Del botell¨®n al botellazo
La peque?a delincuencia y la violencia contra la polic¨ªa emergen en los encuentros masivos al aire libre para beber
El botell¨®n (en el sur, botellona) est¨¢ tan consolidado que desde hace ocho a?os tiene entrada en el diccionario. Las reuniones multitudinarias de j¨®venes en la calle para beber y pasarlo bien se han asociado, a menudo, a problemas de incivismo. Pero desde que se retom¨® esta pr¨¢ctica con el fin de las restricciones m¨¢s severas de la pandemia, el botell¨®n se ha transformado en ocasiones en el botellazo: una minor¨ªa d...
El botell¨®n (en el sur, botellona) est¨¢ tan consolidado que desde hace ocho a?os tiene entrada en el diccionario. Las reuniones multitudinarias de j¨®venes en la calle para beber y pasarlo bien se han asociado, a menudo, a problemas de incivismo. Pero desde que se retom¨® esta pr¨¢ctica con el fin de las restricciones m¨¢s severas de la pandemia, el botell¨®n se ha transformado en ocasiones en el botellazo: una minor¨ªa de los chavales lanza objetos a la polic¨ªa y se enfrenta a los agentes, objetivo principal de una violencia para la que soci¨®logos, antrop¨®logos y expertos en seguridad ofrecen distintas claves.
Lo ocurrido en la fiesta mayor de Barcelona, la Merc¨¨, el pasado fin de semana es el ep¨ªtome de un cambio de tendencia en los botellones que preocupa a los dirigentes p¨²blicos. La noche del viernes 40.000 personas se reunieron para beber en la plaza de Espa?a. Cuando la Guardia Urbana se present¨® para atender a la v¨ªctima de una agresi¨®n, algo se torci¨®: hubo lanzamiento de objetos contundentes y dos coches policiales fueron quemados. La llegada de las unidades de orden p¨²blico de los Mossos solo ¡°comport¨® una mayor violencia¡±, reconoci¨® el cuerpo policial en un comunicado.
Tanto esa noche como la siguiente, en otro encuentro en la playa del Bogatell que congreg¨® a 30.000 personas, grupos de j¨®venes aprovecharon para robar m¨®viles y objetos de valor a los asistentes. Adem¨¢s de desatar la violencia antipolicial, el botell¨®n se ha convertido en una oportunidad de negocio para la peque?a delincuencia. Los enfrentamientos no son exclusivos de Barcelona: se han dado en otras ciudades de Espa?a ¡ªen especial del Pa¨ªs Vasco y la Comunidad Valenciana¡ª y de Europa.
El profesor de la Universitat Aut¨°noma de Barcelona (UAB) y experto en movimientos sociales Jordi Mir opina que, con las restricciones sobre el ocio nocturno, el botell¨®n ¡°se ha convertido en la principal v¨ªa de socializaci¨®n, el espacio en el que los j¨®venes se encuentran y sienten que su vida vuelve a cierta normalidad¡±. Los incidentes que antes pod¨ªan darse, por ejemplo, en el entorno de grandes discotecas, ahora tienen un nuevo escenario en el que germinar. Mir recuerda que la naturaleza de estos encuentros ¡ªmiles de personas en un mismo lugar, cierta desinhibici¨®n por el alcohol, sensaci¨®n de impunidad y anonimato en la masa¡ª puede propiciar que se produzcan altercados.
El profesor y el resto de expertos consultados coinciden en que un factor novedoso en el desarrollo de los botellones es que la polic¨ªa es el objetivo prioritario de la violencia. ¡°Si no se gestiona bien, la aparici¨®n de los agentes puede derivar en momentos de tensi¨®n. Los j¨®venes perciben ciertas actitudes racistas en la polic¨ªa, a la que considera m¨¢s un elemento de inseguridad que de seguridad¡±, opina. El acr¨®nimo ACAB ¡ªAll cops are bastards, que traducido del ingl¨¦s significa ¡°Todos los polic¨ªas son unos bastardos¡±¡ª, antes usado por una minor¨ªa activista, se ha popularizado.
¡°Las identidades se crean por oposici¨®n. Cuando asoma la polic¨ªa en un botell¨®n, para los j¨®venes es un espejo invertido. Y una minor¨ªa, porque siempre es una minor¨ªa y no hay que estigmatizar a los j¨®venes, vuelca su rabia hacia ellos como responsables de la ley y el orden. El Estado les ha encargado aplicar las restricciones ante el coronavirus, pero tambi¨¦n, por ejemplo, practicar desahucios¡±, agrega Jos¨¦ Mansilla, del Observatorio de Antropolog¨ªa del Conflicto Urbano de la Universitat de Barcelona (UB). Mansilla dice que en las fiestas de la Merc¨¨ se dio la ¡°tormenta perfecta¡± ¡ª¡±un puente, una fiesta mayor, el inicio del curso y el final del verano¡±¡ª y coincide en que ha ¡°aumentado el sentimiento antipolicial¡±. Pero lo inscribe en una corriente m¨¢s general en la que ¡°todo est¨¢ cuestionado: partidos, sindicatos...¡±.
Para el psic¨®logo y educador Jaume Funes, ¡°liarse contra la polic¨ªa a veces es parte de la diversi¨®n¡±. Aunque no lo parezca a primera vista, el botell¨®n ¡°es tambi¨¦n una forma de contestaci¨®n¡±. Los j¨®venes, argumenta Funes, se resisten a volver al ocio nocturno regulado, se agrupan ¡°en lugares donde no hay adultos¡± y perciben que la ¨²nica soluci¨®n cuando lo hacen es ¡°enviar a la polic¨ªa¡±. ¡°Debido a la pandemia, no han podido satisfacer una necesidad estructural de esa etapa de la vida que es socializar, relacionarse¡±, opina Funes, que pese a todo y como la mayor¨ªa de los consultados no cree que los estallidos de violencia sean la manifestaci¨®n de un malestar general entre j¨®venes sin futuro o sin oportunidades de prosperar. Es cierto que el botell¨®n puede ser un ¡°escaparate para canalizar cierta frustraci¨®n¡±, pero es un acto social m¨¢s de ocio que reivindicativo.
El caso de Catalu?a tiene una particularidad: expertos como Funes creen que el discurso de algunos l¨ªderes independentistas que han alentado movilizaciones en la calle y han cuestionado la labor policial sin condenar con claridad los incidentes acaba calando en la percepci¨®n de los j¨®venes. ¡°La banalizaci¨®n de ciertas violencias es un discurso pol¨ªtico peligroso, es echar gasolina al fuego. Si diferencias entre violencias buenas y malas, los j¨®venes perciben esa hipocres¨ªa¡±. Ese ruido de fondo, que ha tensionado las relaciones entre el Govern y los Mossos, se escucha especialmente desde las manifestaciones contra la sentencia del proc¨¦s. Tras los incidentes de la semana pasada, lo expres¨® con rotundidad el concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle: ¡°El se?or presidente de la Generalitat [Quim Torra] deja su despacho, se pone unas zapatillas y se va a cortar la principal arteria del pa¨ªs... Pues tenemos un problema¡±, dijo en alusi¨®n a la participaci¨®n del expresidente catal¨¢n en unas marchas de ANC y ?mnium en octubre de 2019.
Aglomeraciones
El an¨¢lisis que han hecho los Mossos d¡¯Esquadra sobre los 70 detenidos en los botellones de la Merc¨¨ arroja otras claves. Una parte de ellos fueron arrestados por des¨®rdenes, atentado a la autoridad y lesiones. Pero otra parte lo fueron por robos violentos, robos con fuerza y hurtos. La mitad de los detenidos acumulan m¨¢s de un centenar de antecedentes por esos delitos. La polic¨ªa cree que ¡°aprovechan las grandes aglomeraciones¡± para delinquir. ¡°El botell¨®n es una oportunidad indiscutible. No hay polic¨ªa y s¨ª mucha gente, relajada o que ha bebido alcohol¡±, explica Josep Cid, profesor de criminolog¨ªa de la Aut¨°noma. ¡°La distracci¨®n est¨¢ asegurada y es f¨¢cil fundirse en el ambiente¡±, agrega Mir.
No es la primera vez que la peque?a delincuencia aprovecha un acto masivo. Coincidiendo con las protestas para exigir la libertad del rapero Pablo Has¨¦l, un grupo de j¨®venes asalt¨® tiendas del paseo de Gr¨¤cia. Ambos recuerdan que, con la ausencia de turistas en el centro de Barcelona por la pandemia, algunos carteristas se desplazaron a las zonas altas para robar m¨®viles caros a estudiantes. Sobre los enfrentamientos con la polic¨ªa, Cid subraya que ¡°hay cosas que individualmente no se hacen, pero en grupo s¨ª¡± y cree que, desde el punto de vista policial, la ¨²nica opci¨®n viable es la prevenci¨®n.