Ya no hay que esperar a Godot
Pepe Viyuela y Alberto Jim¨¦nez, bajo la direcci¨®n de Antonio Sim¨®n, despiden su elogiada propuesta de la obra de Beckett en el Teatre Goya
¡°Esperando a Godot es hoy en d¨ªa m¨¢s que una obra de teatro, un cl¨¢sico del siglo XX. Forma parte de la imaginaci¨®n colectiva. La fuerza, el humor, la poes¨ªa, la ternura, el dolor, la risa que nos transmite esta obra, met¨¢fora de la vulnerabilidad y el coraje del ser humano, siguen vigentes. El p¨²blico merece ver representada esta maravilla. Una obra que Beckett defini¨® c¨®mo horriblemente c¨®mica¡±. As¨ª habla el director Antonio Sim¨®n (profesional que siempre se mueve entre Catalu?a y Madrid) de su ¨²ltimo trabajo, la puesta en escena de Esperando a Godot, del nobel Samuel Beckett, ...
¡°Esperando a Godot es hoy en d¨ªa m¨¢s que una obra de teatro, un cl¨¢sico del siglo XX. Forma parte de la imaginaci¨®n colectiva. La fuerza, el humor, la poes¨ªa, la ternura, el dolor, la risa que nos transmite esta obra, met¨¢fora de la vulnerabilidad y el coraje del ser humano, siguen vigentes. El p¨²blico merece ver representada esta maravilla. Una obra que Beckett defini¨® c¨®mo horriblemente c¨®mica¡±. As¨ª habla el director Antonio Sim¨®n (profesional que siempre se mueve entre Catalu?a y Madrid) de su ¨²ltimo trabajo, la puesta en escena de Esperando a Godot, del nobel Samuel Beckett, que permanecer¨¢ en el barcelon¨¦s Teatro Goya, hasta el 20 de junio. Han llegado pisando fuerte, con la seguridad que les ha dado a todos los responsables del espect¨¢culo recibir grandes elogios durante un pand¨¦mico a?o y pico, recorriendo toda la geograf¨ªa espa?ola.
Vladimir (o Did¨ª, interpretado por Alberto Jim¨¦nez) y Estrag¨®n (o Gog¨®, por Pepe Viyuela) esperan la llegada de Godot movi¨¦ndose entre las v¨ªas del tren, en medio de las que ha crecido un ¨¢rbol. As¨ª ha planteado la escenograf¨ªa Paco Azor¨ªn y en ese espacio esos dos personajes quiz¨¢ pelean, quiz¨¢ r¨ªen juntos, o se quieren, o son pareja, puede que hermanos. O nada de esto tiene credibilidad. Pero parece que llevan toda la vida juntos. En parte es as¨ª porque ambos actores han transitado por los grandes cl¨¢sicos, por la nueva autor¨ªa, por los dramaturgos m¨¢s importantes del siglo XX y esos les ha llevado por los mismos territorios. Incluso les han elegido en varias ocasiones los mismos directores esc¨¦nicos. El teatro le ha dado mucho prestigio, aunque ambos son populares, sobre todo Viyuela, por su participaci¨®n en cine y televisi¨®n.
En la obra son un binomio fant¨¢stico que consigue atrapar sin contar nada, o contando algo de una profundidad casi insondable. Reciben por dos veces la visita de otro binomio a¨²n m¨¢s absurdo que ellos dos. Pozzo (Fernando Albizu), un hombre cruel y disparatado, que lleva atado del cuello por una soga a su criado Lucky (Juan D¨ªaz). Son dos de esos grandes actores de reparto, a los que se une el joven Jes¨²s Lavi.
El montaje s¨®lo se llama Godot. Pero conocido el t¨ªtulo entero ya se sabe de qu¨¦ se trata. Adem¨¢s en esta propuesta, como en muchas de los cientos que se han hecho de esta pieza, no est¨¢ claro que Estrag¨®n y Vladimir esperen a alguien o, en cualquier caso, no parece ser lo importante. Hay tanta incertidumbre impregn¨¢ndolo todo, que una m¨¢s¡ La obra es tan at¨ªpica, fuera del teatro del absurdo -g¨¦nero en que se la encuadr¨® hace 60 a?os- que Viyuela al leerla, tras la propuesta de Sim¨®n, tuvo claro que s¨®lo pod¨ªa rechazar ese trabajo: ¡°Tuve tal sensaci¨®n de confusi¨®n que pens¨¦ decir que no ten¨ªa tiempo. La le¨ª y no me enter¨¦ de nada¡±, comenta el actor quien ahora asegura que Estrag¨®n le ha calado en lo m¨¢s profundo. ¡°A¨²n continuamos en la b¨²squeda porque Beckett dispara en muchas direcciones. De hecho, la situaci¨®n que vivimos mundialmente nos ha hecho comprender la necesidad del otro, nos ha hecho saber que no saldremos de esto solos y la obra se ha adaptado a otra cat¨¢strofe, como se adapt¨® a las secuelas de la Segunda Guerra Mundial¡±. Su compa?ero Jim¨¦nez quiere resaltar que trabajar en Barcelona es un regalo para cualquier actor: ¡°Me form¨¦ en los a?os 80 y para la gente de teatro, Barcelona era el gran referente, terminar la gira aqu¨ª, donde la voz se esponja con la humedad y todo fluye es una fiesta¡±
Viyuela y Jim¨¦nez iluminan el espect¨¢culo. Est¨¢n llenos de luz, deslumbran en muchos momentos, y adem¨¢s gu¨ªan de manera sutil al espectador para que no se pierda, algo que ocurre tan f¨¢cilmente en esta pieza con la que se han estrellado muchos directores y a¨²n m¨¢s espectadores que se han ido para casa sin saber qu¨¦ deberes ten¨ªan que hacer. Y no s¨®lo porque pertenezca al g¨¦nero del absurdo, que tambi¨¦n, sino porque la obra est¨¢ llena de simbolog¨ªas, recovecos, met¨¢foras¡ O a lo mejor no.