La gran maestra polaca que nos ense?¨® a hacer el ¡®flic flac¡¯
Irene Rouba, inolvidable profesora de acrobacia del Institut del Teatre en los a?os setenta, falleci¨® el viernes a los 72 a?os


Nos ense?¨® a hacer el flic flac, ese salto en el que te precipitas hacia atr¨¢s, todo confianza, con los brazos estirados para volver a caer de pie (si lo haces bien: si no, el tortazo es considerable). El flic flac y otras acrobacias audaces, la rueda sin manos, la rondada, la paloma, los mortales adelante y atr¨¢s¡ Pero sobre todo nos inculc¨® a sus alumnos una disciplina de por vida, el amor a las cosas bien hechas y el valor para afrontar todo lo que pudiera venir y para atrevernos incluso a lo impensable, dentro y fuera de la colchoneta.
Ha fallecido el viernes en Barcelona con 72 a?os, a causa de un c¨¢ncer de vejiga, Irene Rouba, un nombre casi legendario de ese Institut del Teatre tan puesto en cuesti¨®n ¨²ltimamente, pero que pese a las sombras que se quiere extender sobre su pasado ha sido sin discusi¨®n a lo largo de sus m¨¢s de cien a?os una de las grandes escuelas europeas de artes esc¨¦nicas y el crisol de mucho de lo mejor de nuestro teatro.
Irene Rouba, profesora de acrobacia, nacida en J¨²gow, en el sudoeste de Polonia, fue uno de los grandes fichajes polacos del Institut cuando Hermann Bonn¨ªn era director del centro y Fabi¨¤ Puigserver, que conoc¨ªa bien el teatro del pa¨ªs del Este, formaba parte del claustro. Lleg¨® en 1973 a Barcelona de la mano de su marido, Pawel Rouba (Inowroclaw, 1939-Barcelona, 2007), el acreditado actor y maestro de Pantomima, primer bailar¨ªn de la compa?¨ªa del m¨ªtico Tomaszewski, que contribuy¨® a revolucionar y hacer grande el teatro de gesto catal¨¢n. Juntos, Pawel e Irene (el apellido de ella era Bieniarz, pero siempre utilizaba el de ¨¦l), en uni¨®n de otro compatriota, el mimo Andrzej Leparski, que les sobrevive, crearon en 1977 dentro del Institut del Teatre la Escuela de Mimo y Pantomima. En sus clases, de un gran rigor f¨ªsico y pedag¨®gico, se formaron varias generaciones de actores y actrices, mimos y mimas.

Irene Rouba, que hab¨ªa sido integrante del equipo ol¨ªmpico polaco de gimnasia, ense?aba t¨¦cnicas de acrobacia y era temida por su empe?o en llevarte hasta el l¨ªmite y su consideraci¨®n de que nadie, ni el m¨¢s torpe, estaba exento de aprender los m¨¢s arriesgados ejercicios. Ella, menuda y elegante, siempre con su ic¨®nico ch¨¢ndal, era la primera en hacerlos. Si alguien cree que ha sufrido en el gimnasio del cole con el plinto deber¨ªa haber visto una clase de Irene Rouba. Ah¨ª no val¨ªa ni el ¡°yo eso, imposible¡±, ni la tarjeta de los padres, ni aducir que t¨² estudiabas teatro para hacer Tennessee Williams y no para romperte la crisma. Todos pas¨¢bamos por el aro, ya fueras Abel Folk o Oriol Gen¨ªs, por poner dos extremos. Incluso a brechtianos pudo verse intentar hacer el mortal carpado. Y caer a los futuros Tricicle. Que las clases que nos daba a los alumnos de Interpretaci¨®n -tan severas como las de los alumnos de pantomima, que disfrutaban en general de mejores cuerpos, i.e. Susan Gray- tuvieran lugar justo despu¨¦s de comer proporcionaba una dimensi¨®n a¨²n m¨¢s ¨¦pica al asunto.
Irene empleaba a menudo una peque?a cama el¨¢stica y cuerdas de seguridad para practicar los saltos. Uno no sab¨ªa muchas veces si estaba cabeza arriba o abajo. Lo m¨¢s asombroso es que logr¨® que todos, incluso el a?orado y fond¨®n Enric Bentz, que tanto tem¨ªa sus clases que hasta temblaba dentro de las mallas, di¨¦ramos lo mejor de nosotros y nos convirti¨¦ramos en inesperadas criaturas a¨¦reas. Una maestra excepcional, incluso con material humano de segunda.

Mujer discreta, de car¨¢cter fuerte, dotada de una fina iron¨ªa con la que capeaba timidez y sinsabores, y absolutamente entra?able, Irene Rouba abandon¨® el Institut del Teatre para dar clases en el INEF de Catalu?a, donde ha dejado un recuerdo tan profundo como en la escuela dram¨¢tica. Hija de un directivo de la compa?¨ªa de electricidad nacional polaca y un ama de casa que hab¨ªan visto de todo, incluida la II Guerra Mundial, Rouba fue gimnasta internacional y conoci¨® a Pawel estudiando Educaci¨®n F¨ªsica en Wroclaw, donde se casaron en 1970. Instalados en Barcelona, se nacionalizaron ambos espa?oles en 1984 y en la ciudad han nacido sus dos hijos, Kuba y Tatiana, y sus dos nietos. ¡°Conmigo mi madre aplicaba la misma disciplina que en clase, pero a sus nietos se lo permit¨ªa todo¡±, suspira su hija, la conocida nadadora Tatiana Rouba, que compiti¨® en los JJ OO de Atenas y ha ganado medallas en los Mundiales.
Irene Rouba no era una nost¨¢lgica de Polonia aunque conservaba all¨ª familia, especialmente su madre, que muri¨® hace poco, centenaria, y sus hermanas. Le gustaba nadar y lo hac¨ªa a diario, en el mar o la piscina. Sus cenizas reposar¨¢n al pie de un albaricoque, su ¨¢rbol y fruto favorito, que plantar¨¢n los suyos en su memoria. Para los dem¨¢s, sus afortunados alumnos, seguir¨¢ record¨¢ndonos siempre c¨®mo tenemos que aprender a levantar los pies del suelo, y atrevernos a vivir. Este ¨²ltimo flic flac, Irene, va por ti.
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