¡°Tratamos de que los ni?os no se den cuenta, pero lo saben todo¡±
Cuatro de cada 10 familias con hijos en el ¨¢rea de Barcelona vive en riesgo de exclusi¨®n, una situaci¨®n agravada por la pandemia y el dif¨ªcil acceso a la vivienda
En casa son nueve y un gato. ¡°Si lo entrevistas a ¨¦l, te dir¨¢ que est¨¢ harto de todas nosotras¡±, bromea Yesenia Anaya, a quien, con solo 37 a?os, las circunstancias la han convertido en la matriarca del piso en el que vive cerca de la plaza de Espanya de Barcelona. Vino sola desde El Salvador en 2016, en busca de un trabajo que le permitiese traer a su hijo y salvarlo de ser captado por las pandillas violentas que hay en su pa¨ªs. Lo consigui¨® in extremis: ¡°Cuando lo vi en el aeropuerto al llegar, me qued¨¦ muy mal, le hab¨ªa cambiado la forma de caminar, le hab¨ªan empezado a lavar el cerebro. Ahora por suerte eso ya pas¨®¡±. Despu¨¦s vino su hija, su hermana, su cu?ado, su sobrino, dos primas y el hijo de una de estas. Nueve en total en un piso de unos 60 metros cuadrados, en el que todos dependen en mayor o menor medida de ella, la ¨²nica que ha conseguido papeles.
Su caso, afirma, es ¡°afortunado¡± con respecto a la situaci¨®n en la que est¨¢n otras familias. Anaya vive en un piso digno, al que llegan ingresos de su contrato de trabajo y de los empleos sin contrato que van teniendo los dem¨¢s familiares. Y en los momentos en los que no ha habido tanta gente en casa, ha podido realquilar una habitaci¨®n. Pero llegar a esta ¡°estabilidad¡± no ha sido f¨¢cil, y su periplo muestra las dificultades a las que se enfrentan las familias vulnerables, especialmente las que tienen menores a cargo. Principalmente, tres, que se retroalimentan: el dificil¨ªsimo acceso a la vivienda, la inestabilidad de los ingresos y la complejidad para conseguir una situaci¨®n administrativa regulada, tanto para los adultos como para los menores.
¡°Para m¨ª, el tema de la vivienda ha sido el m¨¢s complicado¡±, dice Anaya. Empez¨® viviendo en un local comercial en Badalona en el que el propietario alquilaba cinco habitaciones, a 200 euros cada una. No les dejaba salir mucho para que no se viese que ah¨ª viv¨ªa gente. Luego, ya con su hijo, que ahora tiene 22 a?os, y su hija (18), pas¨® por dos pisos, en los que viv¨ªan en una habitaci¨®n realquilada. ¡°Aunque quisi¨¦ramos, no pod¨ªamos alquilar nosotros solos, porque yo todav¨ªa no ten¨ªa papeles. Necesitas tres a?os de padr¨®n y un contrato de trabajo, pero no te hacen el contrato si no tienes papeles. Es un c¨ªrculo muy dif¨ªcil¡±, explica. El piso actual se lo alquila la suegra de su primera jefa, lo que le ha permitido tener cierta estabilidad. Y tras muchas dificultades, consigui¨® un contrato de trabajo como asistenta del hogar. ¡°Ten¨ªa unas condiciones que no eran buenas, pero ten¨ªa que aguantar para que me tramitasen los papeles¡±, recuerda. Tambi¨¦n tuvo que sufrir la ca¨ªda en picado de sus ingresos por la pandemia, y pas¨® el virus, con ingreso en el hospital incluido. Fue en estas circunstancias que acudi¨® a C¨¢ritas, que la ha estado ayudando con alimentos y acompa?amiento.
Tener el padr¨®n es ¡°fundamental¡±: ¡°Hay gente que paga un dinero para que le empadrone en un piso en el que no vive¡±. Ella lo consigui¨® sin pagar, gracias a una amiga, y ahora intenta hacer lo mismo con los suyos: ¡°En mi casa tengo a 12 empadronados. Es muy importante que empiece a correr el tiempo¡±. Por esta raz¨®n el Ayuntamiento de Barcelona habilita un padr¨®n sin domicilio fijo.
Todas estas dificultades tienen un impacto importante en los menores de edad. En su casa est¨¢n los ni?os de su hermana y de su prima. ¡°Tratamos de que los ni?os no se den cuenta, pero lo saben todo. El otro d¨ªa el hijo de mi prima me dijo que c¨®mo lo har¨ªamos si no pod¨ªamos pagar el alquiler¡±, dice Anaya. Al no estar empadronado a¨²n (pese a que la familia lo ha intentado), este ni?o no va a la escuela y no tiene acceso a la sanidad. ¡°Es muy dif¨ªcil organizarse, yo me siento con mucha presi¨®n, hay momentos muy estresantes¡±, explica. Su hija Marjorie, de 18 a?os, est¨¢ estudiando el bachiller. Quiere estudiar derecho o periodismo. ¡°Es dif¨ªcil concentrarse, intento hacer los trabajos en el instituto, entre una clase y otra, porque aqu¨ª no puedo¡±, dice.
Menores sin empadronar
El pasado viernes, un avance de los datos del informe Foessa 2021 mostraba c¨®mo las grietas de la pobreza se hacen cada vez m¨¢s profundas. El informe, realizado por C¨¢ritas, es el primer an¨¢lisis estad¨ªstico que ya aporta datos sobre el impacto que ha tenido la pandemia. Los resultados completos de Catalu?a se conocer¨¢n en febrero, pero el avance ya da pistas sobre la situaci¨®n en la que est¨¢n las familias con hijos: cuatro de cada diez hogares con menores en el ¨¢rea de la di¨®cesis de Barcelona (territorio que comprende a 2,6 millones de personas) est¨¢n en riesgo de exclusi¨®n social. En el caso de las familias monoparentales, es una de cada dos las que est¨¢n en esta situaci¨®n. Un 43% de las familias con hijos no dispone de ingresos para gastos imprevistos, y a la mitad le cuesta llegar a fin de mes. El informe tambi¨¦n muestra que alrededor de un tercio de las familias con menores han tenido impagos relacionados con la vivienda, no han podido garantizar una dieta equilibrada o no han podido pagar el material escolar. El 11%, como en el caso de la familia de Anaya, ha tenido que compartir piso con desconocidos o ha tenido que abandonar el domicilio, y el 14% ha sufrido cortes de suministros.
El director de C¨¢ritas, Salvador Busquets, se?al¨® que la pandemia ha agravado la condici¨®n hereditaria de la pobreza, un c¨ªrculo del que cada vez es m¨¢s dif¨ªcil salir, y que impacta directamente en los hijos. Y destac¨® dos causas: la end¨¦mica falta de un parque p¨²blico de vivienda (en Catalu?a no llega al 2% cuando la media europea est¨¢ en el 15%), y los obst¨¢culos que pone la ley de Extranjer¨ªa para tener una situaci¨®n regulada. Entre las medidas que reivindica la entidad est¨¢ la de conceder un permiso de residencia a los menores con independencia de la situaci¨®n administrativa de los adultos. Estos dos problemas, la vivienda y las dificultades para conseguir los papeles, son los que acechaban a la familia que hace tres semanas muri¨® en el incendio del local que ocupaban en la plaza de Tetuan, un desenlace extremo de una historia de dificultades. ¡°Mientras no se hagan pol¨ªticas de verdad en vivienda y en la protecci¨®n de menores, seguir¨¢ habiendo las condiciones para que ocurran desgracias como aquella¡±, dijo Busquets.
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