n es un dato relevante. Es de todo punto necesario que este momento vaya acompa?ado de una pol¨ªtica espa?ola que entienda que la humillaci¨®n y el r¨¦dito pol¨ªtico de meterse con la pol¨ªtica catalana son del todo miopes y para nada ayudan a la reconducci¨®n de una crisis que llam¨¢ndose catalana ha llegado a tener la capacidad de inyectar altas dosis de inestabilidad en la pol¨ªtica espa?ola. En la b¨²squeda de una pol¨ªtica que cortara con esta din¨¢mica delirante estuvo la posici¨®n del nacionalismo catal¨¢n y vasco en la moci¨®n de censura de mayo de 2018. Pero no fue suficiente porque pronto los partidarios del ¡°cuanto peor, mejor¡± tomaron cartas en el asunto. La Catalu?a de 2021 votar¨¢ de forma notablemente distinta de la que vot¨® en diciembre de 2017 en unas elecciones convocadas al amparo del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n. La inhabilitaci¨®n desproporcionada de Quim Torra fue anunciada como unos tiempos de ira en la calle y de resistencia gandhiana en las instituciones. Nada de ello sucedi¨®. ¡°?Eso era todo?¡±, se preguntaron boquiabiertos los seguidores incondicionales de la ficci¨®n de que oto?o de 2017 fue una ¡°jugada maestra¡± del independentismo. Otra parte del catalanismo vuelve a declinar su voto en el terreno del pragmatismo en tiempos de pandemia y crisis econ¨®mica. Solo queda una lucha insomne de desgaste entre los dos socios del Govern. ¡°No es la lucha por la independencia sino por la presidencia¡±, dice una voz que queriendo ser ir¨®nica practica un retratismo hiperrealista. Y de fondo la infantilizaci¨®n de la pol¨ªtica despu¨¦s de tantos a?os en los que los l¨ªderes no han explicado los costes de los retos planteados.
Se deb¨ªan haber convocado elecciones antes de la sentencia. Dejar correr el reloj de seis meses de Gobierno en funciones es una gran irresponsabilidad que deja el pa¨ªs sin presupuestos ni liderazgo. La radicalidad en Catalu?a hoy consiste en superar la antipol¨ªtica y el activismo iluso que han hecho descarrilar el prestigio de nuestras instituciones de autogobierno. Es posible recuperar el tiempo perdido. En Catalu?a se va a votar distinto.
Jordi Xucl¨¤ es vicepresidente de la Internacional Liberal
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