El debate sobre el presupuesto catal¨¢n agrieta a Junts
La divisi¨®n del partido de Puigdemont lastra la estabilidad del Gobierno de coalici¨®n con ERC
La temporada de presupuestos ha servido para poner en evidencia, una vez m¨¢s, la debilidad del bloque de los partidos independentistas. M¨¢s de all¨¢ de la eterna pugna entre ERC y Junts, las negociaciones afloran las grietas en el seno de la formaci¨®n que preside Carles Puigdemont. Desde Waterloo, donde esquiva a la justicia espa?ola, el expresident marca los caminos de un partido en el que el ¨²nico nexo real es el culto al l¨ªder y la...
La temporada de presupuestos ha servido para poner en evidencia, una vez m¨¢s, la debilidad del bloque de los partidos independentistas. M¨¢s de all¨¢ de la eterna pugna entre ERC y Junts, las negociaciones afloran las grietas en el seno de la formaci¨®n que preside Carles Puigdemont. Desde Waterloo, donde esquiva a la justicia espa?ola, el expresident marca los caminos de un partido en el que el ¨²nico nexo real es el culto al l¨ªder y las convicciones independentistas. En la acci¨®n pol¨ªtica, por otro lado, reina la polifon¨ªa y viejas rencillas del pasado hacen cola para cobrarse. Turbulencias que minan la acci¨®n del Govern.
¡°Las discrepancias no est¨¢n tanto dentro del propio Govern como dentro de Junts¡±, asegur¨® este lunes la portavoz de los republicanos, Marta Vilalta, en una entrevista a Europa Press. La oposici¨®n de una parte de Junts a que En Com¨² Podem sea el socio presupuestario (tras el fracaso con la CUP) fue tan estruendosa que era imposible negar el disenso. Las filas republicanas est¨¢n lejos de ser monol¨ªticas pero cuando suena el silbato (casi siempre) el silencio se impone. En Junts siempre gana la incontinencia.
El choque por los presupuestos, seg¨²n varias fuentes consultadas, llev¨® a dibujar dentro del partido un eje m¨¢s posibilista, que prima tener las cuentas en pleno periodo de recuperaci¨®n. En lo que respecta al Govern, all¨ª est¨¢n, adem¨¢s del consejero de Econom¨ªa, Jaume Gir¨®, y la de Universidades, Gemma Geis, el vicepresidente Jordi Puigner¨®.
A este grupo, en la trinchera de la realpolitk, se enfrentan los que reniegan del acercamiento con los comunes, en donde estar¨ªan, entre otros, los diputados Elsa Artadi y Joan Canadell. Se repite la divisi¨®n vivida tras las elecciones auton¨®micas (aunque no exactamente con los mismos protagonistas), entre quienes cre¨ªan que se estaba tensionando en demas¨ªa con la investidura de Pere Aragon¨¨s y los que defend¨ªan que era posible seguir apretando. En el pleno del pasado 29 de noviembre, la luz verde a la tramitaci¨®n, varios diputados de Junts evitaron aplaudir la intervenci¨®n de Canadell en la que alert¨® del riesgo de un Govern ¡°autonomista¡± de ERC, el PSC y los comunes.
No se puede dudar del puigdemontismo o de la convicci¨®n independentista de los miembros de ambos bloques. La selecci¨®n del socio alternativo respondi¨® a la necesidad de actualizar las cuentas y la imposibilidad de aceptar los planteamientos maximalistas de la CUP en el plano nacional, como la celebraci¨®n s¨ª o s¨ª de un refer¨¦ndum sobre la independencia en esta legislatura. El argumentario oficial de Junts es que el grueso de las cuentas es el resultado del trabajo de Gir¨® y su equipo, es decir unas cuentas de Junts. Pero ah¨ª cada uno decide qu¨¦ coletilla agrega.
La polifon¨ªa de voces contin¨²a. El pasado lunes, en una entrevista a TV3, Puigner¨® dijo que Aragon¨¨s ¡°seguramente¡± hizo todos los esfuerzos para lograr un acuerdo con los anticapitalistas. El pasado viernes, Artadi explic¨® una historia muy distinta en La 2: se lleg¨® a un acuerdo con los comunes sin tener el portazo definitivo de la CUP.
Toda la situaci¨®n vuelve a poner en el punto de mira al secretario general del partido, Jordi S¨¤nchez. El grupo m¨¢s reacio a la investidura carg¨® contra ¨¦l en su d¨ªa por cerrar ¡°en falso¡± y en el ¨²ltimo minuto un acuerdo con Aragon¨¨s. Un 83% de los militantes dio su visto bueno. Pese a que S¨¤nchez p¨²blicamente se expres¨® en contra del pacto con los comunes, su gesti¨®n enfada por igual a ambos bandos. Un posible relevo, con las elecciones municipales en el horizonte, se complica. Artadi, por su parte, gana al minar la candidatura de Ernest Maragall a la alcald¨ªa de Barcelona. ERC se opon¨ªa a las cuentas de Ada Colau y ahora las facilitar¨¢, como contrapartida por las catalanas.