El Gobierno certifica que 29.408 personas han muerto por coronavirus en residencias desde el inicio de la pandemia
Se trata de la primera cifra oficial de los fallecimientos en estos centros. Casi 20.000 personas murieron en geri¨¢tricos en los cuatro primeros meses de la pandemia, con covid confirmada o con s¨ªntomas compatibles
Es uno de los grandes agujeros informativos de esta pandemia y ha tenido que pasar casi un a?o para, al fin, conocer la cifra oficial de mayores que viv¨ªan en residencias y han perdido la vida debido al coronavirus. Son 29.408, seg¨²n datos de las comunidades aut¨®nomas recabados y sistematizados conjuntamente por los ministerios de Derechos Sociales, de Sanidad y de Ciencia hasta el 21 de febrero. En este tiempo han fallecido en las residencias de servicios sociales, que incluyen las de personas con discapacidad y otros alojamientos colectivos, 29.782 personas. Estas cifras confirman el alt¨ªsimo impacto de la pandemia en los geri¨¢tricos, donde viven las personas m¨¢s vulnerables al virus, por su edad y por sus pluripatolog¨ªas. A partir de ahora, los datos se publicar¨¢n semanalmente, los viernes, seg¨²n fuentes del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), dependiente del departamento que dirige Pablo Iglesias. Se trata de datos provisionales, precisan estas fuentes, dado que la informaci¨®n de las autonom¨ªas se depura y se homogeiniza.
Desde el mes de marzo al 22 de junio del a?o pasado, los 19.835 fallecimientos en residencias de mayores, bien con covid confirmada o con s¨ªntomas compatibles (9.859), duplican las 9.573 muertes notificadas del 23 de junio al 21 de febrero de 2021. De ellas, m¨¢s de 3.000 se han contabilizado este a?o. En toda la pandemia se han registrado 86.219 contagios en estos centros, de los cuales cerca de 69.000 corresponden a 2020. Ese a?o, el 23,7% de los mayores que hab¨ªa dado positivo en una prueba falleci¨®. Aunque entonces hab¨ªa un gran infradiagn¨®stico, por lo que muchos mayores pasaron la covid sin que est¨¦n contabilizados en ning¨²n registro. En lo que llevamos de 2021 han fallecido el 18,7% de los contagiados en estos centros. ¡°Se ven tres momentos clave, una primera fase entre marzo y junio, donde se produce un ataque sever¨ªsimo en residencias de mayores. A partir de ah¨ª, hay m¨¢s medios, se mejora la informaci¨®n y con el trabajo realizado en medidas de prevenci¨®n y la labor en los centros, aunque el impacto es grave, se contuvo mucho. Y hay una tercera etapa a partir de finales de enero, un mes despu¨¦s de Navidad, cuando comienza a apreciarse el efecto de la vacunaci¨®n¡±, explican fuentes del Imserso.
Desde el inicio de la pandemia hasta el 21 de febrero, murieron en Espa?a 67.101 personas con el diagn¨®stico de covid confirmada, seg¨²n los datos de Sanidad. Esta cifra es dif¨ªcilmente comparable con la de fallecimientos en residencias, dado que en la primera oleada hubo muchos decesos que quedaron fuera de los registros oficiales al carecer de una prueba diagn¨®stica. De marzo a junio, el Imserso calcul¨® que aproximadamente la mitad de las muertes correspond¨ªan a residencias. Pero la comparaci¨®n s¨ª puede hacerse a partir de junio y hasta el 21 de febrero, cuando mejoran la capacidad diagn¨®stica y los datos: las 9.782 muertes de mayores que viv¨ªan en geri¨¢tricos suponen una de cada cuatro de las 38.776 notificadas por Sanidad en este periodo.
Para analizar la evoluci¨®n del virus en las residencias, hasta este momento era preciso recurrir a las comunidades aut¨®nomas. Cada una de ellas aporta las cifras de una forma, lo cual las hace dif¨ªcilmente comparables. Seg¨²n el ¨²ltimo recuento de este diario, de principios de febrero, cerca de 29.800 personas que viv¨ªan en residencias de servicios sociales hab¨ªan fallecido debido al virus. La diferencia con los datos facilitados este martes se debe a que el Gobierno ha depurado las cifras de las autonom¨ªas y continuar¨¢ haci¨¦ndolo. De hecho, en el informe se precisan carencias de datos en siete comunidades, entre ellas Madrid, Catalu?a y Castilla-La Mancha. Estas son precisamente las autonom¨ªas con mayor n¨²mero de fallecimientos en estos centros, bien con covid confirmada o con s¨ªntomas compatibles, junto a Castilla y Le¨®n. Fueron 6.187 en Madrid, 5.418 en Catalu?a, 3.987 en Castilla y Le¨®n y 2.803 en Castilla-La Mancha.
¡°A las residencias se las dej¨® para muy tarde¡±
En este tiempo se han ido sucediendo los n¨²meros: decenas, cientos, miles de contagios; decenas, cientos, miles de muertes. ¡°Hay una cierta anestesia social¡±, dice indignada Elo¨ªsa del Pino, investigadora del CSIC. Los fallecimientos en estos centros equivalen a que una tragedia como la del Titanic se hubiera repetido 20 veces en Espa?a. Detr¨¢s de cada cifra hay una historia, muchos mayores que fallecieron solos, sobre todo al principio.
Los datos son un espejo de la crisis sanitaria. De marzo a junio, la calidad de las cifras es muy limitada. En lo peor de la pandemia, cuando no hab¨ªa equipos de protecci¨®n individual y escaseaban las pruebas de detecci¨®n, las residencias fueron el epicentro de la crisis. Entonces la lucha contra el virus se libraba a ciegas, solo se diagnosticaban los casos m¨¢s graves, los asintom¨¢ticos pasaban desapercibidos, much¨ªsimas personas murieron con sintomatolog¨ªa compatible con la covid, pero sin que quedara acreditado que efectivamente la padec¨ªan. Fall¨® la coordinaci¨®n sociosanitaria, el sistema de salud colaps¨® en las autonom¨ªas m¨¢s golpeadas y muchos ancianos murieron sin la atenci¨®n m¨¦dica que precisaban, incluso trascendieron protocolos que restring¨ªan la derivaci¨®n hospitalaria de quienes viv¨ªan en geri¨¢tricos.
¡°A las residencias se las dej¨® para muy tarde y fue un error enorme. He hablado con mucha gente de los centros: me dicen que se ha muerto gente que no deber¨ªa haber fallecido, mayores que podr¨ªan haber vivido m¨¢s a?os. Y, sobre todo en la primera parte de la pandemia, se han muerto en muy malas condiciones, no solo porque no estaban con su familia, sino porque no ten¨ªan respiradores¡¡±, explica Del Pino, que dirige el proyecto Mc Covid-19, que analiza la gesti¨®n de los Gobiernos y las propias residencias en 15 pa¨ªses de la UE.
Su principal conclusi¨®n en Espa?a es que en la primera oleada hubo una ¡°descoordinaci¨®n muy acusada entre el sistema sanitario y los servicios sociales¡±. Explica que los ¡°protocolos que dise?aba Sanidad eran dif¨ªcilmente aplicables en residencias, que no funcionan como los hospitales¡±, y que la descoordinaci¨®n se not¨® ¡°entre los ministerios de ambos ramos, entre las consejer¨ªas y en la relaci¨®n de los propios centros y el sistema de salud¡±. Algo que, asegura, ha ido mejorando.
Con el tiempo llegaron el material y los test, se aument¨® la capacidad diagn¨®stica, los centros ganaron en prevenci¨®n y la calidad de los datos mejor¨®. Del 23 de junio al 3 de enero fallecieron 6.305 mayores. De esa fecha al 21 de febrero, 3.268. Solo en un mes y medio, la mitad de decesos que en los seis meses anteriores: algo que refleja la fuerza de la tercera oleada respecto a la segunda oleada. Los expertos apuntan que, aun con medidas de protecci¨®n, si hay una alta incidencia en el exterior de las residencias, es f¨¢cil que se cuele en los centros. Ahora, cuando la tercera ola est¨¢ remitiendo y han pasado dos meses desde que se inici¨® la campa?a de vacunaci¨®n, empieza ya a apreciarse el efecto en los centros. En la semana del 15 al 21 de febrero, el 2% de las m¨¢s de 5.400 residencias ten¨ªan al menos un caso. En ese periodo se contabilizaron 215 contagios en geri¨¢tricos, frente a los 4.502 de la semana del 11 al 17 de enero.
¡°La pandemia ha sido muy larga y la situaci¨®n ha ido variando. Pero, aun con las diferencias entre oleadas, las residencias han sido especialmente golpeadas porque agrupan a mayores de 80 a?os, muchos con patolog¨ªas previas; son lugares donde hay muchos trabajadores que entran y salen y son vectores de transmisi¨®n y los residentes hacen una vida en com¨²n, comparten espacios, utensilios¡¡±, explica Joseba Zalakain, director del Centro de Documentaci¨®n y Estudios SIIS.
?l monitorea desde hace meses, junto a Adelina Comas-Herrera y otros investigadores europeos, las cifras sobre mortalidad en estos centros. La situaci¨®n en Espa?a no es excepcional. ¡°Calculamos que somos de los pa¨ªses donde ha fallecido un porcentaje mayor de residentes, entre un 7% y un 9%, pero hay pa¨ªses como B¨¦lgica y Escocia [parte del Reino Unido], que pasan del 9%. Y muchos andan en torno al 4% o 5%¡±, sostiene Zalakain. Elo¨ªsa del Pino pide una evaluaci¨®n multidisciplinar de lo ocurrido en la pandemia: ¡°Hay que analizar qu¨¦ mecanismos han funcionado y cu¨¢les han fallado, pero hacerlo solo desde la perspectiva sanitaria implicar¨ªa caer en el mismo error¡±.
Una promesa de primavera
No fue hasta el mes de noviembre cuando trascendi¨® la primera estimaci¨®n oficial que cuantificaba el drama en las residencias durante la primera oleada: 20.268 personas fallecieron entre marzo y el 23 de junio, bien con covid confirmada o con s¨ªntomas compatibles. El dato consta en un informe del grupo de trabajo de residencias impulsado por el Ministerio de Derechos Sociales, en el que se sentaban las autonom¨ªas y el Imserso. Entonces se dibuj¨® la ¡°tormenta perfecta¡± que influy¨® en la dureza de la primera oleada en estos centros.
El departamento que dirige Pablo Iglesias acord¨® con las comunidades a principios de diciembre dar datos semanales sobre la situaci¨®n de la covid en las residencias, especificando por tipo de alojamiento colectivo. "No pod¨ªamos recabar esas cifras hasta que no se llegara a un acuerdo con las autonom¨ªas porque no tenemos competencias para ello", explican fuentes del Imserso. Ahora comienzan a publicarse estas cifras, tras adaptarlas a los criterios solicitados por el Centro Europeo de Prevenci¨®n y Control de Enfermedades.
Pero la primera promesa de hacer p¨²blica esta informaci¨®n se remonta al principio de la crisis sanitaria. A finales de marzo, el Ministerio de Sanidad emiti¨® una orden por la que exig¨ªa a las autonom¨ªas informar dos veces en semana de los decesos en estos centros. En primavera tanto Salvador Illa, el entonces ministro, como Pedro S¨¢nchez aseguraron que se informar¨ªa de esos datos. No se hizo y, seg¨²n reconoci¨® el Ministerio de Sanidad en un informe interno, las cifras de las autonom¨ªas eran de escasa calidad. Tras decaer el primer estado de alarma, las comunidades dejaron de enviar informaci¨®n. No exist¨ªa un sistema de informaci¨®n.
El siguiente compromiso de publicar los datos lleg¨® en agosto, por parte del Ministerio de Derechos Sociales, que dijo que en septiembre estar¨ªa listo un sistema de vigilancia que aportar¨ªa informaci¨®n en tiempo real de lo que ocurr¨ªa en las residencias, algo que pasaba por elaborar un censo de residencias que no se ha podido desarrollar. A la tercera ha ido la vencida.
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