Las Kellys preparan un portal para que los clientes solo reserven en hoteles justos
La iniciativa de la asociaci¨®n de camareras de piso para promocionar los establecimientos respetuosos con sus derechos choca con los sindicatos, que dise?an su propia herramienta de b¨²squedas
Limpiar hasta 20 o 30 habitaciones de hotel en ocho horas no es un trabajo inofensivo. La repetici¨®n a toda prisa de movimientos ¡ªagacharse para recoger ropa, doblar s¨¢banas, hacer la cama, fregar suelos, limpiar cristales¡ª suele dejar lesiones. ¡°Trabajas a destajo. No tienes tiempo casi ni de beber o comer. Enfermas de gastritis, sientes estr¨¦s y migra?as. Te agachas, te levantas: lumbago, dolor de brazos y hombros. Todo el aparato muscular y ¨®seo termina estropeado. El m¨¦dico te va recetando pastillas. Con cincuenta y pico ya est¨¢s totalmente rota¡±, asegura M¨ªriam, miembro de Las Kellys, la ...
Limpiar hasta 20 o 30 habitaciones de hotel en ocho horas no es un trabajo inofensivo. La repetici¨®n a toda prisa de movimientos ¡ªagacharse para recoger ropa, doblar s¨¢banas, hacer la cama, fregar suelos, limpiar cristales¡ª suele dejar lesiones. ¡°Trabajas a destajo. No tienes tiempo casi ni de beber o comer. Enfermas de gastritis, sientes estr¨¦s y migra?as. Te agachas, te levantas: lumbago, dolor de brazos y hombros. Todo el aparato muscular y ¨®seo termina estropeado. El m¨¦dico te va recetando pastillas. Con cincuenta y pico ya est¨¢s totalmente rota¡±, asegura M¨ªriam, miembro de Las Kellys, la asociaci¨®n de camareras de piso que adopt¨® el nombre despectivo que tantas veces o¨ªan ¡ªlas que limpian¡ª. Esta plataforma quiere ahora tomar la iniciativa y prepara un portal de reservas solo para hoteles justos.
Las Kellys, que durante a?os han protagonizado protestas para exigir mejoras, apelan a la responsabilidad individual. Para ello han ideado la aplicaci¨®n Central de Reservas de Las Kellys, una especie de Booking con la que ofrecer al consumidor establecimientos que cumplan los requisitos que establece la asociaci¨®n. El proyecto a¨²n est¨¢ en fase embrionaria. Las impulsoras, que buscan financiaci¨®n mediante micromecenazgo, han conseguido por ahora 30.000 euros, la mitad del m¨ªnimo que necesitan para empezar. Pese a la ilusi¨®n que genera en el colectivo, el Booking solidario de Las Kellys ha levantado tambi¨¦n recelos y escepticismo.
M¨ªriam, de 47 a?os, es una de las abanderadas de la batalla contra la externalizaci¨®n de los servicios de limpieza de los hoteles, una pr¨¢ctica que se recrudeci¨® con la reforma laboral de 2012 y que Las Kellys identifican como el momento en que sus condiciones laborales, que ya eran precarias, se volvieron salvajes. Consideran que la limpieza y orden de las habitaciones, al ser un servicio esencial de los hoteles, no puede subcontratarse. Este es uno de los requisitos que marcan para considerar ¡°justo¡± el establecimiento. Tambi¨¦n lo son la adecuaci¨®n de la carga de trabajo, la prevenci¨®n de lesiones o el fomento de la contrataci¨®n de colectivos vulnerables. ¡°Somos un colectivo enfermo, y a la que te pones mala ya no te contratan¡±, explica Vania Arana, portavoz de la plataforma. ¡°La idea es que quien quiera venir de vacaciones pueda reservar directamente con nosotras¡±, resume.
Esta visi¨®n sobre la externalizaci¨®n no es compartida por todos. No solo entre los hoteles, sino tambi¨¦n entre los sindicatos mayoritarios. CC OO y UGT lamentan que esta asociaci¨®n haya impulsado una central de reservas propia cuando ellos llevan dos a?os desarrollando un proyecto similar con la Universidad de M¨¢laga llamada fairhotels.es, que cuenta con la aprobaci¨®n del Gobierno, pero que se paraliz¨® con la pandemia. Los sindicatos son esc¨¦pticos con el proyecto de Las Kellys: ¡°Primero, porque es muy complicado. Es de una envergadura tremenda y el dinero que est¨¢n pidiendo no da para nada. Segundo, porque necesitas que los empresarios quieran estar. Y tercero, porque piden que no se externalicen los servicios, pero desgraciadamente la ley lo permite¡±, se?ala Gonzalo Fuentes, responsable federal de Hosteler¨ªa y Turismo de CC OO.
La plataforma que impulsan los sindicatos incluir¨¢ a los hoteles que, pese a externalizar el servicio de camareras de piso, apliquen el convenio sectorial, lo que en muchas ocasiones no sucede. El 70% de los convenios de hosteler¨ªa est¨¢n bloqueados por las patronales. ¡°Los empresarios son cortoplacistas, quieren recuperar el dinero perdido en la pandemia. Y pese a que tienen delante un futuro interesante con la recuperaci¨®n, no mejorar¨¢n las condiciones¡±, a?ade Fuentes.
Baleares, Andaluc¨ªa o Canarias cuentan con convenios sectoriales renovados que prevalecen sobre el de las empresas multiservicio. En Catalu?a tambi¨¦n se aprob¨® en septiembre del a?o pasado una pr¨®rroga del convenio de 2017. ¡°No es el mejor, pero limita las externalizaciones, y obliga a que las empresas multiservicio pongan las mismas condiciones que en el convenio de hosteler¨ªa¡±, destaca Ram¨®n Gonz¨¢lez, de CC OO. ¡°Madrid es la otra cara de la moneda. El convenio est¨¢ sin negociar. Una camarera contratada en el hotel puede tener sus derechos y sueldo de 1.300 euros. Y que trabaje al lado de una subcontratada con salario m¨ªnimo¡±, explica Fuentes. El director del Gremio de Hoteles de Barcelona, Manel Casals, afirma que si se respeta el convenio, aunque haya externalizaciones, ¡°no hay conflicto¡±. Y resta importancia al proyecto de Las Kellys. ¡°Y m¨¢s a¨²n viniendo de un grupo que ha usado la amenaza y el insulto durante todo este tiempo¡±, zanja.
A la espera del sello de calidad
Carmen Cas¨ªn, camarera de piso en un hotel de Madrid y miembro de la direcci¨®n sectorial de hospedaje en UGT, destaca que en cuatro a?os se han conseguido anular 42 convenios de empresas multiservicio, a las que se ha obligado a aplicar el convenio sectorial de hosteler¨ªa. Ahora de baja por la rotura de un tend¨®n en el trabajo, reivindica la presencia sindical y el trabajo codo con codo con todas las camareras de piso, tambi¨¦n con Las Kellys. ¡°Su central de reservas es una buena iniciativa. Pero es algo que estamos desarrollando desde hace tiempo y funciona en Estados Unidos, Canad¨¢ o Suecia¡±, explica.
El periplo de M¨ªriam se parece al de muchas compa?eras de trabajo. Lleg¨® de Ecuador en 1999 y se puso a trabajar en hoteles. Al principio ten¨ªa que limpiar y preparar 11 habitaciones en ocho horas, una ratio que ahora puede llegar a triplicarse. ¡°Es inhumano, nadie puede hacerlo en el tiempo. Entonces se hacen horas extra que no se pagan¡±, dice. Y todo por un sueldo que, si no est¨¢ regulado por el convenio de hosteler¨ªa, puede depender del n¨²mero de habitaciones hechas (a 1,5 euros la habitaci¨®n, denuncia M¨ªriam) o puede ser el m¨ªnimo, algo m¨¢s de 950 euros al mes. La pandemia ha puesto a¨²n m¨¢s contra las cuerdas a este colectivo, ya que muchas de ellas, al trabajar por temporada, no se han podido beneficiar de los ERTE en todo este tiempo.
La asociaci¨®n ya consigui¨® en 2018 que el Parlamento catal¨¢n aprobara sin ning¨²n voto en contra una moci¨®n de apoyo al llamado ¡°sello de calidad por un trabajo justo¡±, un distintivo con el que pretenden premiar a los hoteles que cumplan con los requisitos. Pero en tres a?os la iniciativa no se ha llevado a cabo. ¡°Ni aqu¨ª en Catalu?a el Govern, ni en Espa?a el Gobierno, nadie ha hecho absolutamente nada. Nos lo dijeron ellos mismos una vez: quien manda es la patronal. Por eso decidimos impulsar la central de reservas. Si ellos no van a desarrollar el sello, lo haremos nosotras¡±, explica la portavoz de Las Kellys.