Colau aplaza nuevas restricciones a la circulaci¨®n de veh¨ªculos
Las medidas en la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona no se endurecer¨¢n, al menos, hasta 2023
Las nuevas restricciones a la circulaci¨®n de veh¨ªculos en Barcelona se retrasan. No hay planes para endurecer las condiciones de acceso a la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), que veta la circulaci¨®n ¡ªen Barcelona y en cuatro municipios m¨¢s¡ª a los veh¨ªculos m¨¢s contaminantes, los que no tienen etiqueta ambiental. Tampoco hay movimientos para implantar un peaje contra la contaminaci¨®n urbana.
El plan de movilidad del ?rea Metropolitana de Barcelona (AMB) contemplaba la posibilidad de vetar las etiqu...
Las nuevas restricciones a la circulaci¨®n de veh¨ªculos en Barcelona se retrasan. No hay planes para endurecer las condiciones de acceso a la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), que veta la circulaci¨®n ¡ªen Barcelona y en cuatro municipios m¨¢s¡ª a los veh¨ªculos m¨¢s contaminantes, los que no tienen etiqueta ambiental. Tampoco hay movimientos para implantar un peaje contra la contaminaci¨®n urbana.
El plan de movilidad del ?rea Metropolitana de Barcelona (AMB) contemplaba la posibilidad de vetar las etiquetas amarillas ya en 2022. Pero la decisi¨®n se ha aplazado sin nueva fecha. Sobre la implantaci¨®n de un peaje urbano, que el gobierno de la alcaldesa Ada Colau ten¨ªa sobre la mesa, tampoco hay novedades. O s¨ª: la retirada de los peajes existentes, lo que aleja que haya uno nuevo porque el debate sobre el futuro de este sistema va para largo.
Las razones de todo lo anterior son m¨²ltiples. Por un lado, la pandemia y la crisis, que lo han puesto todo patas arriba. Tambi¨¦n hay cuestiones que no dependen de las administraciones locales, como los peajes. En materia de cifras, hay una de cal y otra de arena: la pandemia ha reducido la contaminaci¨®n, pero la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) acaba de rebajar los niveles tolerables de poluci¨®n y ahora la UE deber¨¢ adaptar los umbrales permitidos. En el caso del gobierno de Barcelona, las restricciones de tr¨¢fico provocan tensiones entre los socios, comunes y PSC.
Adem¨¢s, se acercan elecciones: es tiempo de anunciar, pero no de aplicar novedades. Cuantos menos electores enfadados, mejor. El concejal de Emergencia Clim¨¢tica y vicepresidente del AMB, Eloi Badia, asegura sin embargo que ¡°el debate electoral no podr¨¢ eludir la crisis clim¨¢tica, que ser¨¢ uno de los grandes temas¡±.
Badia confirma que vetar a los coches con etiqueta amarilla en la ZBE en 2022 no es viable: ¡°Hay que avisar con dos a?os de antelaci¨®n y adem¨¢s, si la etiqueta roja afectaba a pocos coches, la amarilla supone una parte muy grande del parque circulante, un 40%, porque abarca 10 a?os de matriculaciones¡±. Badia precisa incluso que la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico estudia cambiar estas etiquetas y repartirlas en dos distintas.
Por otra parte, est¨¢n las cifras: ¡°Ahora estamos cumpliendo en contaminaci¨®n por di¨®xido de nitr¨®geno (NO2) con los l¨ªmites que marca la OMS. Si cumplimos, ?c¨®mo justificamos nuevas restricciones?¡±, pregunta Badia. Ante una rebaja tan dr¨¢stica de los niveles (de 40 microgramos de NO2 por metro c¨²bico a 10 microgramos), el concejal explica que la idea de la UE es fijar ¡°escenarios de transici¨®n, rebajar los niveles permitidos por fases¡±. Conclusi¨®n: ¡°Tendremos m¨¢s exigencias, pero no sabemos en qu¨¦ calendario¡±.
Respecto al peaje, Badia explica que el Ayuntamiento comenzar¨¢ a pedir las ¡°habilitaciones¡± necesarias a la Generalitat (en la Ley de financiaci¨®n del transporte p¨²blico) o al Estado (Ley de movilidad sostenible) para tener preparado un sistema el d¨ªa que se decida sobre el futuro del pago en las carreteras. El concejal rechaza un sistema de tarifa plana, como la vi?eta (pagar anualmente), y apuesta por ¡°un peaje de descongesti¨®n en zonas congestionadas, como Londres¡±: ¡°Es la forma de asociarlo a desplazamientos concretos en el ¨¢mbito metropolitano¡±. Y recuerda que la extensi¨®n de la zona verde a toda la ciudad, que encarece el aparcamiento en la calle para los que no son vecinos, ¡°es tambi¨¦n un gran peaje¡±.
Medidas insuficientes
Los expertos en contaminaci¨®n lamentan que no se aprieten m¨¢s las tuercas para reducirla. ¡°Es verdad que el gobierno municipal y el del AMB han hecho m¨¢s que nadie antes, pero ahora no se atreven a m¨¢s¡±, apunta Xavier Querol, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas. ¡°El propio Ayuntamiento ha reconocido que la ZBE no ser¨¢ suficiente para reducir la contaminaci¨®n¡±, a?ade, y dice que el pr¨®ximo paso deber¨ªa ser vetar las etiquetas amarillas.
En cambio, la apuesta de Ecologistas en Acci¨®n no es la ZBE basada en las etiquetas, explica Maria Garcia, porque ¡°no representan las emisiones reales e incentiva la renovaci¨®n del parque¡±. La ONG defiende el peaje urbano ¡°para, en plena emergencia clim¨¢tica y energ¨¦tica, penalizar el uso individual del coche, del que se debe hacer un uso racional¡±. Garc¨ªa sugiere gratuidad para los coches a partir de tres pasajeros.
Un plan pionero retrasado por la pandemia
La Zona de Bajas Emisiones (ZBE) se convirtió en una medida estrella de la alcaldesa Ada Colau para luchar contra la contaminación. El plan, que echó a andar el 1 de enero de 2020, era pionero en España y restringía la circulación de lunes a viernes, en Barcelona y otros cinco municipios metropolitanos, a los coches y motos que no tienen distintivo ambiental de la DGT, los más contaminantes.
Pero la ZBE tropezó, como sucedió en el mundo entero, con una pandemia del coronavirus que retrasó parte de su despliegue. De hecho, si bien la restricción entró en vigor con el primer día de 2020, las multas iban a empezar a aplicarse el 1 de abril, pero la pandemia lo dejó todo en suspenso temporalmente: el Área Metropolitana de Barcelona no empezó a sancionar a los turismos y motos más contaminantes hasta septiembre de 2020 y amplió la moratoria a camiones y furgonetas hasta abril de 2021 —los vehículos pesados, grandes camiones, autobuses y autocares no se multarán hasta 2022—.
El primer informe de evaluación de los efectos de la ZBE muestra que, si bien la movilidad durante la crisis sanitaria ha impedido evaluar el efecto de la ZBE sobre la calidad del aire, ya se observa una caída a la mitad de los vehículos más contaminantes, los que no tienen etiqueta ambiental: pasaron de ser el 9% o el 10% del parque circulante en enero a solo el 5% en diciembre.