Ocho siglos de historia conviven en la Llotja de Mar
Una de las construcciones m¨¢s emblem¨¢ticas del poder econ¨®mico de Barcelona se abre al p¨²blico de la mano de Cases Singulars
En diciembre de 2018 la Llotja de Mar, situada en el paseo de Isabel II de Barcelona, salt¨® a la escena pol¨ªtica tras anunciar el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, que celebrar¨ªa all¨ª un consejo de ministros; algo que levant¨® cr¨ªticas en los nacionalistas que lo consideraron una afrenta m¨¢s dentro del conflicto por el proc¨¦s catal¨¢n. El edificio sumaba un hito m¨¢s a su larga historia de ocho siglo...
En diciembre de 2018 la Llotja de Mar, situada en el paseo de Isabel II de Barcelona, salt¨® a la escena pol¨ªtica tras anunciar el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, que celebrar¨ªa all¨ª un consejo de ministros; algo que levant¨® cr¨ªticas en los nacionalistas que lo consideraron una afrenta m¨¢s dentro del conflicto por el proc¨¦s catal¨¢n. El edificio sumaba un hito m¨¢s a su larga historia de ocho siglos, desde que Pere III decidiera reunir en un mismo techo todas las actividades comerciales, sobre todo mar¨ªtimas, de la ciudad, en un lugar privilegiado, en el centro neur¨¢lgico de la Barcelona del siglo XIII por donde entraban a la Corona de Arag¨®n, la mayor¨ªa de personas, mercanc¨ªas y riquezas. Tras la reuni¨®n de S¨¢nchez y sus ministros el edificio sigui¨® con su cotidianeidad, de espaldas a los barceloneses que solo pod¨ªa ver su impresionante fachada neocl¨¢sica. Hasta este mi¨¦rcoles que, por iniciativa de sus propietarios actuales, la C¨¢mara de Comercio, se abre al p¨²blico por primera vez a las visitas guiadas (antes solo era accesible para eventos privados que alquilaban algunos de los espacios) y todo el mundo podr¨¢ recorrer sus salones y estancias ricas en patrimonio, historias y an¨¦cdotas.
Como la de que para celebrar el consejo de ministros, S¨¢nchez, traslad¨® una mesa desde Madrid que ocup¨® el sal¨®n Dorado, el lugar escogido para reunirse; una estancia de 200 metros cuadrados, dominada por l¨¢mparas de cristal tallado y paredes forradas de seda de damasco rojo y marcos y frontones dorados sobre puertas y ventanas que le dan nombre.
Pero antes de llegar hasta all¨ª las visitas (en grupos reducidos de 15 personas que organiza Cases Singulars, que ya ha abierto al p¨²blico una docena de edificios privados de Barcelona) comienzan su recorrido entrando por el Pla de Palau, justo enfrente de donde hasta el incendio de 1875 se levantaba el Palau Reial, la residencia de los virreyes de Catalu?a, visitando una de las estancias m¨¢s impresionantes: la Sala de Contrataci¨®n, uno de los espacios del g¨®tico catal¨¢n menos conocidos, presidido por cuatro esbeltas columnas polilobuladas de m¨¢s de 14 metros en el que se respira, pese al tiempo, el traj¨ªn que representaba la llegada de un barco cargado de mercanc¨ªas y todas las transacciones que se generaba. Se construy¨® en el siglo XIV bajo la direcci¨®n de Pere Arvey y Pere Zabadia en unos terrenos en los que estaban situadas las horcas de la ciudad que el Consell de Cent adquiri¨® en 1339 a los Montcada. En una de las esquinas estaba instalada la Taula de Canvi, considerada el primer banco p¨²blico de Europa. Cuando se detectaba que un banquero comet¨ªa pr¨¢cticas irregulares la Taula romp¨ªa a martillazos su mostrador, dando origen a la palabra ¡°bancarrota¡±, que luego mercaderes italianos popularizaron.
Y as¨ª continu¨® hasta que, en 1714, cuando, fue bombardeada por las tropas de Felipe V que acab¨® con esta y todas las instituciones catalanas. Tras la guerra fue rehabilitado el edificio como cuartel y cuadras de caballos. Pero antes, en 1708, acogi¨® la primera ¨®pera en Barcelona cuando la Generalitat, como regalo de bodas del Archiduque Carlos de Austria, estren¨® de Il pi¨´ bel nome de Antonio Caldara.
Los militares lo abandonaron en 1771 dando comienzo a una reforma, ya de estilo neocl¨¢sico, que mantuvo la sala original, pero que le dio el aspecto contundente actual. Como la galer¨ªa porticada que se construye en el patio de los naranjos que ahora est¨¢ presidido por una fuente de Neptuno y cuatro esculturas que representan los continentes (no se hab¨ªa descubierto Ocean¨ªa) y una escalera de honor en m¨¢rmol de Carrara y G¨¦nova que permite subir a los pisos superiores.
En el primer piso recibe una dama, es la bella escultura Lucrecia, de Dami¨¤ Campeny realizada en m¨¢rmol. Este gran escultor neocl¨¢sico (que cuenta con una docena de obras en el edificio: leones, perros y personajes mitol¨®gicos) fue uno de los muchos profesores que dieron clases en la Escola de Belles Arts de la Llotja alojada en el edificio y donde estudiaron j¨®venes como Joan Miro y Picasso. Y en la Escola Provincial de Arquitectura tambi¨¦n lo hizo Antoni Gaud¨ª. En el otro extremo de la escalera est¨¢ situado el sal¨®n del Consulado de Mar, con pinturas de Pere Pau i Monta?¨¤ en el techo que se realizaron con motivo de la visita al edificio de Carlos IV en ese a?o. Aqu¨ª se celebraban los juicios y conciliaciones entre los comerciantes, un organismo cuyas sentencias ten¨ªan la misma fuerza que las que emit¨ªa la justicia ordinaria.
Este edificio lleno de historias se conserva el primer farol de gas de la ciudad, que cambi¨® la vida de todos los barceloneses y donde, desde uno de sus balcones, se proclam¨® para Catalu?a la Constituci¨®n liberal de La Pepa, que las cortes de C¨¢diz promulgaron en 1812, tambi¨¦n qued¨® inmortalizado, junto a la plaza, por entonces llamada de la Constituci¨®n, en el primer daguerrotipo que se realiz¨® en Espa?a en 1839.
Desde 1849 acoge la Real Academia de Bellas Artes de Sant Jordi (tambi¨¦n visitable con Cases Singulars, que gestionan Isabel Vall¨¨s y Laura Pastor) y desde 1886 de la C¨¢mara de Comercio de Barcelona cuyos directivos (con su presidente Joan Canadell hasta las elecciones auton¨®micas de febrero que sali¨® escogido diputado por JuntsxCat) quieren reivindicar este rico pasado hist¨®rico y patrimonial de la instituci¨®n y del edificio. Por eso, su empe?o en que todo el mundo lo conozca. Muchos en Barcelona conocen este majestuoso edificio como la antigua Bolsa, porque aqu¨ª estuvo hasta que se traslad¨® al paseo de Gr¨¤cia. La compraventa de acciones se realizaba en la misma sala de Contrataci¨®n en la que en el siglo XIV se compraban y vend¨ªan mercanc¨ªas.
Pero hay m¨¢s. En el piso superior, en el sal¨®n de los C¨®nsules, justo encima de la enorme sala g¨®tica, cada martes se re¨²nen (ahora lo hacen de forma telem¨¢tica) las personas encargadas de fijar el precio de todo el cereal de Espa?a. Tambi¨¦n el de la carne porcina de todo el Estado. Pocos edificios pueden presumir de condensar tanta historia entre sus cuatro paredes.
LLOTJA DE MAR (Paseo de Isabel II, n¨²mero 1. Barcelona)
Duraci¨®n: 1.15 h
Precio: Precio: 12 €/persona / ni?os 7,5 euros (menores de siete a?os, gratuito)
Reservas: casessingulars@casessingulars.com