Los Hermanos Cubero revisan el folclore castellano
El grupo de la Alcarria han actuado en el Coliseum en un ciclo del Primavera Sound
Parece una historia incre¨ªble. Dos hermanos de la Alcarria, con pinta de poder ser de Iowa, manchegos de Iowa, afincados en Catalu?a, amantes del folclore popular castellano y tambi¨¦n del bluegrass, recuperadores de viejas canciones que la misma memoria va olvidando, alcanzan predicamento entre un p¨²blico que probablemente apenas tiene folclore en su discoteca dom¨¦stica. Personas que jam¨¢s se han acercado por el Tradicion¨¤rius llenando en Coliseum para escuchar jotas. En un ciclo del Primavera Sound, a la saz¨®n firma que les ha permitido entrar en un p¨²blico que a priori no les habr¨ªa de resultar propio, que durante una semana y con diversas propuestas ha llenado el teatro de la Gran V¨ªa en el cual los Hermanos Cubero resultaban la propuesta m¨¢s dis¨ªmil, una mirada a las ra¨ªces musicales que en tiempos del franquismo se quisieron sustituir con los Coros y Danzas y aquellos fastos de la Demostraci¨®n Sindical de cada primero de mayo. Los Hermanos Cubero, una memoria bien viva. Los Hermanos Cubero, ejemplo de que la m¨²sica puede saltar cualquier frontera, cualquier prejuicio.
Roberto toca la mandolina, es m¨¢s bajo que Enrique y tiene un aspecto tan singular que podr¨ªa parecer cualquier cosa, desde miembro de un grupo de rockabilly al primo listo de cualquiera. Toca la mandolina, sonr¨ªe mucho y para agradecer los aplausos voltea su instrumento, en cuya parte de atr¨¢s pone gracias. Enrique es m¨¢s alto y espigado, tiene el cabello alambrado, el rostro huesudo, canta y toca la guitarra y suele tocarse con sombreros vaqueros de ala ancha. Adem¨¢s de la m¨²sica popular les une un hilo de humor que arranca la sonrisa tras una cent¨¦sima de segundo de perplejidad, humor que ellos usan con tem¨¢ticas recurrentes a lo largo de un concierto. El viernes fue su centro Mar¨ªa San Miguel, violinista que les acompa?¨® en escena para materializar las canciones de su particular Proyecto Toribio, piezas instrumentales recogidas del an¨®nimo violinista Toribio Del Olmo, natural de Algora y alma de las fiestas populares en la Guadalajara de inicios del XX, cuando el viol¨ªn era rey del folclore popular de la zona. Proyecto Toribio, un nombre perfecto y atinado a la altura de unos hermanos que sin pudor manosean una memoria que en sus manos es renovaci¨®n en presente continuo.
Y ah¨ª ten¨ªamos a los amantes de Nick Cave, Arcade Fire y ma?ana de Dry Cleaning dando palmas a pasodobles, mazurcas, jotas, seguidillas y pericones ¨Cuna mazurca m¨¢s r¨¢pida, explicaron los Cubero- interpretados con viol¨ªn, mandolina y guitarra, creando un marco mental castellano, reseco y adusto, alegre y popular, lleno de personajes que aman, mueren y se entristecen. Y todo ello explicado con una m¨²sica que en buena medida ha llegado a los Cubero mediante grabaciones de campo. Pero los Cubero presentaban adem¨¢s su otro disco, Errantes tel¨²ricos el que les une a diversos artistas a los que llamaron para dar vida a m¨¢s cancionero popular y tambi¨¦n propio ¨Cambos casi imposibles de distinguir, lo mejor que se puede decir de un repertorio as¨ª-. Alguno de estos colaboradores les acompa?¨® en el T¨ªvoli, como un Rodrigo Cuevas en su salsa, recuperando de paso otra memoria, la de Rambal, el farandulero gijon¨¦s asesinado por la intolerancia o un Josele Santiago que aplica junto a los Cubero la m¨¢xima que sugiere buscar problemas a los problemas. Sabidur¨ªa popular en una fiesta que acab¨® con baile en el escenario. Como manda la tradici¨®n.
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