La pandemia visibiliza la precariedad laboral de las ¡®kellys¡¯

Son cientos de miles y la gran mayor¨ªa son mujeres. Las camareras de piso en hoteles, tambi¨¦n llamadas kellys, son la cara m¨¢s desprotegida del sector hostelero. Ahora han levantado la voz para denunciar la situaci¨®n de vulnerabilidad en la que se han quedado: despu¨¦s de que el Gobierno decretara el estado de alarma no pudieron acudir a sus puestos de trabajo y muchas quedaron desprotegidas. Las m¨¢s afortunadas pudieron acogerse a un ERTE, las dem¨¢s sobreviven con lo ¨²ltimo que les queda del paro o de alguna otra prestaci¨®n. Muchas otras no tienen opciones econ¨®micas para sobrellevar el confinamiento.

Llegan a ser hasta 250.000 las camareras de piso que cubren la demanda generada cada verano en los diferentes destinos tur¨ªsticos de Espa?a y muchas de ellas son contratadas por empresas externas. Agrupadas en las asociaciones de Kellys de Gran Canaria, M¨¢laga, Huelva, Granada, Asturias, Ibiza, Madrid, Sevilla y Baleares, denuncian su desprotecci¨®n y afrontan el futuro con escepticismo. ¡°Aun cuando se relance la econom¨ªa, en el mejor de los casos el pr¨®ximo mes de julio, la campa?a de verano, desde el punto de vista tur¨ªstico (tanto interior c¨®mo exterior) la consideramos perdida en 2020¡±, lamentan en un comunicado.

Ante la actual situaci¨®n, este colectivo exige m¨¢s compromiso a empresas y Gobierno: piden que las empresas que a partir del 1 de septiembre hagan contratos de seis meses a un a?o tengan una exoneraci¨®n del 50% al 100% en las cotizaciones a la Seguridad y que se fomente la contrataci¨®n de las empleadas mayores de 50 a?os, entre otras cuestiones. Adem¨¢s, solicitan que en los hoteles usados como edificios medicalizados sea el Gobierno quien contrate al personal de limpieza y desinfecci¨®n, y que se faciliten las prejubilaciones de camareras a partir de los 60 a?os.

Adem¨¢s de estas demandas urgentes, el colectivo ¨Den el cual figura un alto porcentaje de mujeres migrantes extranjeras¨D tiene una reclamaci¨®n desde hace a?os: la modificaci¨®n del art¨ªculo 42.1 del Estatuto de los Trabajadores sobre contrataci¨®n y subcontrataci¨®n, derivado de la reforma laboral de 2012 del Gobierno de Mariano Rajoy, al que atribuyen la precarizaci¨®n de sus condiciones laborales. Mar¨ªa del Mar Jim¨¦nez, portavoz de las Kellys de Madrid, insiste en que no piden mayores sueldos, sino contratos justos. ¡°Lo que pedimos es simple, que si somos el 30% o el 33% del trabajo estructural de un hotel, que seamos parte de la plantilla de ese hotel, no pedimos m¨¢s¡±. Jim¨¦nez tambi¨¦n apunta a los sindicatos: ¡°En el convenio de 2008 firmaron que se pod¨ªa externalizar el trabajo de camareras de piso¡±.

¡°Queremos que la parte estructural de una empresa no tenga que estar externalizada. Y nosotras somos esa parte estructural¡±, denuncia Mar¨ªa Pilar Cazorla, portavoz de las Kellys de Asturias. ¡°Desde la nueva reforma laboral, este art¨ªculo nos ha empobrecido en todos los aspectos¡±. Cazorla, de 45 a?os, trabaja desde 1998 en el sector y desde 2016 vive con una minusval¨ªa del 44% por una lesi¨®n que sufri¨® cuando trabajaba en un hotel a trav¨¦s de una empresa externa que no le proporcion¨® el volante asistencial para que su mutua le atendiera. Por ello, interpuso una demanda.

Seg¨²n CC OO, las empresas multiservicios (EMS) ¡°han aprovechado las posibilidades brindadas por la reforma laboral de 2012¡±. Adem¨¢s, anota: ¡°La externalizaci¨®n de servicios se extiende a cada vez m¨¢s tipos de actividades y sectores.¡±

La actual situaci¨®n no ha hecho m¨¢s que empeorar las condiciones laborales de estas mujeres, que ven con preocupaci¨®n la posibilidad cada vez m¨¢s real de no tener un trabajo en lo que queda de a?o. Uno de los escenarios que Exceltur contempla tras la pandemia precisar¨ªa de un plan de rescate de emergencia muy superior al que se est¨¢ considerando actualmente, con una p¨¦rdida de la actividad tur¨ªstica de hasta un 81,4% en 2020.

M¨¢s del 70% de los empleados en el sector tur¨ªstico son mujeres, seg¨²n la Asociaci¨®n Empresarial Hostelera de Madrid. Mayte L¨®pez, de 36 a?os, es camarera de piso en Granada y ha trabajado durante casi seis a?os con contratos de limpiadora a trav¨¦s de una empresa externa. ¡°Si est¨¢s como limpiadora no tienes finiquito, no tienes vacaciones, los d¨ªas de descanso dependen seg¨²n le vengan bien al hotel¡±, dice. Asegura que, de entre 10.000 y 12.000 camareras de piso que trabajan en Granada, solo unas 2.500 est¨¢n contratadas. Ella lo hab¨ªa logrado, pero estaba a punto de finalizar su contrato antes de que se decretara el estado de alarma, por lo que no pudo acogerse a un ERTE. ¡°La hosteler¨ªa ser¨¢ lo ¨²ltimo que levante cabeza y no s¨¦ cu¨¢ndo volver¨¦ a pisar un hotel para trabajar¡±.

En 2019, las kellys, colectivo que ya agrupa entre 8.000 y 9.000 mujeres afiliadas, recibieron el premio TO DO Human Rights in Tourism del Instituto para el Turismo y el Desarrollo en Alemania, ¡°por reclamar sus derechos sin violencia¡±. Estas asociaciones, que han surgido por comunidades y provincias integradas por sus mismas trabajadoras, ya tienen presencia tambi¨¦n en otros pa¨ªses y son, por ahora, las ¨²nicas organizaciones que orientan, gu¨ªan y velan por los derechos de las camareras de piso. A Pilar Cazorla algunas de sus compa?eras en Asturias o Madrid la conocen como ¡°la abogada de las kellys¡±, pues desde que interpuso la demanda en 2016 se ha encargado de asesorar a las compa?eras que se lo han pedido. Hay demandas por concepto de fraude legal en todos los casos que le llegan. En Madrid, por ejemplo, las kellys han atendido a m¨¢s de 800 denuncias por ese concepto. Cazorla, en Asturias, ha asesorado y llevado 12 juicios. Todos ganados.

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