El abrazo gigante de los mayores de las residencias
La artista Marina Capdevila pinta un enorme mural de homenaje a los abuelos en un centro p¨²blico de Girona
Hace un a?o y medio, la pintora y muralista Marina Capdevila ten¨ªa en la cabeza la idea de hacer una intervenci¨®n art¨ªstica en la residencia donde falleci¨® su madre, enferma, a la que durante meses acompa?¨® cada d¨ªa. ¡°Pensaba: aqu¨ª es todo muy gris y podr¨ªa hacer algo¡±. Pero lleg¨® la pandemia.
Y con el coronavirus haciendo estragos en las residencias de toda Espa?a, entendi¨® que su idea ¡°ten¨ªa otra magnitud¡±. ¡°Cada d¨ªa mor¨ªan abuelos, no hab¨ªa ayudas, mucho aplauso a los sanitarios, pero esta instituci¨®n la abandonamos¡¡±, reivindica. Y decidi¨® hacerles un homenaje.
El resultado es el precioso mural de cientos de metros cuadrados (cuatro plantas de altura) del que desde esta semana puede presumir la residencia Puig d¡¯en Roca, en la ciudad de Girona, cerca del hospital Trueta donde viven 160 mayores. Un abrazo gigante de un grupo de abuelos con una incre¨ªble cara de buena gente. ¡°He querido hacerles un homenaje y darles visibilidad, y ha sido tambi¨¦n un homenaje a mi madre, he pensado en ella todo el rato¡±, resume.
No ha sido f¨¢cil. Present¨® el proyecto a un mont¨®n de residencias que le dieron portazo de la zona de Tarragona. Que no lo quer¨ªan, que qu¨¦ era eso de ensuciarles la fachada, les respond¨ªan. Hasta que Capdevila, que es de Falset (Tarragona) pero vive en Palafrugell (Girona), llam¨® a la puerta adecuada: ¡°Cuando vi c¨®mo se le iluminaba la cara a la directora, su mirada, flip¨¦¡±. Esta residencia p¨²blica del barrio de Fontajau, era el lugar. Y no una fachada, sino dos: la principal, con decenas de ventanas; y una lateral, limpia y de forma semicircular. Un lujo para un muralista. Porque esta fue la otra, Capdevila buscaba fachadas grandes.
La artista ha pintado durante diez d¨ªas, con tres asistentes y dos gr¨²as. Primer rodillo, luego pincel. Y la ayuda y apoyo entusiasta de los residentes. Han salido a la calle cada d¨ªa a ver el proceso, le han aplaudido, cantado, han hecho pancartas de agradecimiento, han querido pintar, han charlado desde las ventanas, le han sugerido utilizar aqu¨¦l u otro color¡
Incluso hay quien se ha subido a la gr¨²a: ¡°Entraban con el tacataca y sal¨ªan rejuvenecidos¡±. El ¨²ltimo d¨ªa, en la despedida volvieron con las pancartas de agradecimiento y jaleaban: ¡°?Ma-rin-na, Ma-ri-na!¡±. Ella no para de decir que ¡°ha sido todo muy bestia, muy grande¡±.
En la residencia, el proceso empez¨® antes de abrir los botes de pintura. La directora que flipaba era Ester Campmol y explica c¨®mo vio clara la posibilidad de integrar la idea en las actividades del centro. El arte urbano ser¨ªa un centro de inter¨¦s como otros que trabajan a durante el a?o. Los abuelos se han entusiasmado, explica la directora, y han aprendido de las respuestas de Capdevila.
¡°Ha sido precioso, el personal se ha involucrado al 100%¡±, certifica la artista, que tiene 36 a?os y obra en todo el mundo (de Estados Unidos a Alemania o B¨¦lgica, pasando por Italia, M¨¦xico o Portugal), murales que pinta en festivales, por encargo o tambi¨¦n para marcas.
Campmol relata que conect¨® con Capdevila, y vio ¡°que pod¨ªa incluir el proyecto en la programaci¨®n de actividades de la residencia, hacerlo participativo, integrar a los abuelos¡±. Durante los meses m¨¢s cr¨ªticos de la pandemia la residencia ¡°tuvo mucha afectaci¨®n¡±. ¡°Sufrimos mucho, el personal lo pasamos muy mal, los usuarios, sus familias¡ esto ha sido una explosi¨®n de alegr¨ªa, un grupo de abuelos que se abrazan, una de las acciones que m¨¢s hemos echado en falta. Ha sido la guinda del pastel, poner punto y final¡±, celebra la directora, que lanza una petici¨®n: ¡°No estamos en un lugar de paso, pero a ver si la gente se anima a subir a vernos. Ponlo, que suban a la monta?a a vernos¡±.
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