Rub¨¦n Guijarro, el alcalde inesperado que surgi¨® de Pandora
Calmado y negociador, lejos del estilo de sus antecesores, el nuevo regidor deja la sala de m¨¢quinas del PSC para liderar una ciudad en crisis tras la salida de Albiol
Rub¨¦n Guijarro Palma, desde este lunes nuevo alcalde de Badalona, se dispone a entrar en el bar El Jard¨ªn, al final de la calle donde creci¨®, en el barrio de Llefi¨¤, cuando su madre interviene:
¡ªHijo, la mascarilla.
Guijarro la saca del bolsillo trasero del pantal¨®n y se tapa boca y nariz. Lo acompa?an en el paseo veteranos militantes del PSC, que en este barrio no son pocos. Entre ellos est¨¢ Araceli, la vecina del bloque que le anim¨® a afiliarse cuando el chico, espoleado por las movilizaciones contra la guerra de Irak, quiso entrar en pol¨ªtica.
Si algo puede decirse con certeza de Guijarro, alcalde tras la salida forzada de Albiol por los Papeles de Pandora, es que poco tiene que ver con sus antecesores. Para bien y para mal, no es ?lex Pastor y tampoco es Xavier Garc¨ªa Albiol. Quienes lo conocen aseguran que se centrar¨¢ en la gesti¨®n municipal y que aportar¨¢, ante todo, mucha calma: una pausa en la agitada vida p¨²blica de Badalona, inmersa en batallas por el poder y giros de guion propios de un thriller americano.
Con Pastor le une su trayectoria pol¨ªtica: cerebro del PSC local desde hace a?os ¡ªes amigo de Salvador Illa¡ª, Guijarro fue el mu?idor del pacto que permiti¨® a los socialistas recuperar la alcald¨ªa en 2018, cuando apenas ten¨ªan tres concejales, en una moci¨®n de censura que prosper¨® con los votos de Albiol. ¡°Tiene una enorme paciencia y es muy bueno en las negociaciones¡±, explica su amigo Bernat Barrachina. Guijarro se convirti¨® entonces en tercer teniente de alcalde y estratega de un mandato breve que acab¨® como el rosario de la aurora cuando, una noche, Pastor se salt¨® el confinamiento por el coronavirus, condujo ebrio y fue detenido por los Mossos. Ante el desacuerdo en las filas de la oposici¨®n, Albiol recuper¨® el poder.
Con el alcalde del PP, que tambi¨¦n ha tenido un final ignominioso ¡ªsu aparici¨®n en los Papeles de Pandora como apoderado de una sociedad en Belice ha forzado la moci¨®n de censura¡ª, Guijarro comparte la preocupaci¨®n por la seguridad y el civismo. Y la pasi¨®n por el baloncesto en la ciudad del Joventut, que se esfuerza por ser la ¡°capital europea¡± de ese deporte. Aunque no tiene la envergadura del alcalde popular, jug¨® (y luego entren¨® y fue directivo) en la UB Llefi¨¤. Ahora, a los 39 a?os, practica crossfit ¡ªun entrenamiento f¨ªsico de alta intensidad¡ª en el barrio de Canyad¨®, al otro extremo de la ciudad, donde vive y donde asiste a la escuela su hijo de cinco a?os.
¡°No es de ir al mercadillo¡±
De trato cordial, calmado y meditativo (¡°tiene un gesto muy propio que es rascarse la barbilla, siempre est¨¢ pensando¡±, dice un excompa?ero de instituto), es poco probable que por personalidad ¡ªy tambi¨¦n porque ser¨ªa muy mala suerte¡ª Guijarro tenga una ca¨ªda tan ruidosa. Est¨¢ por ver, sin embargo, qu¨¦ tipo de alcalde ser¨¢. ¡°Tendr¨¢ que ponerse en el papel. Siempre le ha gustado estar en la sala de m¨¢quinas y no tanto ir al mercadillo; el circo medi¨¢tico de Albiol no es para ¨¦l¡±, explica un compa?ero de filas. Una veterana periodista que sigue la pol¨ªtica local afirma que es ¡°un hombre entregado a la organizaci¨®n del partido y muy fiel al PSC, al que todo lo consulta¡±. Adem¨¢s de concejal, es diputado en la Diputaci¨®n de Barcelona.
¡°Ahora vais y quit¨¢is a la Guardia Urbana¡±, ironiza un vecino de Llefi¨¤ cuando le ve. Camina con la ayuda de muletas y, se deduce, es votante de Albiol. Guijarro exhibe cintura. Le pide que conf¨ªe, le insiste en que la CUP no entrar¨¢ en el gobierno y destierra sus temores sobre la inseguridad: ¡°Yo soy de orden y limpieza¡±, dice este estudiante de Criminolog¨ªa y licenciado en Ciencias Pol¨ªticas por la UPF que, antes de entrar en el Ayuntamiento como coordinador de deportes, trabaj¨® en una oficina bancaria.
Su madre, mientras, sale de la panader¨ªa con una barra bajo el brazo, le besa y anuncia que vuelve a casa, muy cerca de Josclar y Esperanza, las escuelas privadas en las que estudi¨®. Trini, que lleg¨® de peque?a a Badalona procedente de un pueblito malague?o, est¨¢ emocionada ante un hijo alcalde. Pero los desvelos de la familia se centran ahora en la complicada operaci¨®n quir¨²rgica a la que, unos d¨ªas antes de que Guijarro asuma la vara de mando, debe someterse el padre.
La ¡°prudencia¡± y la ¡°honestidad¡± de Guijarro (son palabras de sus amigos) las recuerdan tambi¨¦n en los estudios de Ona Mar, donde hasta hace no mucho presentaba con unos colegas un programa sobre f¨²tbol: Mucha ChEmpions. Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez es el veterano director de la emisora del barrio. Se?ala el asiento donde se sentaba Guijarro y recuerda c¨®mo ¨¦l y sus amigos se buscaron la vida para traer publicidad al programa y se repartieron los beneficios con la emisora, lo que les permiti¨® sufragar en parte viajes para ver al Bar?a en la Champions e incluso asistir al Mundial de Rusia. ¡°Le deseo mucha suerte¡±, dice Rodr¨ªguez. ¡°Creo¡±, a?ade a modo de or¨¢culo, ¡°que es un chico que da demasiadas vueltas a las cosas; cuando sea alcalde, tendr¨¢ que tomar decisiones¡±.
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