Un ¨®rdago fallido
El fracaso de Junts en el intento de boicotear la mesa de di¨¢logo certifica la emancipaci¨®n de Esquerra Republicana y muestra la inviabilidad de la estrategia de ruptura de los neoconvergentes
Junts per Catalunya ha lanzado un ¨®rdago a ERC y lo ha perdido. No solo eso: lo ha perdido y no ha pasado nada. Entre las muchas cosas que han ocurrido esta semana tan intensa, esta es la m¨¢s significativa porque rompe una din¨¢mica enquistada desde hace tiempo en el seno del independentismo. Podr¨ªamos decir que finalmente Esquerra ha sido capaz de superar el miedo cr¨®nico a la iracunda mirada del padre y zafarse de las ataduras con las que Junts le ha sujetado durante estos a?os de pacto tenso, en el que siempre ha predominado la competencia por la hegemon¨ªa. La amenaza de ser acusado de traici¨®n ha dejado de ser operativa.
Si algo ha producido la foto del encuentro sin Junts es un reforzamiento de la imagen y de la autoridad de Aragon¨¦s
Se sab¨ªa desde hac¨ªa tiempo que el presidente Pere Aragon¨¨s hab¨ªa aceptado que la mesa de di¨¢logo fuera entre gobiernos y Junts hab¨ªa callado sobre esta cuesti¨®n. Sus dirigentes se hab¨ªan prodigado en declaraciones p¨²blicas en las que cuestionaban su utilidad y expresaban algo m¨¢s que escepticismo sobre los posibles resultados, pero no hab¨ªan objetado la composici¨®n de las delegaciones. Quisieron poner en aprietos a Aragon¨¨s afirmando que si Pedro S¨¢nchez no asist¨ªa, tampoco deb¨ªa hacerlo el presidente catal¨¢n. Y cuando en el ¨²ltimo momento S¨¢nchez confirm¨® su presencia, Junts lanz¨® un intento desesperado de boicot: anunciar una representaci¨®n que no cab¨ªa en el pacto alcanzado por Aragon¨¦s. Un sabotaje en toda regla. Porque, o bien el presidente se desdec¨ªa del pacto y pon¨ªa en peligro la mesa, o romp¨ªa con Junts y pon¨ªa en peligro el gobierno de coalici¨®n. As¨ª son las relaciones entre los socios. Seguramente pensaron que Aragon¨¨s elegir¨ªa lo primero. Pero no lo hizo y ahora se les ve completamente descolocados intentando imponer una versi¨®n de lo ocurrido que no les deje demasiado maltrechos.
Lo cierto es que lanzaron un ¨®rdago y el presidente no se arrug¨®: dio un golpe sobre la mesa y acudi¨® a la reuni¨®n sin Junts. Una ruptura de gobierno hubiera sido l¨®gica ante una discrepancia tan sustancial, pero ambas partes la han rehuido. Y el efecto ha sido el contrario del que se persegu¨ªa: si algo ha producido la foto del encuentro sin Junts es un reforzamiento de la imagen y de la autoridad del presidente Aragon¨¨s.
?Y ahora qu¨¦?
Nunca se sabe c¨®mo va a evolucionar la convulsa pol¨ªtica catalana, pero lo que est¨¢ claro es que Junts se ha autoinfligido una derrota que pone en evidencia las carencias de su proyecto pol¨ªtico. La situaci¨®n que se ha creado ha puesto de relieve que Junts y Esquerra se necesitan mutuamente para sostener el gobierno de coalici¨®n, por eso los dos tratan de quitar hierro a lo sucedido, pero todos saben que a las malas Esquerra tiene alternativas y Junts, no. En la actual correlaci¨®n de fuerzas, Esquerra tiene otras posibilidades de alianza y Junts no tiene ninguna salvo pactar con ERC.
A Esquerra le interesa ganar tiempo para consolidarse como fuerza de gobierno, y Junts tiene prisa por crear un escenario de inestabilidad en el que eso no sea posible. Esquerra se ha situado en el tablero de la pol¨ªtica pragm¨¢tica. Junts se empe?a en la pol¨ªtica de ruptura. Tanto Esquerra como el PSOE pueden obtener ganancias de su mutua colaboraci¨®n, por eso su estrategia consiste en avanzar por la v¨ªa del di¨¢logo sin dejarse atrapar en unos plazos y unos objetivos inalcanzables. Justo lo contrario de lo que pretende Junts.
Pedro S¨¢nchez est¨¢ interesado en que el conflicto catal¨¢n salga del primer plano de la agenda pol¨ªtica espa?ola y avanzar en el di¨¢logo pactado con Esquerra porque la necesita para mantener la mayor¨ªa parlamentaria, algo que se ver¨¢ en la negociaci¨®n de los pr¨®ximos presupuestos generales del Estado. Esquerra puede contar con las fuerzas independentistas para aprobar los de Catalu?a, pero si Junts rompiera la baraja o la CUP se pusiera demasiado exigente, tiene alternativas. Tanto los Comuns como el PSC se han mostrado ya dispuestos a negociar su apoyo.
La posici¨®n de Junts hab¨ªa de llevar, tarde o temprano, a la confrontaci¨®n con su propio socio de gobierno
Durante la Diada se ha repetido que el problema del independentismo es la falta de unidad porque Esquerra y Junts tienen estrategias divergentes. Los de Junqueras intentan un aterrizaje suave en la pol¨ªtica pragm¨¢tica, la de la negociaci¨®n. Junts quiere mantenerse en la confrontaci¨®n. Pero, ?es viable esta opci¨®n? Cuando Elisenda Paluzie grita desde la tribuna de la Diada ¡°Faci la independ¨¨ncia, president!¡±, est¨¢ expresando un deseo, no una estrategia. Porque, ?c¨®mo cree Paluzie que se puede hacer ahora mismo la independencia? ?Con qu¨¦ fuerza? ?Con qu¨¦ apoyos internacionales? Si en octubre de 2017 no fue posible, c¨®mo cree que puede serlo ahora? No es posible. Junts lo sabe. El gen convergente que anida en sus filas lo sabe perfectamente. Lo que no sabe es c¨®mo salir del callej¨®n sin salida en el que se ha metido.
As¨ª las cosas, la posici¨®n de Junts hab¨ªa de llevar, tarde o temprano, a la confrontaci¨®n con su propio socio de gobierno. Pero esta vez el aliado no se ha dejado arrastrar por una din¨¢mica de chantaje basada en faroles cada vez m¨¢s insostenibles. Lo cual arroja serias dudas sobre la viabilidad de Junts como fuerza heredera del espacio convergente.
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