Muere el marqu¨¦s e ingeniero Jos¨¦ Antonio Torroja, padre de Ana Torroja, a los 88 a?os

En la muerte del ingeniero de caminos J. A. Torroja Cavanillas oso dedicarle unas l¨ªneas, en el recuerdo. Torroja fue un hombre e ingeniero notables y el primer director de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Barcelona, donde dej¨® su impronta. A pesar de que era conocido por ser hijo de su padre, Eduardo, tambi¨¦n ingeniero, con el dudoso honor de ser uno de los pocos intelectuales espa?oles de fama mundial que apoy¨® el levantamiento militar del 36 y por ser padre de su hija, Ana, vocalista de Mecano, ¨¦l asum¨ªa esta doble condici¨®n con una sonrisa.

La Escuela inici¨® su actividad en el curso 73-74; Torroja fue el hombre encargado de impulsarla y de que la caverna local del oficio no acaparara las c¨¢tedras que ya se estaban repartiendo. El clima de la Escuela cuando llegu¨¦, en el curso 74-75, era muy curioso y atractivo; la apuesta de Torroja fue crear un cuerpo de profesorado mayoritariamente joven, con estudios en el extranjero, que ten¨ªa una caracter¨ªstica fundamental que le daba mucho dinamismo, pr¨¢cticamente todo el mundo estaba contratado, no hab¨ªa funcionariado acad¨¦mico, solo Torroja y el subdirector, E. Garbayo, jefe del potente departamento de matem¨¢ticas, que batallaba el d¨ªa a d¨ªa. El general todav¨ªa estaba vivo, pero la transformaci¨®n estaba en marcha. En las semanas culturales participaban J.V. Estell¨¦s, J. Moster¨ªn, J. Goytisolo, ... ; J.A. Fern¨¢ndez Ord¨®?ez nos dejaba embelesados con su visi¨®n del ingeniero y de los puentes; en la pista de baloncesto escuchamos (bailoteo incluido) la Nueva Trova Cubana, Pablo Milan¨¦s, Silvio Rodr¨ªguez, ... Vistos en perspectiva se produc¨ªan hechos ins¨®litos, ?los alumnos ten¨ªamos voz, y voto! en la comisi¨®n de contrataci¨®n del profesorado; yo mismo form¨¦ parte.

Jos¨¦ Antonio era un hombre afable, alegre y divertido, de trato cercano; un ejemplo: recuerdo el d¨ªa en el que, reunidos en su despacho con los otros delegados estudiantiles, C. Conill y F. Labarta, entr¨® su secretaria, Sara, toda una instituci¨®n en la Escuela, exclamando ¡°?Podr¨ªa haber dicho algo!¡±, dej¨¢ndonos a todos perplejos nos mostr¨® el diario donde se anunciaba su candidatura al Senado en las listas de la UCD por Barcelona en las primeras elecciones democr¨¢ticas; ¨¦l fue el primer sorprendido, nos confes¨® que no sab¨ªa nada.

Otro. El puente de Asc¨® sobre el Ebro se construy¨® para los planes de evacuaci¨®n y para el suministro de la central nuclear, teniendo en cuenta las cargas que ten¨ªan que pasar. Cuando el convoy que llevaba el alternador lleg¨® al borde del puente, el camionero vio que no hab¨ªa ninguna actuaci¨®n espec¨ªfica como en el resto de los puentes del itinerario, todos reforzados especialmente para su paso; el hombre se neg¨® a pasar por encima. La ¨²nica manera de convencerlo fue que J.M. Alonso, jefe de V¨ªas y Obras de la Diputaci¨®n de Tarragona y Jos¨¦ Antonio, autor del proyecto, cogidos de la mano, lo cruzaran andando delante suyo y a pocos metros.

Deja una obra construida extensa, destacan los puentes sobre el Mi?o y el Andarax, el de San Pedro de la Ribera, el de R¨®ntegui, el de Tamaraceite y, en Catalu?a, los puentes de Molins de Rei sobre el Llobregat (de 125 metros de luz, r¨¦cord catal¨¢n entre 1972 y 1989, empatado con el de Amposta) y el mencionado de Asc¨® sobre el Ebro; es tambi¨¦n el autor del Palau Blaugrana.

Me lo encontr¨¦ por ¨²ltima vez en Lekunberri, Navarra, comiendo en un restaurante, amistoso y distendido como siempre. Es agradable reencontrarse con los maestros. Descanse en la paz merecida.

Manuel Revent¨®s es ingeniero de Caminos