Luminosas directoras de cine
Formidable e instructiva ¡®Women Make Film¡¯, sobre las cineastas desde Alice Guy. La inspiradora serie se propone y consigue que veamos m¨¢s y mejor
Es una experiencia ins¨®lita en mi caso, entrar en una serie como esta y no verla de un tir¨®n. Women Make Film no lo pretende. Ni siquiera que veas varios cap¨ªtulos seguidos, eso tan agradable cuando te interesa una serie y no has de buscar m¨¢s para continuar ante la pantalla. Y no porque sean 14 cap¨ªtulos documentales, de una hora cada uno, subdivididos en varios e inspiradores apartados, que re¨²nen a 183 cineastas y un millar de clips, de ejemplos. Es algo distinto. En confinamiento hay espectadores a los que les va (a¨²n m¨¢s) la marcha maratoniana en casa y puede que los haya para esta propuesta. Pero es desaconsejable, aunque el realizador Mark Cousins (1965) domina el arte de contar y la poes¨ªa cr¨ªtica de su texto es bello y agudo, iluminador. Disponible ya en Filmin, es otra de las proezas del irland¨¦s, que se centra de nuevo en las pel¨ªculas, en lo que se ve en la pantalla. No en lo que la historia del cine dice y repite sin que le caiga la cara de verg¨¹enza por no ponerse al d¨ªa, hoy que todo se puede ver, consultar y estudiar si te lo propones. Y hay mucho que absorber en los films de las cineastas, desde el origen del cine.
Por eso no recomiendo ver seguido Women Make Film: es tan sorprendente, densa, provocadora y bien narrada que, aunque tambi¨¦n puedo ser maratoniana en esto de las series, necesito que cada cap¨ªtulo me siembre por dentro. Porque lo que te cuenta vale para el cine y la narrativa en im¨¢genes, pero tambi¨¦n para mucho m¨¢s: vale para cualquier forma de narrar. Cousins apuesta por las narrativas alejadas de las convenciones sentimentales rutinarias, aquellas que a menudo se relacionan (?encima!) con lo femenino, la mirada femenina y toda la pesca. No, esto va de otra cosa.
Por lo que llevo visto (no voy a correr, repito), se trata de poner de relieve, descubri¨¦ndolas en la mayor¨ªa de los casos, a las cineastas que m¨¢s y mejor han aportado y aportan cosas al cine, las pioneras desde Alice Guy (1873-1968) y las contempor¨¢neas. Las m¨¢s luminosas. Ninguneadas por la tot¨¦mica historia del cine, la serie recorre los cinco continentes y ha rastreado a fondo todos sus archivos. Pero no las presenta como v¨ªctimas del patriarcado y la misoginia. Lo da por sabido. Se supone que lo sabemos. Las presenta en sus logros, sus atrevimientos, sus intentos, sus verdades. Sigue en esto a los muchos festivales de cine de mujeres y ha rastreado por todas partes.
La estructura de la serie y el texto narrador de Cousins, que dicen actrices, entre ellas Jane Fonda, es incluso mejor que el de su serie precedente, en colaboraci¨®n tambi¨¦n con la actriz y productora Tilda Swinton, The Story of Film. An Odissey, disponible en la misma plataforma. Insisto en escribir sus t¨ªtulos en ingl¨¦s porque la traducci¨®n de film por cine que solemos hacer no corresponde a lo que mueve a Cousins: las pel¨ªculas.
Pongamos el cap¨ªtulo cinco, tras pasar por los dedicados a maneras de empezar un film, el tono y la credibilidad, y las diversas variantes con las que la serie relaciona cada cosa. Llegamos as¨ª a c¨®mo se introduce un personaje en una pel¨ªcula. Y para ello se considera primero la relaci¨®n entre el adulto y el ni?o, que si hablamos de mujeres suele siempre conducir casi en exclusiva a la maternidad. Aqu¨ª, no solo, y de manera nada t¨®pica. Para pasar luego a la econom¨ªa narrativa y de ah¨ª, a tratar del montaje: el alma del cine, que se dec¨ªa antes; la ¡°m¨¢quina de conectar¡±, se dice aqu¨ª. Este hilo conductor, de la infancia y la relaci¨®n con los adultos hasta c¨®mo est¨¢n conectadas las cosas en un film y con qu¨¦ econom¨ªa visual pueden ser contadas, en el mismo cap¨ªtulo, es de gran sutileza. Permite asomarse con lucidez, narrando sin mostrarlo todo, como debe ser, que en la representaci¨®n de ni?os con adultos median t¨®picos y m¨¢s t¨®picos visuales que vemos cada d¨ªa por las pantallas y en casi todos los relatos, clich¨¦s que estas cineastas se han esforzado en eludir. Los desmontan con econom¨ªa narrativa y con el montaje. La serie los re¨²ne montando y razonando.
Este tipo se la juega. Elude lo acad¨¦mico en hermosas y certeras lecciones que las aulas har¨¢n bien de considerar, de secundaria a la universidad. Escoge. Del cine espa?ol le interesa Ana Mariscal, su sola representante aqu¨ª, para realzarla como merece. Bien jugado, lo principal era no reducir la serie a un cat¨¢logo de nombres y t¨ªtulos. Aqu¨ª prevalece el punto de vista y un criterio s¨®lido al servicio del arte de contar en im¨¢genes lo que no hemos visto, estas cineastas.
Merc¨¨ Ibarz es escritora y cr¨ªtica cultural.
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