Para recibir el veinte veinte
La conmemoraci¨®n de la muerte de Beckett ha impulsado biograf¨ªas y nuevos estudios sobre su obra
1. Beckett
Termino el a?o tan abrumado por la monta?a de novedades que se anuncian para el veinte veinte que decido dedicar mis ¨²ltimas lecturas decembrinas a algunas intemporalidades, para variar. A Samuel Beckett (1906-1989), en primer lugar, un cl¨¢sico moderno castigado por el mercado y el mainstream de los gustos serializados a un purgatorio que lo aleja cada vez m¨¢s de las reediciones y del conocimiento de los lectores. Algunos editores, m¨¢s que independientes, heroicos, como los segovianos de U?a Rota, han publicado en los ¨²ltimos a?os algunos de los escritos m¨¢s breves del irland¨¦s, adem¨¢s de la muy notable Samuel Beckett, el ¨²ltimo modernista, la ¨²nica biograf¨ªa existente en castellano. En 2019, que cuando est¨¦n leyendo este Sill¨®n (si es que alguien, etc¨¦tera) ya ser¨¢ historia ¡ªy no precisamente de la que deja m¨¢s margen al optimismo¡ª, se han conmemorado un par de importantes momentos beckettianos: el 30? aniversario de su muerte, por supuesto, y el cincuentenario de su Premio Nobel (1969), que el renuente galardonado siempre vivi¨® como una especie de malentendido, cuando no como una maldici¨®n capaz de interferir con su escritura. La editorial francesa Passage(s) acaba de publicar En compagnie de Samuel Beckett, un libro-homenaje coordinado por Lois Oppenheim ¡ªuna especialista mundial en la dramaturgia de SB¡ª en el que colaboran, entre otros, David Mamet, Nathalie L¨¦ger, J.?M. Coetzee, Paul Auster, Philippe Sollers, Georges Didi-Huberman, Philip Glass o Peter Brook. Mientras le¨ªa en ¨¦l la admiraci¨®n de los otros se despertaba tambi¨¦n la m¨ªa, dormida o anestesiada a causa del ruido ¡°literario¡± de este oficio de escribir sobre libros en general nada memorables. ¡°Revisitando¡± en YouTube Film (1965), la pel¨ªcula (nominalmente) de Alan Schneider, basada en el ¨²nico guion que Beckett escribi¨® para el cine (Deleuze afirmaba que la cinta era la obra maestra de la cinematograf¨ªa irlandesa), y protagonizada por un maravilloso Buster Keaton m¨¢s deadpan (inexpresivo) que nunca, volv¨ª a mi recuerdo de lector joven y (a¨²n) poco estragado, cuando Beckett se me antojaba una especie de Swift que hubiera le¨ªdo, adem¨¢s del Quijote y la novela picaresca, a Schopenhauer antes que a Joyce. Porque Beckett es, sin duda, un pesimista, como sigue demostrando en su tard¨ªa y parcialmente autobiogr¨¢fica (y nost¨¢lgica) Compa?¨ªa (1979; Anagrama), pero un pesimista que no se amilana ante la hilaridad consustancial al absurdo del mundo, lo que le convierte en un maestro de la tragicomedia. Quiz¨¢s por ello su inolvidable voz sea ahora, cuando el absurdo ha prosperado hasta convertirse en amenaza nada desde?able para la supervivencia de la especie, m¨¢s actual que nunca; como la que escucha, en un tiempo sin tiempo, esa figura (no me atrevo a llamarla ¡°personaje¡±) tumbada boca arriba en la oscuridad (en Compa?¨ªa) y que le habla de su precaria situaci¨®n actual y de su pasado.
2. Fronteras
No abundan las segundas oportunidades. A m¨ª, por ejemplo, nadie me la ha dado para corregir a destiempo una lamentable ausencia en mi lista de los ¡°mejores libros del a?o¡±. No logro entender c¨®mo no me acord¨¦, a la hora de redactar y enviar mi lista, del entusiasmo con que, en marzo del (ya) pasado a?o me refer¨ª desde este mismo Sill¨®n de Orejas a La frontera (2019; HarperCollins), de Don Winslow, ¨²ltima entrega y cierre de la llamada ¡°trilog¨ªa del c¨¢rtel¡±, cuyas dos primeras novelas, El poder del perro (2005) y El c¨¢rtel (2015), ya est¨¢n en bolsillo. Para la edici¨®n barata de La frontera, una muy moderna epopeya ¡°negra¡± de ambici¨®n tolstoiana ¡ªy, cr¨¦anme, la hip¨¦rbole no es tanta¡ª, tendr¨¢n que esperar un poco m¨¢s. Harper Collins, que se ha quedado con Winslow en una de esas recolocaciones (o canje de cromos) tan frecuentes en nuestro movidito mundo editorial, todav¨ªa le est¨¢ sacando el jugo a su edici¨®n en tapa dura (958 p¨¢ginas; 23,90 euros). En todo caso, el novel¨®n me parece una obra maestra en su g¨¦nero: una especie de (sangriento) lirio entre cardos, por parafrasear, prostituy¨¦ndolo, el sentido del c¨¦lebre verso del Cantar de los cantares que tambi¨¦n hizo suyo (llir entre cards) el sublime valenciano Ausi¨¤s March. Y no se asusten: la ¨²ltima entrega puede leerse independientemente, bien que no pocos de sus personajes aparezcan en las dos primeras. La novela, cuyo t¨ªtulo no solo se refiere a la frontera mexicano-estadounidense, sino tambi¨¦n a las morales de quienes se enfrentan con el narcotr¨¢fico o sufren sus consecuencias, requiere un esfuerzo lector que se ve recompensado con creces. Es una obra de ficci¨®n, pero no tanto: Winslow, que sabe hacer que el lector visualice la historia (algo que aprovech¨® Oliver Stone para su pel¨ªcula Salvajes, basada en otra novela suya), ha pasado 20 a?os document¨¢ndose, y sabe casi todo lo que ha pasado y pasa en el M¨¦xico de los c¨¢rteles y en el fluido tr¨¢fico de drogas (ahora, hero¨ªna) a trav¨¦s de la porosa frontera. Hay personajes reales, otros imaginarios, pero posibles, y otros con nombres fingidos (uno, por ejemplo, habla como Trump y dice las mismas tonter¨ªas que Trump; es decir, es Trump). Y todo con ese estilo brusco, cortante, que ahorra palabras como si costaran dinero y penetra en la mente del lector como un bistur¨ª; y con docenas y docenas de personajes que aparecen y desaparecen en ese todos-contra-todos en el que se ha convertido la lucha entre c¨¢rteles despu¨¦s de la desaparici¨®n del se?or de Sinaloa, n¨¦mesis y contrafigura del esforzado y complejo Art Keller, el flamante director de la DEA. En alg¨²n momento se podr¨ªa echar de menos un ¨ªndice de nombres, un dramatis personae que pusiera orden entre tanto caos y tanta abundancia de personajes. Pero pronto se descubre que el caos es la forma que adopta la realidad en esta novela oscura y poderosa. Si les gusta los thrillers negr¨ªsimos, no se la pierdan, y perd¨®n por mi olvido.
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